El Consejo de Colegios de Mediadores de Seguros de la Comunidad Valenciana, donde están representados los colegios de Alicante, Castellón y Valencia, se prepara como anfitrión para la cita anual del mundo del seguro en España, que los días 12, 13 y 14 se celebrará en Valencia, en el Foro de Productos y Servicios Financieros, Inversiones, Seguros y Servicios Tecnológicos (Forinvest).

En esta ocasión la cita tiene especial relevancia, toda vez que en ella se va a presentar el Plan Estratégico para los profesionales de la mediación del seguro, realizado por la consultora Cap Gemini por encargo del Consejo General de Colegios de Mediadores de Seguros.

Para conocer la realidad de la profesión, los retos y amenazas a los que se enfrentan, Economía 3 ha conversado con los presidentes de los tres colegios de medidores de seguros que operan en la Comunidad Valenciana: Ignacio Carlos Soriano, presidente del Colegio de Valencia; Eusebio Climent, presidente del Colegio de Alicante; y Antonio Fabregat, presidente del Colegio de Castellón.

– ¿Quiénes forman el colectivo profesional representado por los Colegios de Mediadores de Seguros?

Antonio Fabregat

Antonio Fabregat.- Lo primero que hay que señalar es que, en nuestro caso, desde 1992 la colegiación no es obligatoria para el ejercicio de la profesión, lo que significa que la adscripción al colegio es voluntaria por parte de los profesionales de la mediación de seguros. A pesar de ello, si consideramos sólo a los mediadores que se dedican en exclusiva al mundo del seguro, estamos con unos porcentajes de adscripción colegial próximos al 85%.

Corredores y agentes

Eusebio Climent.- A los profesionales de la mediación de seguros podemos dividirlos en dos grandes grupos: corredores de seguros, que no mantienen una vinculación contractual directa con una compañía aseguradora concreta; y los agentes de seguros, que sí tienen relación contractual directa con una compañía en concreto. Hay una tercera figura, que es el agente vinculado, pero que en España no tiene mucho peso. Es un agente, pero que mantiene vinculos contractuales con varias compañías según productos.

Ignacio C. Soriano.- Además de la relación con la compañía de seguros, otra diferencia significativa entre el corredor y el agente es que, en el primer caso, el asegurado es cliente directo del corredor, en tanto que es el corredor quien asume la responsabilidad respecto a su cliente; mientras que el asegurado por un agente es cliente de la compañía; es la compañía directamente quien tiene la responsabilidad.

– ¿Se precisa alguna titulación especial para ser corredor o agente de seguros?

Antonio Fabregat.- Efectivamente, es preciso haber superado unos cursos que impartimos los colegios (de hecho, la formación es nuestra principal actividad como entidades de derecho público), y además, es preceptiva también la formación de reciclaje y de actualización de conocimientos.

Eusebio Climent

Eusebio Climent.- Para ser corredor hay que superar la evaluación de lo que conocemos como curso “A”, para ser agente hay que hacer lo propio con el curso “B” y también impartimos formación para los empleados y colaboradores de corredores y agentes, el curso “C”.

Y para poder seguir en el ejercicio profesional, cada tres años debemos acreditar haber recibido un número mínimo de horas de formación. Es una profesión cuyo ejercicio no exige titulación universitaria, pero sí es obligatoria una formación técnica específica y de reciclaje.

Ignacio C. Soriano.- Y como esa formación la impartimos los colegios, con nuestros cuadros de profesores, podemos decir que, en estos momentos, la práctica totalidad de corredores y agentes en ejercicio que actúan en el mercado, han sido formados por los colegios.

El cuadro de profesores lo forman, tanto profesionales acreditados y con una experiencia contrastada, como también profesores universitarios de CC. Económicas o Derecho, pues se imparten bastantes contenidos, por ejemplo, de contabilidad o de fiscalidad.

Banca – Mediadores

– Sorprende que, a pesar de la grave crisis económica que vive España, hasta ahora no haya habido ninguna compañía de seguros que haya necesitado la intervención pública.

Ignacio Soriano

Ignacio C. Soriano.- El sector asegurador español, gracias al patrimonio acumulado y a la profesionalidad con la que desarrolla su trabajo, es muy sólido. El margen de solvencia medio de las compañías está casi tres veces por encima de lo que exige la Administración.

Eusebio Climent.- Y con dos diferencias significativas respecto al comportamiento de la banca. Cualquier depositante de una entidad financiera sabe que, por normativa oficial, tiene asegurados sus depósitos hasta un límite de 100.000 €, mientras que con un contrato de seguro tiene garantizado el 100% del valor asegurado.

En segundo lugar, en las diferentes crisis bancarias, de una u otra forma al final ha sido el sector público -todos los españoles-, quien ha tenido que intervenir en el tema para resolverlo, mientras que en las pocas ocasiones en que se ha producido un problema en alguna compañía aseguradora, han sido las propias empresas del sector las que se han hecho cargo de resolver la cuestión, pues todos los riesgos significativos contratados están reasegurados.

– Dada la situación actual del mercado, ¿son las entidades financieras la principal amenaza de los mediadores de seguros?

Antonio Fabregat.- La competencia es buena y hasta deseable, lo que es peligroso en este negocio es la incompetencia. Lo que quiero decir es que personas sin la formación adecuada, como son muchos empleados de las oficinas bancarias, están recomendando a sus clientes productos de seguro que muchas veces ni entienden.

Ignacio C. Soriano.- Y eso, además de suponer un riesgo para el asegurado, es un claro caso de mala praxis profesional, pues quien ofrece el seguro ha tenido acceso a las condiciones que tiene el cliente en estos momentos, pues los pagos están domiciliados a través del banco; y además, en muchos casos, la entidad condiciona el buen fin de una operación de préstamo o crédito a la contratación de un seguro. Eso es mala praxis.