Socia fundadora y directora de Relaciones Externas  IEM Business School

Aprender y formarnos continuamente a lo largo de nuestra carrera profesional es algo en lo que la mayoría coincidimos que es absolutamente necesario.

La formación continua permite el desarrollo personal, la adquisición de nuevas competencias y la actualización de tus conocimientos, que seguramente redunden en una mejora en el rendimiento diario y en el logro de los objetivos definidos por tu empresa u organización.

Sin embargo, en los tiempos que corren es difícil encontrar horas libres para dedicarlas a la formación. Una forma de resolver esto es recurrir a la formación in company, la que se realiza en el seno de la empresa.

Una concepción de la formación como aproximación entre conocimiento y trabajo, que consiste en una formación impartida por expertos en tu área laboral. Una formación diferente del aprendizaje tradicional, puesto que te permite ver y aplicar de primera mano todos los conocimientos que vas adquiriendo en tu propio entorno de trabajo.

Estos cursos “bajo demanda” están diseñados a medida, en función de los objetivos y necesidades de cada empresa, y cada vez más, se proyecta en las pequeñas y medianas empresas como una alternativa de progreso y optimización productiva. La creciente competencia y los cambios introducidos por las nuevas tecnologías en el mundo empresarial están obligando a las empresas a prestar una mayor atención a la formación de sus empleados. Y es que el avance de las empresas procede, en buena medida, de la mejora de las competencias de las personas que trabajan en ella.

Por ello, las pymes no deberían descolgarse de la formación in company, ya sea por problemas presupuestarios, por falta de tiempo o de recursos humanos. La formación in company también es asequible para pequeñas y medianas empresas. En la escuela de negocios IEM Business School adaptamos los programas formativos a los presupuestos, horarios y necesidades de cada empresa.

Además, las empresas de cualquier tamaño disponen de una ayuda económica que se hace efectiva mediante bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social. Es decir, las empresas pueden recuperar la inversión realizada en formación a través de bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social, previa notificación a la Fundación Tripartita, que es la entidad que gestiona estos fondos para formación en empresa. De esta forma, la empresa puede decidir qué formación necesita y cómo y cuándo la realiza, recuperando toda o parte de la inversión realizada.

Las bonificaciones en formación son anuales, esto es, cada empresa dispone de una cantidad anual para formación, por lo que el crédito formativo no consumido, se pierde. Por otra parte, con los recientes cambios de la Fundación Tripartita, según el Real Decreto-ley 4/2015 la formación bonificada debe tramitarse y notificarse directamente por parte de entidades acreditadas como IEM Business School, pretendiendo así la Fundación Tripartita eliminar o reducir posibles irregularidades en la gestión por parte de terceras empresas no acreditadas y que, por tanto, no pueden garantizar la correcta tramitación de las bonificaciones.

Las empresas deben velar por la profesionalidad de sus empleados ya sean operarios, jefes de sección, responsables de departamento o mandos intermedios. El equipo humano de cualquier empresa debe ser llevado de “Recurso” a “Talento”.

La formación in company puede formar parte de la retribución de los empleados o como un plus a su remuneración. Una recompensa que, en muchos casos, es vista por los trabajadores como una muestra de confianza por parte de la compañía. Las empresas que asumen el coste de la formación de sus trabajadores muestran, claramente, una apuesta por el empleado y por su desarrollo profesional.

La formación in company trata de potenciar los conocimientos y las habilidades de los profesionales de la organización, con el fin de garantizar un futuro exitoso para la empresa el día de mañana.

En todo caso, la formación no debe considerarse como un gasto para la empresa, sino como una inversión.

La clave del éxito en la formación de los empleados radica, en muchas ocasiones, en la elección de la entidad que impartirá la misma.

Recurrir a una escuela de negocios para mantener al día al personal es una máxima a la que acuden de forma habitual muchas compañías. Y es que las escuelas de negocio como IEM Business School, somos capaces de adaptarnos rápidamente a las variaciones del mercado gracias al claustro de docentes, profesionales en activo que ofrecen una formación muy práctica y orientada a la obtención de resultados y a la realidad de las pymes.

Poner en manos de una escuela de negocios la formación de la empresa puede marcar, en muchas ocasiones, el éxito en los resultados, gracias al asesoramiento en materia de formación en función de las tendencias del sector.

La competencia profesional de las personas es uno de los principales activos de cualquier organización. Pongamos el énfasis en actualizar nuestros conocimientos. La mejora continua debe formar parte de la filosofía de un buen profesional y la empresa debe velar porque así sea. En definitiva, la formación in company debe ser considerada un recurso más para progresar y seguir creciendo como profesional y como empresa.