Un Arxiu Valencià del Disseny para conservar el legado creativo e industrial
València da un paso más para consolidarse como referente en el mundo del diseño. Esta semana la Fundaciò General de la Universitat de València aceptaba el legado original que constituye la base del Arxiu Valencià del Disseny. Un proceso cuyo recorrido se inició hace poco más de un año y que se suma a iniciativas del calado de Capitalidad Mundial del Diseño o el estudio sobre economía del diseño de la ADCV.
La confluencia de voluntades ha hecho posible la constitución del núcleo fundacional del Arxiu. Por una parte, Manuel Lecuona se había convertido en depositario de archivos y documentos de empresas desaparecidas. Catedrático de Gestión del Diseño en la UPV y fundador del Grupo de Investigación y Gestión del Diseño IGD, dirigió en su momento el Centro de Documentación del Diseño del Impiva.
La historia industrial de firmas como La Mediterránea, Curvasa, Gasisa o los proyectos de interiorismo desarrollados por Martínez Peris forman parte de ese conjunto.
Otra importante pieza la aportan Lola Castelló y Vicent Martínez con el fondo documental generado por la actividad de la empresa que fundaron, Punt Mobles, hasta 2012, fecha en la que se hace cargo la nueva propiedad.
El paso previo fue recoger la biblioteca de diseño que había formado a lo largo de los años. «Hicimos una donación a la Escuela de Diseño. Entre otras cosas, el CDD del Impiva está allí. Eso generó un vínculo fuerte con la Escuela».
Quedaba el archivo personal «con el trabajo de Lola y mío», recuerda Vicent Martínez, al que quedaba buscar un destino apropiado. «A mí me interesaba mucho el trabajo de Manolo Lecuona: recopilar documentación de empresas que cerraban tanto de la última crisis pero, sobre todo, de crisis anteriores», añade Martínez.
El Arxiu recoge los procesos de diseño e industrialización; decisiones creativas y empresariales que han hecho historia
Una documentación esencial para conocer los procesos de decisión tanto de diseñadores como de empresas en la segunda mitad del siglo pasado. Cómo surgen piezas que se han convertido en icónicas fruto tanto de un proceso creativo, como de una decisión empresarial y de una solución industrial.
Porque uno de los hechos por los que el Arxiu quiere significarse es que a la visión del diseñador se le une la de la empresa: entender bien a las empresas que apostaron por el diseño y los diseñadores.
Documentos que nos hablan de una época. Como señala Xavier Giner de la ESAD, «los objetos han devenido en la antropología cultural contemporánea. Si uno quiere conocer la época, debe conocer los objetos que se consumen».
Pero también es una imagen del tejido industrial valenciano de las últimas décadas, desde como se preparaba una participación en ferias a los catálogos de producto, pasando por los procesos industriales o la elección de materiales.
La constitución del archivo es el punto de confluencia de iniciativas y voluntades de diferente origen
Al archivo de Castelló-Martínez le salieron pretendientes en Barcelona, cuyo Museo del Diseño ya contaba con piezas creadas en la que fue su empresa. «Era allí o aquí, pero mi interés es que fuera aquí y sumarse al embrión que ya tenía Lecuona en la UPV», asevera Vicent Martínez.
Sin embargo, distintos avatares hace que a los pocos meses tengan que buscar otra ubicación e inician contactos con diversas instituciones como el Muvim o el Museo de Etnología que no prosperan. Hasta que un día en una comida Antonio Sánchez, subdirector de la ESAD de València, «me comenta que la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de València les está catalogando los fondos de la Escuela y me sale el ¡eureka!».
Uno de los objetivos es conservar el legado de una generación brillantísima de diseñadores
El proyecto se enriquece.«Se trata de conservar la memoria, el trabajo de toda una generación brillantísima de diseñadores que está a punto de jubilarse. Es un legado muy sensible, lo que primero se pierde, porque no tiene un valor material», afirma Xavier Giner, al que la ESAD le encomienda este proyecto.
«Los que quedamos -agrega Vicent Martínez- a excepción de Paco Bascuñán y Pedro Miralles que ya no están con nosotros, conformamos un grupo no demasiado grandes que, además, no hemos hecho capelletes. Eso ha favorecido el buen ambiente entre nosotros».
Otro aspecto que abordan es como se estructura el legado. Xavier Giner añade que buscaban una entidad que no estuviera sujeta a avatares políticos, que fuera estable en el tiempo. Y es la ESAD, recuerda Vicent Martínez, la que propone a la Universitat de València como depositaria que, a su vez, se muestra muy interesada y que ya tenía experiencia con el archivo de la Escuela.
«La formación y gestión de un archivo requiere tiempo para que fructifique, no puede estar sujeta a orientaciones políticas. Pero también tenía que ser una entidad pública», afirma Giner, mientras Antonio Sánchez apostilla: «Fíjate si la UV es estable, con más de 500 años, o la propia ESAD, con 160«.
«Nos reunimos los tres en el despacho de Nacho Lavernia y de ahí salió el proyecto que al día siguiente presentamos a la UV», subraya Giner. Es la Fundación General de la UV la encargada de gestionar el archivo, lo que permite una estructura autónoma respecto a la actividad docente.
Una pieza clave más para articular el escenario de una ciudad volcada en el diseño
El 27 de marzo de 2018 -hace un año- se presenta el proyecto al presidente de la Generalitat que lo acoge con entusiasmo y designa a dos personas -una de Presidencia y otra de la Secretaría Autonómica de Cultura- como los interlocutores de la administración.
Este proceso coincide con otras iniciativas que se gestaban en esos momentos y que recuerda Vicent Martínez: «La proposición no de ley sobre el diseño que impulsa Ana Botella en el Congreso de los Diputados a la que también implicamos en el proyecto. Fuimos tejiendo complicidades».
«Es un proyecto con una implicación social altísima. Que surge de abajo a arriba y que ha tenido una recepción espectacular en el mundo del diseño», apostilla Xavier Giner, quien confiesa tener el secreto deseo de que el Arxiu «sirva para que la sociedad capte lo que del diseño no se ve. En diseño se ve el final, pero no el proceso. Hay que mostrar el enorme trabajo que implica diseñar, como el rigor y la profundidad de las investigaciones que exige. «
Presente y futuro próximo del Arxiu: estructura, estatutos, sede, actividades y financiación
El Arxiu echa a andar con una codirección: un representante de la UV y otro de la ESAD. Un comité técnico se encargará de aceptar las futuras donaciones o comodato que se propongan. «La donación supone la donación de la propiedad -aclara Giner- el comodato permite el uso, la exposición o la investigación, pero no supone cesión de propiedad. Hay que tener en cuenta que pueden existir derechos de producción vigentes».
Un tercer órgano que tendrá funciones de seguimiento y que estará formado por donantes y patrocinadores, las universidades interesadas en diseño y asociaciones profesionales.
El legado está depositado provisionalmente en una planta de la Facultat de Geografía e Historia que no tiene uso docente. El siguiente paso es dotar de personal técnico y de equipamiento al Arxiu que deberá catalogar los documentos y digitalizarlos, porque esa es una de las premisas: acceso universal y digitalizado. Además, servirá para realizar las prácticas de los alumnos del grado y máster en Documentación que oferta la UV.
La aspiración es ser el germen del museo del diseño a semejanza del Archivo Museo Bauhaus
Los promotores del Arxiu no ocultan una secreta aspiración: ser el germen del futuro Museo del Diseño valenciano con una gran referencia claro: el archivo museo Bauhaus, aunque no se cierra a otras aportaciones. Como señala Giner, «en otras partes se están haciendo cosas interesantes, como en Argentina».
Otro aspecto a abordar es la financiación que, de momento, contempla las propias aportaciones de la UV en personal e infraestructuras; de la Generalitat a través de Presidencia y Cultura y las empresariales, a través de la creación de becas o cátedras.
Mientras se realiza la catalogación y digitalización de los fondos, el vicerrector de Cultura de la UV, Antonio Ariño, plantea realizar unas jornadas el próximo otoño que sirvan de presentación del Arxiu, pero también que aborde aspectos técnicos e incluso la práctica profesional del diseño.
Para ello se precisa una sede definitiva, que no puede ser la quinta planta de un edificio. Hay alternativas que se barajan pero que, con las elecciones encima, han quedado a la espera, como el Centro del Carmen. Una sede que «tendría mucho sentido, puesto que la ampliación de la que va a ser objeto de forma inmediata afecta a lo que fue la antigua Escuela de Artes y Oficios. A todos nos gusta esa posibilidad», confiesa Vicent Martínez.
Mientras tanto, aunque todavía no se quiere divulgar nombres, se van recibiendo peticiones de donación de diseñadores. También hay empresas con mucha historia detrás que están pensando en contribuir con sus fondos. «Se trata de conservar la historia, pero también es posible darle una nueva vida a esos diseños de antaño», sugiere Vicent Martínez, para quien todo esto -un todo en el que la Capitalidad Mundial del Diseño forma parte- «no es más que el fruto de la madurez».
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