El pleno de Benicàssim inicia el proceso de compra del recinto que acoge el FIB

El Ayuntamiento de Benicàssim quiere comprar los terrenos del recinto de festivales, donde se celebran el FIB y el Rototom, con el fin de evitar las negociaciones que puntualmente debe mantener con los más de 40 propietarios para firmar convenios de alquiler. Para ello, el pleno extraordinario de ayer aprobó solicitar un crédito de 3,6 millones de euros.

La intención del equipo de gobierno que preside la popular Susana Marqués es hacerse con los 133.000 metros cuadrados incluidos en el Plan Especial de Festivales diseñado en 1998 y que son en los que se celebran los festivales musicales de los meses de verano. Su iniciativa, llevada al pleno, contó con los apoyos de PP, ARB, Ciudadanos y PSPV, mientras que Compromís y Ara Benicàssim votaron en contra de la operación.

Con el acuerdo plenario, el consistorio benicense inicia así los trámites necesarios para adquirir de manera definitiva estas parcelas privadas, que se han venido alquilando desde hace 20 años, y que pasarían a ser de propiedad municipal.

Marqués explicó en el pleno que el proceso para hacerse con los terrenos sería por medio de una «tasación conjunta» con un justiprecio para los más de 40 titulares del suelo y añadió que “los propietarios podrán presentar alegaciones si no están de acuerdo».

De llevarse a cabo la operación de compra, Benicàssim se aseguraría contar con un recinto de festivales estable en el que, según Marqués, se harían” las inversiones necesarias» para mejorarlo, incluyendo zona de aseos, camerinos…

Ciudadanos y PSPV, además de ARB, como socio de gobierno, dieron su apoyo al proyecto aunque pidieron «más contactos» y que se les informe de las reuniones con los propietarios, así como conocer el precio de la operación.

Las pegas a la operación las ponen tanto Compromís como Ara Benicássim. Desde esta última formación se recuerda que la operación no incluye el suelo de los terrenos de los campings y los estacionamientos. En tanto que el portavoz de Compromís, Joan Bonet, criticó las formas y pidió al consistorio que escuche a los propietarios para lo cual «exigimos reuniones con ellos». Bonet discrepó también del coste de los terrenos y opina que ha de ser mayor que el barajado por el consistorio, «el equivalente a 75 años de alquiler».