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¿Cuentas con los directivos que necesitas hoy?

Socio de Improven

2014-marzo-opi-Improven-David-GandiaLos tiempos dinámicos, inciertos y cambiantes que atraviesan nuestras organizaciones ponen en evidencia el papel clave que deben desempeñar los directivos, tanto como elementos dinamizadores para sus equipos, como mejores gestores de sus empresas en mercados tan competitivos.

Alguna de las enseñanzas que nos deja la crisis es que, para volver a crecer, además de una buena estrategia se necesita contar con un equipo directivo capaz, valiente y comprometido.

Capaz, porque el guión de hoy exige nuevas habilidades, como liderazgo, creatividad, capacidad ejecutiva, desarrollo de personas, análisis… Valiente, porque hay que tomar nuevas decisiones en medio de más incertidumbre, pero con mayor rapidez. Comprometido, porque solo el esfuerzo, el ejemplo, la pasión y el apego a los valores del negocio contagiarán al resto de la organización.

Personas con talento

Estoy convencido de que las personas con talento son, como nunca antes, el factor clave del éxito de las empresas, mientras que estas acabarán compitiendo en términos de calidad directiva, como ventaja competitiva diferenciadora en sus mercados.

En el día a día de nuestros proyectos de estrategia y gestión del cambio en empresas familiares de tamaño medio, he comprobado sobradamente que solo con una estrategia empresarial adecuada no se consigue volver a crecer.

Para cambiar una situación y aprovechar las oportunidades que existen en los mercados, resulta más decisivo contar con un plan bien ejecutado por parte de un equipo directivo participativo y comprometido, que contar con un plan lentamente aplicado por parte de ejecutivos pasivos o parcialmente consultados.

Considero que las diferencias actuales entre unos directivos y otros no se encuentran tanto en su historial académico o profesional, como en su actitud ante los cambios y su capacidad de reinventar su puesto y su función ante las necesidades impuestas por el mercado.

Las compañías en las que sus directivos solo parecen estar interesados en mantener el estatus quo, resistirse al cambio y reír las gracias al jefe evitando cualquier tipo de opinión en contra, lo van a tener mal; y ellos también.

En una época como la actual, no podemos perder la oportunidad única de cambiar sistemas obsoletos basados en el poder o el miedo. Se necesita reinventar, y esto solo se consigue cuando se está dispuesto a cuestionarlo todo, hasta como hace uno mismo las cosas.

¿Cuáles son los rasgos que debe poseer hoy un directivo para seguir aportando valor a su organización?

Después de haber asesorado muchos equipos directivos estos años, quiero destacar tres competencias que me parecen críticas para estos tiempos, diferenciadoras, y que creo conviene priorizar y alentar en nuestra gente con rapidez, con el fin de incrementar su valor:

> Foco

> Equipo

> Resiliencia

Foco, equipo y resiliencia 

Foco. Es la habilidad de saber prestar la atención a las cuestiones verdaderamente claves en cada momento. Puede parecer obvio, pero muchos directivos se pierden todavía en cuestiones y tareas que en estos momentos son intrascendentes, en lugar de enfocarse en lo que aporta mayor valor y es fundamental para la organización.

¿Dónde poner el foco? Sin lugar a dudas en todo lo que guarda relación con la excelencia para los clientes, las nuevas oportunidades y la rentabilidad de la empresa. Conseguir que todos los miembros de nuestra organización queden organizados y enfocados a prestar una comprensión, atención y servicio excepcionales a los clientes, es la máxima prioridad directiva. Luego está conseguirlo de la forma más rentable posible. El resto de actividades, honestamente, es secundario.

En una empresa del sector de servicios industriales, el deseo de estandarizar y ejecutar los procesos del negocio de manera perfecta, acabó provocando efectos contrarios a los deseados: exceso de burocracia, empeoramiento del servicio, incremento de los costes y la complejidad y, finalmente, pérdida de rentabilidad. Volver a situar al cliente en el centro del negocio, simplificando actividades y procesos, y mejorando la gestión de los directivos, contribuyó a cambiar la marcha del negocio.

Equipo. Desde hace años se habla del trabajo en equipo como el camino que tiene que llevar a alcanzar la excelencia de nuestras empresas. La crisis lo tiró por los suelos. No porque haya dejado de ser cierto, sino porque los temores y la incertidumbre, frutos de la falta de autoestima y aplomo de muchos directivos, han hecho que se vuelva a comportamientos individualistas cuando precisamente se necesita lo contrario. Solos no alcanzaremos el grial empresarial, tenemos que volver a trabajar juntos.

En una empresa familiar de tamaño medio y con un comité de dirección inoperante por la fuerte personalidad de su primer ejecutivo, se consiguió establecer la figura de un comité operativo en paralelo (sin dirección general), en el que los directivos de cada área empezarán a trabajar abiertamente alrededor de proyectos y objetivos comunes, pero sin justificaciones, reproches y miedos. Al cabo de unos meses, los resultados fueron mayor seguridad del equipo y confianza, con un mejor diálogo y comunicación en el comité de dirección.

Resiliencia. Los expertos han definido la resiliencia como la capacidad de mantener el equilibrio en medio de las adversidades. Por ejemplo, cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones. Es también la capacidad para sortear dificultades, aprender y reponerse de los fracasos, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas.

La palabra proviene del latín “resilio” e implica volver atrás, dar un salto o rebotar, como les ocurre a las gomas elásticas cuando se estiran y regresan a su estado inicial. Las empresas necesitan hoy directivos resilientes, capaces de cuestionarse continuamente, de levantarse de los fracasos y ayudar a levantarse a otros, que no dejen de hacer lo que toca, y que pese a que los resultados puedan tardar en llegar, no pierdan de vista el objetivo. 

Un joven director general “heredó” la dirección de una empresa. Llegó a tomar decisiones difíciles en medio de un ambiente familiar enfrentado, porque los resultados no llegaban. Al final, su valentía, perseverancia y buen juicio le dieron la razón; su empresa es de las que está saliendo reforzada.

Los tiempos actuales son la mejor oportunidad para que los directivos de cualquier empresa mejoren su empleabilidad, demostrándose a sí mismos, a sus equipos, a sus empresas y a la comunidad empresarial, que son las piezas críticas y necesarias para sacar adelante los negocios.

www.improven.com

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