La legislatura 2015-2019 ha acuñado nuevas palabras y expresiones que se han convertido en habituales en el debate político de la Comunitat Valenciana, como el Botànic, el mestizaje, rescatar personas o la hipoteca reputacional:

– El Botànic: El jardín Botànic de València, donde se firmó en junio de 2015, veinte días después de las elecciones, el pacto de gobierno en la Generalitat entre el PSPV y Compromís como integrantes del Ejecutivo y Podem como socio parlamentario, ha acabado dando nombre al acuerdo, al propio Consell y a su gestión.

Así, se ha hablado de presupuestos ‘botánicos’ y de las políticas ‘botánicas’ del Botànic, al que el PP ha rebautizado como el «Titanic», al opinar que ha hecho aguas «por todos los lados». La réplica del Consell ha sido que «titánico» ha sido el esfuerzo para revertir la gestión que dejaron los gobiernos del PP.

– El mestizaje: fórmula aplicada en el llamado segundo escalón de cada Conselleria, por la que las secretarías autonómicas, las direcciones generales y las subsecretarías se han repartido entre miembros del PSPV y de Compromís. El objetivo: evitar tener dos gobiernos paralelos y contar con uno plural.

El mestizaje, que a juicio de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, Compromís, es «tecnología política punta» que patentaría, se ha traducido en ocasiones en desavenencias públicas, especialmente en consellerias como Medio Ambiente o Economía, aunque siempre se han acabado reconduciendo.

– Rescatar personas: el Pacto del Botànic se divide en cinco ejes, el primero de los cuales es «Rescatar personas», al considerar que toda persona debe tener cubiertas sus necesidades vitales básicas y vivir en condiciones que garanticen su dignidad.

Esta frase ha sido el principal argumento esgrimido por los partidos firmantes del acuerdo como guía de su gestión, en la que han defendido que han puesto en el centro a las personas, mientras que la oposición ha reprochado que venían a rescatar personas y nada más pisar la moqueta y los coches oficiales lo han olvidado.

– La hipoteca reputacional: una de las frases más repetidas por el Consell actual ha sido que ha tenido que trabajar para levantar la imagen heredada de la Comunitat Valenciana provocada por el derroche y la corrupción en época del PP, una «hipoteca reputacional» que se ha sumado a la hipoteca económica dejada a las generaciones futuras.

Según el Consell, esa imagen ha pesado al pedir una financiación autonómica justa, después de lo que «se ha robado a la Generalitat», o al ir a pedir ayudas a la Unión Europea, donde en Bruselas a los políticos valencianos «les hacían pasar por el escáner» porque se estaba «bajo sospecha», con varios procedimientos abiertos.

– Ruina en diferido: el Consell ha sostenido que ha tenido que afrontar «pufos» o «empastres» del anterior Ejecutivo del PP, una «herencia envenenada» o «ruina en diferido» que ha tenido que arreglar antes de poder aplicar sus propias políticas.

La multa europea por el déficit de la Comunitat, la Fórmula Uno, Feria Valencia, Ciegsa, la Volvo Ocean Race, Radiotelevisión Valenciana, la Sociedad Proyectos Temáticos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el aeropuerto de Castellón son algunos ejemplos en los que el Consell denuncia que ha tenido que arreglar «agujeros» dejados por el PP.

– Ximoanuncios: vocablo acuñado por el portavoz de Podem en Les Corts, Antonio Estañ, durante el último debate sobre el estado de la Comunitat Valenciana, para reprochar al president de la Generalitat, Ximo Puig, que anuncie cuestiones que luego no se convierten en realidad y que son «más publicidad que política».

Para Podem, el «ximoanuncio» por excelencia de esta legislatura ha sido el rescate de la concesión del hospital de Dénia para el sistema público, anunciado cuatro veces en Les Corts y que todavía no se ha concretado. La réplica de los socialistas es que Puig hace «ximorrealidades».

– Primere non Nocere, «lo primero no hacer daño»: Frase latina de Heráclito a la que el portavoz socialista en Les Corts, Manolo Mata, ha recurrido cada vez que ha surgido una fricción entre los socios de gobierno para pedir que los partidos firmantes del acuerdo no hagan políticas en contra de ellos mismos