Miércoles, 24 de Abril de 2024
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Cuando la imprenta fue la nueva tecnología, ¿València era Silicon Valley?

Cuando la imprenta fue la nueva tecnología, ¿València era Silicon Valley?

Puede que nos cueste recordar cómo era la vida antes de que tuviéramos teléfono móvil, o antes de que tuviéramos acceso a Internet. Incluso cómo era la vida antes de que tuviéramos acceso a internet desde el móvil. Pero la revolución digital tuvo un precedente comparable: la invención de la imprenta. Cuando en 1452 Johannes Gutenberg, en Maguncia, editó su Biblia de 42 líneas, dio un empuje definitivo a la velocidad de la información y a la transformación de la cultura. El mundo digital no deja de ser una consecuencia.

El Siglo XV fue el Siglo de Oro de València. Era la ciudad cristiana más poblada de la Península y la capital de la seda. Y fue en València donde se imprimió la que está considerada la primera obra literaria impresa, es decir, la primera que no «copia» un texto que existiera anteriormente en versión manuscrita: Trobes e Lahors de la Verge Maria, en 1474.

Eva Solaz, Master en Patrimonio Bibliográfico y Documental por la UV y vocal del Museo de la Imprenta y de las Artes Gráficas de València, indica que, en España, «existe el Sinodal de Aguilafuente» –una población segoviana- que está datada dos años antes. De todas formas, hay datos que nos permitirían pensar que antes del 74, posiblemente también se estaba imprimiendo en València».

Entonces, y aun conscientes de nuestra clásica tendencia a la exageración, ¿es València es una de las ciudades más importantes en la historia de la imprenta? Solaz opina que «lo que es seguro es que fue una de las mayores productoras de libros de la época incunable. En el Siglo XV, llegó el comerciante alemán Jacobo Vizlant, que junto a su familia apostó por la imprenta como un elemento de gran potencial comercial». Vizlant trajo a València a Lambert Palmart, quien instaló la primera imprenta en la capital del Turia, probablemente situada en las proximidades del Portal de la Valldigna, de donde salió la histórica primera edición de Trobes e Lahors.

Este año concluye el año Gutemberg, ya que se conmemora el 550 aniversario de su muerte, que además coincide con el 40ª aniversario del hermanamiento entre València y la ciudad alemana de Maguncia, con la imprenta como vínculo entre ambas. En el ámbito del doble aniversario, el pasado mes de noviembre, Solaz presentó en el Ateneo Mercantil su proyecto València de Llibre: hacia una ruta urbana de impresores.

Originalmente, «era un proyecto de fin de máster en el que se incluían varias rutas relacionadas con el patrimonio bibliográfico valenciano, porque consideré relevante que hubiera, ya no sólo rutas literarias, que las hay, sino una más centrada en el aspecto puramente librario. La primera fue una Ruta del Llibre, que fue bastante más general. De ahí surgió la ruta de los impresores, que hice para que coincidiera con los actos de este hermanamiento».

La ruta de los impresores se encuentra todavía en estado embrionario, y se ubica en Ciutat Vella y La Xerea. Su punto de partida se encuentra junto a la Iglesia de los Santos Juanes, de Bolsería se dirige hacia la calle Caballeros, atraviesa -cómo no- el Portal de Valldigna, Plaza de la Virgen y del Arzobispo, pasa por la calle Avellanas, la calle del Mar, San Vicente, y finaliza en la calle San Fernando.

Solaz explica que es un itinerario «concebido para que se pueda realizar de forma autónoma, sin necesidad de ninguna guía». Al menos en principio, «irá asociada a un blog y a una web de rutas georeferenciadas. Hoy se sabe dónde imprimía Jerónima Galés -una pionera del Siglo XVI en la impresión de libros, y que alcanzó un gran presitigio en vida- cerca de la Plaza de la Virgen, o impresores bastante conocidos, como Antonio Bordázar…Reúne a un grupo de impresores importantes que, además, prácticamente fueron los introductores de las ideas de la Ilustración».

La ruta de los impresores nos hacer recorrer 500 años, del siglo XV al XX, a través de las huellas dejadas por nombres como Fernández de Córdoba (S.XV), Spindeler (s. XV), Trincher (s. XV), Lope de la Roca (s. XV), Díaz Romano (s. XVI), Juan Mey (s. XVI), la mencionada Jerónima Galés (s. XVI)…Figuras que, en su tiempo, gracias a su destreza en el dominio de las tecnologías más avanzadas de su época, convirtieron el centro de València en un referente comparable (casi, o sin casi) al idolotrado Silicon Valley californiano de hoy en día.

Y el proyecto no se conforma con detenerse aquí: «Se realizará también la ruta del llibre, calculamos que para final de 2019», anuncia Solaz. Así, «una persona que venga a visitar la ciudad perfectamente podrá ver dónde se hizo la edición valenciana de El Quijote, en la calle San Vicente, donde hay una placa conmemorativa; pero hay lugares donde no existe ningún indicativo visual y se los descubriremos».

A lo largo del año que empieza, les mantendremos informados sobre la evolución de esta interesante iniciativa histórico-artística. Mientras tanto, quien desee entrar en calor, puede animarse a descubrir el Museo de la Imprenta y de las Artes Gráficas, ubicado en el Monasterio de El Puig.

 

 

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