La eliminación de los aranceles y la rebaja de las exigencias normativas favorecerán las exportaciones valencianas a EE.UU.

El jefe negociador de la Unión Europea para el acuerdo comercial con EE.UU. conocido por sus siglas en inglés TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión), Ignacio Garcia Bercero ha explicado  en Valencia cómo avanzan las negociaciones de este tratado que busca el libre comercio con EE.UU.  y su impacto para España y la Comunidad Valenciana.

Aunque la media para cerrar este tipo de acuerdos está en tres años, para este, que lleva 18 meses negociándose y que tendrá en abril una nueva ronda de reuniones en EE.UU., el Consejo Europeo prevé hacer todos los esfuerzos posibles para sellarlo este mismo año. «Si bien nuestra prioridad es lograr un acuerdo satisfactorio, equilibrado y lo suficientemente ambicioso para ambas partes, por tanto, primando la calidad del mismo, si fuera necesario prolongarlo más allá de 2015 lo haríamos. No obstante, es importante concluirlo con la Administración Obama antes de noviembre de 2016, fecha en la que están previstas las elecciones norteamericanas, porque de lo contrario el riesgo de que las negociaciones se extiendan considerablemente es significativo», ha explicado Garcia Bercero, el máximo responsable de la negociación para los países miembros. 

Bercero ha destacado que se trabaja en un acuerdo amplio y global que plantea, más allá de la eliminación arancelaria, reducir los obstáculos y mejorar las condiciones para que las empresas europeas, sobre todo las pequeñas y medianas empresas, exporten al mercado americano. En este sentido y tomando como referencia el acuerdo adoptado con Korea , «las exportaciones europeas han aumentado a dicho país un 35% en el último año -un 83% en el caso de España- e incluso hemos alcanzado superavit en la balanza comercial, cuando partíamos de un déficit muy considerable«, ha insistido García Bercero, quien estima que, según los estudios de impacto realizados, este pacto con EE.UU. supondría un aumento anual en el producto interior bruto de la UE de en torno al 0,5%.

Aunque la media de los aranceles aduaneros americanos es del 4%, hay sectores, especialmente sensibles para la economía valenciana, en que estos alcanzan hasta un 28% como es el caso de la cerámica; entre el 25 y el 35% en calzado; o entre el 15 y el 20% en textil y confección, «el acuerdo trabaja en eliminar totalmente estos derechos de aduana que ahora existen, y más cuando EE.UU. está llegando a acuerdos de libre comercio  en este sentido con otros competidores como Asia y América Latina, la negociación está en establecer en cuánto tiempo, qué periodo de transición se fija», ha reconocido el máximo responsable de la negociación para Europa.

Por otro lado, el acuerdo trabaja en otros obstáculos como el tema normativo y reglamentario, que afectaría entre otros al sector automoción. «El problema es que EE.UU. aplica normas domésticas relativas a la seguridad de los vehículos que limitan la capacidad europea de exportar automóviles, ya que Europa se rige por normas internacionales, por ello trabajamos para que exista un reconocimiento mutuo de las normativas, donde se establezca que el nivel de protección del usuario es el mismo».

En el caso de las frutas y hortalizas, García Bercero ha informado que se están intentado reducir las exigencias en los procesos de autorización para evitar las «situaciones absurdas» que provoca la lentitud de las autorizaciones por parte de EE.UU., como es el caso de la solicitud de exportaciones de albaricoques o alcachofas que España pidió en 2002 y que aún no se ha resuelto. 

Además de esta compleja burocracia, el principal problema en la negociación sobre el sector agroalimentario es la inspección de los productos, ya que EE.UU. requiere que sean sus propios inspectores los que practiquen esos análisis, según el negociador jefe, que ha indicado que se está estudiando «un sistema de confianza» para agilizar estos procesos.

No obstante, García Bercero ha asegurado que ni la Unión Europea ni Estados Unidos van a «consentir» una modificación de la legislación en materia de seguridad alimentaria, medio ambiente, protección del consumidor o privacidad de datos, y el objetivo es «cómo aplicar» esas legislaciones con menores obstáculos al comercio. «No habrá nada en esta negociación que implique una rebaja de los estándares de protección en Europa, reflejados en la legislación. La garantía es que cualquier pacto negociado por la Comisión tendrá también que ser acordado por todos los estados miembros y ser ratificado por el Parlamento Europeo. Tampoco lo consentiría EE.UU.», ha confirmado el jefe negociador.

García Bercero ha participado en el seminario, «El Acuerdo de Libre Comercio:  oportunidades y Retos», organizado por  la Generalitat Valenciana y la Comisión Europea en España, que ha contado con la presencia del Secretario de Estado de Comercio, Jaime Garcia Legaz, y el Conseller de Economía, Industria, Turismo y Empleo de la Generalitat, Máximo Buch. También han estado representados diferentes sectores de la sociedad y economía valencianas, y han intervenido representantes de sindicatos, consumidores, organizaciones ecologistas y empresarios.