Viernes, 26 de Abril de 2024
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La batalla por el talento: identifiquémoslo y compitamos por él

Director regional en la zona Levante-Sur RANDSTAD

2015--junio-opi-Randstad-Daniel-LorenzoNos encontramos en un contexto de crecimiento en el que surgen nuevas oportunidades empresariales. Nuestros clientes están incorporando profesionales debido a que han incrementado su volumen de trabajo. Esta percepción se complementa con los datos oficiales, ya que según el informe de la Comisión Europea publicado a comienzos del mes de mayo, “la creación robusta de empleo, unas condiciones de financiación más fáciles, una mejora de la confianza y los bajos precios del petróleo van a seguir alimentando la demanda doméstica y el crecimiento económico en España”. En este documento, además, el organismo supraestatal mejoraba las previsiones de crecimiento del PIB nacional hasta el 2,8 %.

Este contexto es completamente opuesto al del periodo 2008-2013, hace apenas dos años. Se ha producido un cambio de tendencia, un giro en el mercado laboral que repercute en las empresas y en los recursos humanos que las conforman.

Durante los años de recesión económica más profunda, las políticas de recursos humanos internas de las compañías se han situado en un segundo plano. Las empresas se han centrado en aspectos financieros, en la mejora de la productividad y en el incremento de los pedidos, mientras que los candidatos buscaban seguridad laboral y acceder al mundo del empleo. Pero en este último año, gracias a la recuperación económica, percibimos un mayor interés de los trabajadores por el salario, la formación y el contenido del trabajo como nuevas prioridades.

El cambio de ciclo ha generado mayores oportunidades laborales, lo que se ha traducido en un aumento de la movilidad laboral por parte de los trabajadores. De hecho, actualmente, el 44 % de los trabajadores en España está buscando otro empleo. Y este aspecto puede ser incluso más alarmante en un futuro cercano. Según las proyecciones de Randstad para España, en 2020 habrá 2,5 millones de desempleados, pero con una escasez de 1,9 millones de profesionales cualificados.

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Estos trabajadores, altamente especializados, van a ser muy complicados de encontrar en el mercado de trabajo. Las empresas van a competir por adquirir este talento, necesario para continuar creciendo. Por su parte, los empleados que dispongan de esta formación y especialización podrán elegir la compañía en la que desarrollar su actividad profesional.

Todo ello en un entorno en el que las organizaciones cuentan en sus filas con “talento secuestrado”; es decir, con profesionales que no se han marchado por falta de oportunidades o miedo a un cambio en un periodo de incertidumbre. Este talento está esperando la oportunidad adecuada para salir al mercado laboral, para cambiar de empresa y acceder a nuevas cotas que satisfagan su ambición profesional.

Pues bien, he aquí un grave problema para muchas organizaciones, que verán cómo los recursos humanos más valorados de su plantilla se marcharán en busca de aquello que la compañía no les puede ofrecer o no les ha sabido ofrecer hasta ahora.

En este sentido, resulta imprescindible conocer qué demandan los profesionales a sus empresas y qué factores tienen en cuenta a la hora de elegir una compañía en la que desarrollar su actividad. Cada día más organizaciones apuestan por potenciar sus políticas para mejorar su atractivo y atraer y fidelizar el talento. Algo que ocurre en España, pero que aumenta su importancia a nivel en el ámbito internacional.

La tendencia a la transparencia en las organizaciones y el aumento de información accesible a través de redes sociales permite conocer lo que ocurre dentro de las empresas. Debemos ser conscientes de que es imposible (y resultaría contraproducente) evitar que se conozcan las políticas de recursos humanos de las organizaciones. Estas políticas deben adaptarse a los nuevos tiempos para resultar un empleador atractivo. Es más, las empresas van a tener que trabajar no una, sino varias y diversas políticas de recursos humanos adaptadas a cada uno de sus potenciales empleados y sus inquietudes.

Desde hace seis años, en Randstad realizamos un estudio internacional llamado Employer Branding: cuando la percepción puede convertirse en realidad, que analiza el atractivo que tienen las empresas para los potenciales trabajadores. Mide, a través de más de 225.000 encuestas en todo el mundo y más de 11.500 en España, qué lleva a un profesional a elegir una empresa en lugar de otra, cuáles son los sectores que resultan más apetecibles para desarrollar la carrera profesional o cómo deben proceder las compañías para fidelizar a sus trabajadores más valiosos.

La evolución a lo largo de este tiempo ha estado directamente relacionada con la situación económica y laboral de cada momento. La seguridad laboral era una prioridad en los años de recesión más pronunciada. Cuando la economía se ha recuperado y las oportunidades de empleo han aumentado, las preferencias de los profesionales se han modificado en consecuencia. La remuneración salarial se posiciona como el factor más determinante por segundo año consecutivo.

Uno de los puntos clave del estudio hace referencia a la adecuación entre lo que ofrecen las empresas y lo que demandan las organizaciones. En este punto, la percepción de los trabajadores es que las grandes empresas ofrecen salud financiera, gestión eficaz y buena formación. Son características altamente valoradas, pero no son prioritarias. Para los trabajadores, los factores más importantes son las condiciones económicas, la seguridad laboral y el ambiente de trabajo. Es decir, hay un desajuste entre lo que las grandes empresas están ofreciendo a los empleados y lo que estos perciben como prioritario en la búsqueda de un empleo.

Esta situación puede ser incluso más acuciante para las pymes, ya que estas cuentan con menos recursos para poder atraer el talento adecuado y pueden encontrar serias dificultades si la selección final de candidatos no es la que precisan para dar continuidad a su negocio.
Esta “batalla por el talento” no se enmarca únicamente en nuestro mercado. Nos encontramos inmersos en una carrera en la que competimos con empresas de nuestro entorno, pero también con compañías de otros países e, incluso, de otros continentes. La competitividad por el talento no se resuelve en un día, es una competición de fondo, de largo recorrido.

Centremos nuestros esfuerzos en identificar el talento para poder atraerlo y fidelizarlo en el seno de nuestra compañía. En cualquier caso, la competición ya ha comenzado y hay organizaciones que llevan ventaja, pues fueron los primeros que se “calzaron” adecuadamente para salir a la pista.

En este contexto de recuperación económica y aumento de las oportunidades empresariales, el éxito de las organizaciones pasa por la atracción y fidelización de trabajadores con talento. Estos profesionales suponen una ventaja competitiva, un valor añadido que separa el éxito del fracaso.

¿Está su empresa preparada para competir?

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