Air Nostrum ha cerrado su plan de ajuste y ha culminado con éxito su ampliación de capital con el que espera volver a beneficios en 2015. De esta forma concluye el proceso iniciado en noviembre de 2012 y que desde abril de 2013 ha contado con la implicación de la consultora Seabury. El objetivo de dicho plan era acometer una reestructuración que permitiera a la aerolínea adecuarse a las circunstancias de mercado y buscar nuevos inversores para fortalecer sus recursos propios.

La compañía, que ya se había adelantado a la tendencia del sector de operar con aviones regionales con mayor número de plazas, adoptó un plan de racionalización de flota y gestión del exceso de capacidad que le llevó a reducir el número de reactores de 50 asientos al tiempo que aumentaba su módulo medio, que pasó de las 72 plazas en 2012 a las 80 que tiene en la actualidad.

Paralelamente, reestructuró la red comercial abandonando rutas en pérdidas y punto a punto y centrando su operación en mercados nicho, enlaces en régimen de Obligación de Servicio Público (OSP) y conexiones nacionales e internacionales con origen o destino en Madrid para potenciar la conectividad con el Grupo Iberia en el aeropuerto Adolfo Suarez Madrid Barajas.

En el ámbito laboral, la empresa ha reducido la plantilla sin despidos y ha disminuido su coste unitario a través de acuerdos con todos los colectivos que le permiten operar de forma rentable en las condiciones actuales de mercado.

Con esta batería de medidas para el control de gastos, la aerolínea ha alcanzado una estructura de costes que le permite competir con cualquier nuevo operador.

Por otra parte, la entrada de nuevos inversores en Air Nostrum permite reforzar sus recursos propios que el deterioro de seis años de crisis hacía necesario.

El importe de la operación de ampliación de capital supone una inyección de recursos para la aerolínea de 25,8 millones de euros repartidos de la siguiente forma: 7,5 millones de euros en capital, 8,3 millones en deuda ya dispuesta a diez años y otros 10 millones en deuda disponible.

En la nueva composición accionarial, el consejero delegado, Carlos Bertomeu  asume el control de la compañía con el 54,41% de las acciones, junto a sus socios Antonio Pellicer y José Remohí, que invierten a título personal a través de sus sociedades patrimoniales un 15% de la propiedad de la empresa cada uno, y un grupo de directivos de la compañía que alcanzan el 6,25%.

Completan la distribución accionarial los antiguos accionistas, entre los que se encuentran los fundadores de la compañía, la familia Serratosa, con un 7%, y el Banco Ceiss, con un 2,04%.

 “Estamos preparados para empezar a crecer”, ha señalado Carlos Bertomeu, que en una comparecencia ante los medios de comunicación ha adelantado que las pérdidas de 2013 serán menores que las del año anterior.

 A su juicio, “la efectividad de las medidas adoptadas permite augurar que el resultado de la empresa en 2014 estará cerca del equilibrio”. La compañía prevé regresar a beneficios en 2015.