Jueves, 25 de Abril de 2024
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Lean Thinking: una filosofía de trabajo

Felipe Quintana, Profesor Programa Lean Thinking en Edem. Escuela de Empresarios

La filosofía de trabajo Lean Thinking se define de forma genérica como la búsqueda del máximo valor para el cliente con el mínimo de desperdicios. Lean Management nació en el seno de la empresa manufacturera de automoción Toyota, que aplicó de una forma muy inteligente el SPT (Sistema de Producción de Toyota), que consistía en una serie de herramientas envueltas en una filosofía de trabajo que les llevaron a mejorar considerablemente sus procesos y provocaron un salto diferencial con respecto a sus competidores. Esta filosofía de trabajo presenta dos variables muy claras que brindan una visión integral del negocio.

La primera idea es la de maximizar el valor para el cliente. Las áreas estratégicas, la de marketing y la de ventas son las encargadas de identificar las necesidades de los consumidores y de realizar el estudio de lo que entiende como aporte de valor. También tienen que determinar el precio del producto o servicio de acuerdo a múltiples variables, siempre poniendo al cliente en el centro. El usuario espera recibir el máximo valor por el precio que paga por ese producto o servicio. Una parte esencial para generarlo es cuidar la experiencia del cliente para diferenciarse, tratar de superar sus expectativas y fidelizarle.

La segunda variable es la de minimizar los desperdicios durante el proceso y durante la experiencia del consumidor. Se entiende como desperdicio todo aquello que no aporta valor para el consumidor. Esta variable está íntimamente ligada al coste del producto o servicio y a la satisfacción del cliente. Se han identificado y categorizado ocho tipos de desperdicios: defectos o errores, sobreproducción, inventarios, movimientos innecesarios, transportes, extra procesamiento, esperas en el proceso o esperas del cliente y talento no utilizado. SPT desarrolló un grupo de herramientas Lean que permiten reducir o eliminar estos desperdicios.

Si tuviera que elegir una imagen que reflejara esta filosofía de trabajo, sin duda optaría por una imagen de los equipos de la Formula 1, que muestra muy bien ambas componentes de la metodología Lean.

La implementación de esta filosofía incluye cinco pasos que deben ser aplicados, de una forma disciplinada, consistente y cíclica:
1. Especificar el valor: definir “valor” desde una perspectiva del cliente y transformarlo fielmente en características específicas del producto o servicio.
2. Mapear la cadena de valor: dibujar y analizar todos los pasos de la cadena incluyendo la adición del valor y del “no-valor” (puntos de dolor para el cliente).
3. Establecer el flujo del valor durante la cadena de una forma ágil.
4. Implementar la estrategia “pull”: la producción del producto o el ofrecimiento del servicio comienza cuando se recibe la orden del cliente. Esto contrasta con la estrategia “push” de fabricación contra stock, puesto que los inventarios son considerados desperdicios.
5. Trabajar para la perfección: la búsqueda constante de la reducción o eliminación de los desperdicios mediante la aplicación del conjunto de herramientas Lean adecuadas.

Algunas de las herramientas Lean son Kaizen (mejora continua y trabajo en equipo); Jidoka (no permitir que los errores o defectos prosperen en la línea de producción); 5 S (orden y limpieza en el puesto de trabajo); Estandarización; Poka Yoke (alertas o alarmas que avisan de errores en el proceso); “Total Productive Maintenance” (eficiencia en el mantenimiento de las máquinas de las líneas de producción); “Just in Time” (producción justo a tiempo); herramientas para resolución de problemas como el diagrama de Ishikawa o los cinco porqués; la gestión de las relaciones con los proveedores… y así podríamos seguir hasta nombrar más de 30 fascinantes herramientas que conforman la llamada “caja de herramientas Lean”.

El concepto Lean ha ido evolucionando progresiva y rápidamente desde su origen (Lean Manufacturing), pasando por variantes como la aplicación a áreas concretas de las empresas (Lean Design para disminuir el tiempo de desarrollo de nuevos productos y poder llegar así antes al mercado), el emprendimiento (Lean Start-ups), al sector de los servicios (Lean Service) y a otros específicos (Lean Construction, Lean Tourism, Lean Banking). Se ha convertido así en una habilidad directiva que mejora el rendimiento y la eficiencia y la productividad en el puesto de trabajo.

La dirección de Operaciones, la gestión de los RR.HH. y la coordinación entre las áreas de la empresa deben ser favorecedoras de esta filosofía de trabajo, la cual es muy exigente y lo demuestra el bajo índice de éxito en las empresas que intentan implementarla y que fracasan en el intento. Requiere de una gran transformación de la organización, un elaborado plan de acción, una visión estratégica, recursos, habilidades y una excelente integración entre todas las áreas de la organización (rompiendo la visión de silos y de departamentos estancos), así como una marcada orientación al cliente. Bien llevada a cabo, esta filosofía de trabajo provoca unos resultados extraordinarios y hace que las empresas que la apliquen logren diferenciación y ventajas competitivas.

Edem Escuela de Empresarios inicia el 23 de febrero un taller práctico en formato blended (combinando parte presencial con parte online) de diez horas de duración donde ahondaré en esta filosofía de trabajo, una excelente oportunidad para conocer las diferentes aristas de Lean Thinking.

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