Sábado, 27 de Abril de 2024
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¿Qué es y cómo se protege un secreto industrial en España?

Álvaro Pérez

Álvaro Pérez

Abogado y socio de Demarks&Law

El secreto industrial, comercial o empresarial es, básicamente, información confidencial que no se desea que conozcan los competidores, y es una herramienta legítima de toda empresa, que ha formado parte de las estrategias empresariales y actividades económicas desde hace cientos de años. Las características que incorporará el próximo iPhone, o los proyectos y estrategias de cualquier empresa, son ejemplos de secretos industriales valiosos.

No existe una definición legal de secretos industriales, pero se conviene internacionalmente en entender que los constituyen aquel conjunto de informaciones o conocimientos que no son de dominio público y que son necesarios para la fabricación o comercialización de un producto, para la producción o prestación de un servicio, o para la organización y financiación de una empresa.

Así, se puede considerar como secreto industrial, comercial o empresarial, todo conocimiento o información sobre productos, servicios, procedimientos o estrategias, cuya confidencialidad y exclusividad proporciona a su titular una ventaja competitiva.

Pero para que la información titularidad de una empresa se considere secreto empresarial y sea susceptible de protección, es necesario que se cumplan los siguientes requisitos generales:

1) No debe tratarse de información o conocimientos generalmente conocidos -bien la totalidad de la información, una parte esencial de la misma o bien el resultado de la interacción de sus partes-, ni fácilmente accesibles para las personas introducidas en los círculos en que normalmente se utiliza.
2) Debe tener un valor económico por ser secreta y aportar una ventaja competitiva.
3) Tiene que haber sido objeto de medidas razonables para mantenerla reservada y secreta.
4) Debe tener aplicación industrial o comercial.
5) Obviamente, debe ser lícita y referirse a una actividad o aplicación legal.

También es recomendable que, al menos una referencia concreta a la misma, conste en un soporte físico, a efectos de poder probar su existencia y objeto.

Ejemplos de categorías susceptibles de constituir secreto empresarial son los procesos, técnicas y conocimientos de fabricación; los planos, dibujos, modelos y manuales, los proyectos, los algoritmos, los ingredientes y fórmulas de fabricación de productos; las estrategias comerciales, la información financiera o la información sobre actividades de investigación y desarrollo, entre otros.

Cómo proteger los secretos industriales

Aunque en determinadas circunstancias concurrirá una obligación implícita de preservar la información a la que se tiene acceso, el secreto empresarial se protege fundamental y preferiblemente mediante cláusulas contractuales, que formalizarán explícitamente dicha obligación, reforzará la constancia del carácter reservado de la información empresarial para el obligado, y delimitará las condiciones aplicables a la misma con las personas que tengan acceso a ella, estableciendo, en definitiva, la política de confidencialidad corporativa tanto interna como externa.

Una redacción y contenido adecuado de estas cláusulas contractuales es esencial y debe contemplar, tanto la definición y detalle de la información confidencial de la empresa, como las condiciones aplicables a su acceso y gestión, así como la penalización en que se incurrirá si se incumplen las obligaciones adquiridas.

Y dichas obligaciones deben ser suficientemente concretas, pues la eficacia de los compromisos que origina y la prueba de su incumplimiento podría verse afectada de lo contrario.

Una política de gestión del conocimiento continuada en el tiempo, que establezca los niveles de acceso a la información y que permita la detección inmediata de los conocimientos que confieren una ventaja competitiva y conviene mantener reservados, constituye el segundo de los instrumentos más eficaces para su protección.

La tutela jurídica de los secretos industriales

Al secreto industrial se refiere nuestra normativa de patentes, también la legislación de competencia desleal y el Acuerdo sobre los aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio, que se aplica a todos los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y, por tanto, también a España.

Establece la facultad para las personas físicas y jurídicas de impedir que la información que esté legítimamente bajo su control y reúna los requisitos apuntados al inicio de este artículo, se divulgue a terceros o sea adquirida o utilizada por terceros sin su consentimiento, de manera contraria a los usos comerciales honestos: incumplimiento de contratos, abuso de confianza, instigación a la infracción, y adquisición de información no divulgada por terceros que supieran, o que no supieran por negligencia grave, que la adquisición implicaba tales prácticas.

Además, el apoderamiento, destrucción, difusión, revelación, cesión a terceros y/o utilización de secretos empresariales, está tipificada como delito en nuestro vigente Código Penal y es castigada con penas de prisión en nuestro ordenamiento.

Por último, también en nuestra jurisprudencia ha recibido atención y tratamiento esta materia, contribuyéndose a tutelar y delimitar la necesaria protección de los secretos empresariales, aunque por razones de extensión no proceda analizarse aquí.

Ventajas, inconvenientes y conclusiones

Las principales desventajas de los secretos industriales frente a otras modalidades de protección son que no conceden un monopolio legal. Además, solo encuentran tutela jurídica frente a divulgaciones realizadas por quienes se encuentren implícita o explícitamente sujetos a una obligación de guardar reserva; y la pérdida del carácter de secreto puede deberse a un descuido del propio titular.

KONICA MINOLTA DIGITAL CAMERAPor el contrario, permiten preservar datos esenciales como parte de una tecnología protegida en su conjunto por otras vías –como, por ejemplo, una patente-; también permiten mantener una ventaja competitiva en materias que no son protegibles eficazmente por otras modalidades; y además, se puede proteger mucha más información que la que puede protegerse con las patentes, que solo pueden concederse a innovaciones técnicas nuevas e inventivas. Y es importante destacar que el secreto empresarial puede rentabilizarse a través de la concesión de licencias y diversas formas de colaboración.

Todas las empresas tienen secretos empresariales, pero no siempre son conscientes de su existencia, ni de la importancia de una política que garantice su protección, hasta que se producen situaciones perjudiciales por la revelación o utilización no autorizada de dicha información.

Por tanto, es un recurso extraordinariamente valioso y posiblemente infrautilizado que puede revisarse o incorporarse eficazmente en la política empresarial, bajo una estrategia adecuada y un asesoramiento especializado.

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