UBE reconoce en la innovación la base para su sostenibilidad en el tiempo

En el año 1994 UBE adquirió la planta de Castellón y los proyectos de inversión puestos en marcha desde entonces supusieron en primer lugar un importante aumento de la capacidad productiva de caprolactama, su materia prima básica. A partir de 1999 se inició un proceso de diversificación, con la producción de productos nuevos y de alto valor añadido, tales como la química fina y el sulfato amónico granular. En el año 2004 se puso en marcha la nueva planta de poliamidas y copoliamidas, y en años sucesivos se han ido mejorando diversos procesos productivos, y ampliando la gama de química fina. Desde el inicio hace veinte años, UBE lleva más de 220 millones de inversión acumulada en Castellón, incluyendo unos 50 en medidas de protección y mejora ambiental.
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Conforme a su plan estratégico a medio plazo, UBE tiene previsto invertir en torno a 56 millones en el trienio 2013-15. Este plan incluye proyectos para la expansión de la capacidad productiva de nylon, la reducción de costes y mejoras ambientales y de seguridad. “La innovación y la inversión son requisitos fundamentales para mantener nuestra competitividad fabricando productos de mayor valor añadido y mejorando nuestro nivel tecnológico” asegura su consejero delegado en Europa y Latinoamérica, Masahiko Nojima. Uno de esos proyectos clave es la ampliación de la planta de nylon, que permitirá alcanzar una producción de 30.000 toneladas anuales, un aumento del 50% sobre la situación actual, con el que esperan contar en marzo de 2015.
En años recientes sus gastos e inversiones en I+D se cifran entre un 0,7 y un 1% de las ventas de productos fabricados en España, manteniendo de este modo el esfuerzo en innovación pese a la crisis. En la planta de Castellón cuenta con un área de I+D química y otra de plásticos de ingeniería, donde trabajan un total de 20 personas.
La primera de ellas se concentra en el desarrollo de nuevas formulaciones de productos de química fina (policarbonatodiol, pentanodiol) así como sus aplicaciones en nuevas materias primas como poliuretanos de mayor resistencia a la vibración o de elevada transparencia. Cuenta también con una unidad de laboratorio dedicada al desarrollo y formulación de electrolitos funcionales para baterías de ion-litio, orientadas al vehículo eléctrico.
Por su parte, el área de plásticos de ingeniería está enfocada hacia nuevas aplicaciones técnicas de las poliamidas, como película para la elaboración de envases especiales de conservación de alimentos, tubos multicapa para circuito de frenos u otros componentes de automoción.
PROCESO DE INNOVACIÓN
El proceso de innovación se realiza frecuentemente en colaboración con otros fabricantes de los sectores en los que desarrolla producto así como con universidades y centros tecnológicos de su entorno.
“La innovación está en el ADN del Grupo UBE desde su creación en Japón hace más de 115 años y es la base para la sostenibilidad en el tiempo, respetando el medio ambiente” defiende Nojima. Para UBE las actividades de I+D+i “son esenciales para adaptar a nuestros productos y mercados la tecnología de nuestra matriz, diversificar nuestra cartera de productos y mantenernos competitivos”.
Según expone el directivo de UBE, La sociedad demanda cada vez más materias primas cuyo uso suponga un balance ambiental positivo, “y a ello enfocamos nuestro esfuerzo, logrando especializarnos en determinadas áreas”. Tal es el caso del policarbonatodiol, polímero cuyas propiedades potencian la resistencia (al calor/frío, agua, roce…) en productos como suelos de madera, componentes del automóvil, pieles sintéticas, adhesivos o pinturas, además de aportar un tacto suave a la piel sintética. “Nuestra planta de Castellón es el primer fabricante mundial, el que mayor diversidad de grados produce y además cuenta con un cualificado equipo humano en I+D que colabora activamente con los clientes para seguir avanzando en nuevas prestaciones. También nos aplicamos igualmente en la mejora de los procesos productivos para minimizar su impacto ambiental, o su consumo de energía y de otros”.
La planta de Castellón se trata de la única planta de UBE en Europa, que ha recibido un fuerte impulso a partir de 1994, cuando se fue consolidando como un soporte importante en el proceso de globalización de UBE Industries. “Desde entonces se han fortalecido tanto la base productiva como los recursos humanos y las capacidades de gestión, orientando su actividad cada vez más hacia toda el área del Atlántico Norte, Europa, Sudamérica y Oriente Próximo” subraya Nojima.
Esto implica que las políticas comerciales y los nuevos proyectos en Castellón se contemplan dentro de una estrategia general y abarcando un ámbito mayor que el continente europeo. “Nuestro complejo industrial se ha convertido en un centro que contribuye de manera importante a la toma de decisiones dentro del Grupo UBE, para establecer su estrategia global” asegura su principal directivo en Castellón.
Entre los retos a los que se enfrenta una planta como la de UBE en Castellón, Nojima sostiene que a nivel general le gustaría que “UBE en Castellón pudiera reducir aún más su impacto ambiental y continuara elevando su alto nivel de seguridad”. Junto a ello señala que es clave también completar para 2015 la nueva línea de nylon de alto valor añadido, de modo que arranque con éxito y nos permita consolidar su presencia comercial en los mercados.
Para ello los mayores esfuerzos se están destinando a mejorar continuamente la competitividad de la empresa, de una forma sostenible, mediante proyectos de diversificación, de aumento de capacidad, de reducción de costes o de innovación. En ello están implicados los empleados de todas y cada una de las áreas de la empresa, pues todas contribuyen de manera directa o indirecta a los objetivos marcados.
El trabajo de las áreas de I+D, en combinación con los departamentos comerciales, se centra en el desarrollo de nuevas aplicaciones para sus actuales materias primas, que permitan abrir nuevos mercados. Se trata de un esfuerzo sistemático que viene de años atrás y actualmente ya han sido completados con éxito diversos proyectos de creación de nuevos envases que incorporan nylon, o de materias primas plásticas mejoradas, ganando en cada caso nuevos clientes para el grupo UBE. “Sin ser nichos de mercado exclusivos, estas nuevas cuentas permiten crear una base de crecimiento en colaboración, con gran futuro” señala Nojima.
UBE vende en mercados exteriores en torno al 70% de toda su producción, atendiendo a clientes en cuatro continentes.
La compañía ha contribuido a crear empleo de forma sostenida en un país donde en los últimos años ha dominado lo contrario. En Castellón ha creado más de 100 nuevos puestos de trabajo desde el año 2000. Actualmente cuenta con 350 empleados en España.
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