La historia de los vinos de Utiel-Requena en el último medio siglo tiene un protagonista de excepción, con el conglomerado de bodegas cooperativas que forman Coviñas. Su preeminencia en la comarca la aportan los 3.000 viticultores que cultivan 10.000 hectáreas de viñedo, casi un tercio de toda la DOP. Con tanto donde elegir, no es casualidad que sus vinos clásicos –como Enterizo–. y los más modernos –como Al Vent o Adnos–, sean abanderados de una variedad única, la Bobal.

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Medio siglo de vida cumple Bodegas Coviñas este 2015. Y lo hace con el orgullo de haber sabido llegar a estas Bodas de Oro con plena de salud, con una presencia envidiable en los mercados y con una cartera de proyectos que auguran un futuro con gran proyección.

Coviñas es una cooperativa de segundo grado, que aúna en su gestión a diversas cooperativas de la comarca de Utiel-Requena. Bajo el lema de que la unión hace la fuerza, en la actualidad la bodega que preside José Miguel Medina agrupa a más de 3.000 viticultores, que son la auténtica alma de Coviñas, como él dice.

José Miguel Medina

Nada menos que 10.000 hectáreas bajo el control técnico de la unión de cooperativas, que mueven al año unos 12 millones de botellas (en torno al 40 % de las contra-etiquetas comercializadas por toda la DOP), y entre 16 y 18 millones de litros de graneles. Este potencial los convierte en los más grandes de la Denominación de Origen, en la que alrededor de un centenar de bodegas se reparten el otro 60 % de las ventas de embotellado.

Así, el director técnico de la firma, Diego Morcillo, puede presumir de que “tenemos el 80 % del bobal del mundo”, ya que esta variedad se cultiva principalmente en los campos de Utiel Requena, la Manchuela y el Júcar.

La defensa del terruño

Cuando los vinos de bobal estaban poco reconocidos y solo se alababan cuando se trataba de rosados –casi nunca como tintos y menos de reserva–, Coviñas vendía por toda la Comunidad Valenciana y buena parte de España su primera apuesta, Enterizo, un vino convertido en un clásico y que para muchos era sinónimo de Utiel-Requena allí donde llegaba solo una referencia de la zona.

Enterizo, en sus diferentes gamas, es hoy la marca de Utiel-Requena más vendida en nuestro país, principalmente en la Comunidad, con un tipo de cliente abonado a su relación calidad/precio que, como subraya el propio Morcillo, “nunca falla”. Con una imagen muy característica y muy asentada, es un valor seguro que no impide apostar por cosas nuevas.

Gama Al Vent

Coviñas tiene mucho viñedo donde elegir, así como diversas variedades que en algunos lugares han demostrado que se dan especialmente bien. Para aprovechar esa ventaja competitiva, la bodega se ha lanzado a compatibilizar su cliente tradicional con los nuevos públicos jóvenes, que piden otros tipos de vino más modernos, afrutados y ligeros.

Ahí entra la gama Al Vent, una apuesta radical en la estética de las propias botellas, etiquetado y embalaje, que no defrauda a los que se deciden por descorcharlo. El tinto es también de bobal, así como el rosado, pero para el blanco han preferido apostar por el Sauvigon Blanc, que conecta mejor con el público joven al que va dirigido.

Adnos, vino de autor

¿No habrá entre las tres mil hectáreas algún paraje especialmente singular para hacer un gran vino? Esa pregunta se la hicieron en Coviñas para lanzarse a seleccionar un terroir cinco estrellas, con el que elaborar su mejor Bobal, un vino de alta expresión que lleva por nombre Adnos.

Son cinco hectáreas y media las que los técnicos de la bodega escogieron por sus características de antigüedad de las cepas, suelo y orientación. Los parajes se llaman El Matorral y El Rubial, y exclusivamente de allí salen las uvas para este vino enorme, del que apenas se comercializan 12.000 botellas.

Diego Morcillo

El viñedo sufre el estrés hídrico de la zona, lo que las lleva a producir escasos dos kilos de uva por cepa. De ahí la calidad de una uva que, tras fermentar, pasará dos años en barrica de roble francés y americano. Más tarde esperará en botella hasta que Diego Morcillo lo decida, siendo en la actualidad la cosecha de 2012 la única que está en la calle, una novedad de esta primavera por coincidir con el cincuenta aniversario de la bodega.

La etiqueta de Adnos incorpora la imagen de un as romano, la moneda que circulaba en los años de la ocupación romana, que fue precisamente la que potenció los cultivos en la meseta de Requena, con el objeto de exportar los vinos hacia la metrópoli, formando parte de la tríada mediterránea, junto al aceite y el trigo.