Sábado, 27 de Abril de 2024
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La innovación para la empleabilidad

Profesora titular y Asesora Académica para Internacionalización del área de Ingeniería. Florida Universitaria

Facilitar el acceso al mundo laboral de nuestros jóvenes es y será siempre un factor clave que toda institución de educación superior debe tener en cuenta y priorizar. La Declaración de Bolonia (1999) ya supuso un paso adelante en este sentido al poner el foco de atención en el desarrollo de competencias, lo que significó un cambio radical en la metodología de enseñanza: se pasó de la clase magistral a la participación activa del alumnado en su proceso de aprendizaje.

Sin embargo, no fue suficiente puesto que los índices de paro juvenil siguen siendo demasiado elevados en España: según el informe de julio 2015 de Eurostat, la tasa de desempleo juvenil alcanzó el 48,6 % (la segunda más elevada solo por detrás de Grecia), mientras que en la Unión Europea en su conjunto el porcentaje llega al 20,4 %; y aunque se observa un descenso en relación con el trimestre anterior (50,1 %), la situación no deja de ser preocupante.

Por otro lado, no podemos obviar el número de alumnos que abandonan la educación superior por diferentes motivos y que, por tanto, tienen escasas posibilidades de acceder al mercado laboral puesto que carecen de cualificaciones profesionales de ningún tipo: más del 70 % tanto en estudios universitarios como en ciclos superiores, según el Ministerio de Educación. Asimismo, se observa un descenso importante en el número de alumnos matriculados en la educación superior, incluso en la formación profesional, que ha tenido tanto apoyo últimamente (durante los años más graves de la recesión económica) desde los estamentos oficiales como una vía relativamente rápida para acceder al mercado laboral (en los últimos diez años, se ha observado un descenso del 76,7 %, según datos del Ministerio de Educación).

En consecuencia, el aprendizaje por competencias ha demostrado ser insuficiente para paliar la desfavorable situación en la que nos encontramos y, por tanto, se imponía buscar opciones. Desde el área de Ingeniería de Florida Universitaria, se ha ido un paso más allá al llevar al aula el mundo de la empresa: los alumnos desarrollan un trabajo real para una empresa real (Umnixok, una pyme valenciana). De este modo, y ya desde el primer curso de su carrera, los estudiantes desarrollan aquellas competencias transversales que requiere la industria actualmente, como son la comunicación, la solución de conflictos, el trabajo en equipo y el liderazgo, entre otras. Y, por otro lado, aplican los conocimientos específicos que, gradualmente, van adquiriendo a través de las diversas asignaturas, llevándose a cabo de este modo una interdisciplinariedad entre todas las materias implicadas en los grados. En suma, los alumnos se convierten en consultores para la empresa.

En este sentido, el trabajo realizado por el alumnado de Ingeniería Mecánica y de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática ha ido encaminado al diseño y prefabricación de un sistema robótico para el sector de la edificación, cuyo objetivo primordial ha sido optimizar tiempo, recursos y costes para la empresa. Es decir, los estudiantes pudieron comprobar por sí mismos cómo la aplicación de sus conocimientos adquiridos lleva a la producción de algo concreto: “Personalmente encuentro que el proyecto ha sido bastante productivo, hemos tenido la oportunidad de trabajar un concepto real de una empresa que apuesta por la innovación. Realizando proyectos de este tipo, donde una empresa tiene unas expectativas en cuanto a resultados, nos acercamos más al mundo empresarial y presenta una alternativa a la metodología actual donde los alumnos trabajamos más motivados”, según Ángel González, alumno de 4.º año de la doble titulación en Ingeniería Mecánica e Ingeniería Electrónica Industrial y Automática.

En la última edición de Iceilt (International Congress on Education, Innovation and Learning Technologies) que tuvo lugar del 21 al 23 de septiembre en Granada, Ángel González e Ignacio Silvestre, alumnos de la doble titulación en Ingeniería Mecánica e Ingeniería Electrónica Industrial y Automática y yo, presentamos la comunicación Fostering Employment through Interdisciplinarity (fomentar el empleo a través de la interdisciplinariedad) ante una audiencia internacional a nivel global dentro del mundo de la educación en ingeniería y tecnología.

En dicha comunicación, ambos alumnos presentaron al público asistente una detallada descripción del trabajo que ellos realizaron dentro de su proyecto y del resultado final obtenido: un brazo robótico trepador. Sin lugar a dudas, es una experiencia innovadora puesto que no es habitual involucrar a alumnos que no han finalizado sus estudios de Grado en este tipo de eventos y, mucho menos, a nivel internacional: “hemos tenido la oportunidad de exponer nuestro proyecto a varias universidades del mundo en el congreso Iceilt, donde expusimos nuestro método de trabajo, así como alguno de los aspectos técnicos del proyecto. Fue una experiencia interesante ya que pudimos además contrastar nuestra metodología con la empleada por diferentes universidades” como comenta Ignacio Silvestre, alumno de 4º año de la doble titulación en Ingeniería Mecánica e Ingeniería Electrónica Industrial y Automática.

Por tanto, considero que desde el área de Ingeniería estamos muy involucrados en potenciar la empleabilidad de nuestro alumnado y, por ello, les proporcionamos todas aquellas herramientas que vayan encaminadas a ello, así como, a su proyección a nivel internacional.

Por este motivo, diferentes grupos de alumnos de ambos Grados de Ingeniería han trabajado a lo largo de más de cuatro años en las diferentes ediciones de la competición internacional conocida como MotoStudent, dentro del sector de la automoción, que tiene lugar cada dos años y en la que participan equipos de estudiantes de distintas universidades españolas, europeas y del resto del mundo.

Desde el área de Ingeniería de Florida Universitaria, los estudiantes han creado y diseñado un prototipo de moto de competición de pequeña cilindrada que, posteriormente, ha participado en competiciones como, por ejemplo, el MotorLand de Alcañiz (Teruel). Es otro ejemplo en el que los estudiantes tienen contacto directo con la industria, en este caso, con las diferentes empresas que patrocinan esta competición.

Así pues, desde el área de Ingeniería creemos firmemente que la vertiente práctica de los estudios de ingeniería potencia la cualificación profesional de los alumnos titulados, por un lado; y por otro, aumenta la motivación del alumnado y, en consecuencia, su proceso de aprendizaje mejora considerablemente. Por este motivo, el equipo docente de Ingeniería hemos iniciado en el presente curso académico una experiencia piloto en la que alumnos del Ciclo Superior de Mecatrónica trabajarán conjuntamente con alumnado del Grado de Ingeniería Mecánica y del Grado de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática para desarrollar un proyecto conjunto para la misma empresa anteriormente mencionada del sector de la edificación.

De este modo, se pretende que los estudiantes se enriquezcan mutuamente en cuanto a la adquisición de un carácter profesional (tradicional de los estudios de ciclos) y de conocimientos teóricos específicos (característica de los grados universitarios). La unión de ambos factores es, sin lugar a dudas, un elemento clave para potenciar una alta cualificación que desemboque en un empleo de calidad dentro del mundo laboral.

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