«Se utilizan banalmente las palabras arte y artista. El artista no se hace, nace con una enfermedad insólita, muy rara.  No todo el mundo que pinta monigotes es artista. Además, el arte no se junta con todos, al contrario, se protege. Y se protege de individuos como yo». El pintor Uiso Alemany (València, 1941) no es amigo de explicar sus obras, espera que se expresen por sí mismas. Pero cuando habla lo hace con la misma contundencia que cuando agarra sus pinceles y ataca las telas.

Fundación Bancaja ha presentado hoy la exposición Uiso. El suicidio de la pintura, una colección de 23 pinturas de gran formato y 160 dibujos creada ex profeso para la muestra y ejecutadas en el estudio que el pintor posee en Sao Paulo. Comisariada por el filósofo y crítico de arte Fernando Castro, quien define a Uiso como «un artista visceral, singular, con algo de demonio de Tasmania que le empuja siempre a liarla parda», la sala recibe al visitante con una inmensa pintura sobre espejo en la que misteriosas figuras humanoides se mezclan con un rebaño de borregos. El espectador se ve reflejado entre el rebaño. Castro la ha vinculado con el esperpento de Valle-Inclán, «porque el espejo nos devuelve una imagen que no deseamos», y la interpreta como «una llamada a salir de la borreguez a través del coraje».

Respecto al título de la muestra, el comisario ha indicado que alude al manifiesto de Joan Miró, realizado en 1931, el que llamaba a «asesinar la pintura», como reacción al pujante movimiento surrealista de la época. «Pero la pintura nunca muere», ha matizado Castro, «siempre hay una pulsión de deseo detrás de ella, una necesidad de expresar una verdad emocional».

Grandes telas retorcidas dominan la estancia, pobladas por gruesos trazos de colores casi siempre primarios, en los que apenas se intuyen siluetas de rostros humanos. Están colgadas de las paredes, dislocadas, como si alguien las hubiera dejado ahí de cualquier manera. También a esa característica, casi escultural, se refiere el título de la exposición. «En estas obras, Uiso rompe el marco de la pintura, el de la concepción tradicional de la pintura», ha descrito Castro.

«El arte es un misterio, y es muy difícil de describir. Aunque muchos filósofos lo hayan intentado a lo largo de la Historia, el arte no se entiende, se goza. Yo no lo entiendo. ¿Es una forma de expresión? Yo no lo sé». Quien esto dice, firma una obra que se ha expuesto en las principales ciudades europeas y americanas, y sus piezas se han incorporado a colecciones como la del IVAM, el Círculo de Bellas Artes de Madrid, la Colección BBVA, el Instituto de Bellas Artes de Sichuan (China) o el Museu Oscar Niemeyer (Brasil), entre muchos otros.

Hasta el 24 de febrero pueden visitar la exposición en la Fundación Bancaja. Y cuando terminen el recorrido a través de la agresión visual, del arrase del formato propio de la pintura, volverán a verse reflejados entre los borregos de la entrada. Y es que Uiso, como cantaba Lou Reed, no hace prisioneros.