Sábado, 27 de Abril de 2024
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Plan de Pensiones, ni contigo ni sin ti

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Dirección de Gestión de Patrimonios de Tressis S.V. Entidad Socia de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF)

Los planes de pensiones son una forma de ahorro privado que tiene como objetivo principal complementar la pensión pública de la Seguridad Social, para ayudar a mantener en la medida de lo posible nuestro nivel de vida tras la jubilación. No es ni mucho menos la única alternativa a nuestro alcance (tenemos rentas vitalicias o temporales, PIAS, PPA, seguros de ahorro …), pero sí la más conocida y utilizada.

De todos es conocido que gran parte de su atractivo radica en su ventajosa fiscalidad, ya que a través de las aportaciones que se van realizando, nos permite reducir la base imponible general de nuestra renta y, por tanto, diferir el pago de impuestos hasta el momento del rescate.

Ese rescate sólo puede hacerse a partir de ciertos supuestos (lo que confiere a este producto una notable iliquidez): jubilación, enfermedad grave, desempleo de larga duración y muerte del partícipe. Se está planteando la posibilidad de incluir los problemas para afrontar el pago de la hipoteca como un nuevo supuesto de liquidez.

La forma de ejecutar este rescate podrá ser en forma de capital (rescatar de golpe), o de renta (importes de forma periódica), o mixta (una mezcla de las dos anteriores). Habrá que estudiar en cada caso la forma más eficiente fiscalmente para hacerlo.

Antecedentes

Poniéndonos un poco en antecedentes sobre las variables que afectan directamente a nuestro sistema de pensiones, el Fondo de Reserva o «hucha de las pensiones», alcanzaba al cierre de este marzo alrededor de los 63.500 millones de euros. Por primera vez desde que se constituyó, en 2012, se tuvo que echar mano de él para poder cuadrar los números y hacer frente al pago de las pensiones (jubilación y viudedad)

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Lo que ocurre es que en estos últimos años de crisis se ha  reducido considerablemente los afiliados a la Seguridad Social y, de la misma manera, se ha incrementado el número de desempleados, generando tensiones de liquidez para pagar a los pensionistas.

La conclusión a la que llegó el Gobierno fue no actualizar las pensiones alIPC, sino a un tipo bastante menor, permitiendo un «ahorro» de unos 9.400 millones de euros. Todo esto nos lleva a que unos 16 millones de filiados se encargan de que cerca de nueve millones de pensionistas cobren sus pensiones, saliendo una ratio de menos de dos cotizantes por cada jubilado y traspasando el límite en el que se supone que el sistema es sostenible.

En el Pacto de Toledo se introdujo el concepto «factor de sostenibilidad», que consiste en ir ajustando anualmente de forma automática las pensiones según factores demográficos, la situación macroeconómica existente e, incluso, ajustar la edad de jubilación, el número de años cotizados exigible o dificultgar las jubilaciones anticipadas.

En España tenemos un sistema de prestación definida, en la que se fija la pensión a percibir, pero se aporta según la situación laboral. Con la introducción de este «factor de sostenibilidad» se tiende hacia un modelo anglosajón o sistema de contribución definida, en el que se fija la aportación individual, pero se cobrará la pensión en función de la situación macro del país en ese momento. Resumiendo, el efecto es que habrá pensiones aseguradas pero menores y cada uno tendrá que ahorrar por su cuenta para compensar.

Proyecciones de futuro

Un informe de Standar & Poor’s calcula que en el año 2050 en España habrá unos 52 millones de personas, de las cuales 22 serán nuestra fuerza laboral y 16 nuestros jubilados. Puede hacer cálculos y ver que el ratio comentado anteriormente no hace más que empeorar.

En ese momento será necesario el 14% del PIB español para hacer frente a las pensiones, desde el 10% actual. En consecuencia, se estima que en unos veinte años las pensiones serán un 50% menores que las actuales.

Todos estos hechos juntos suponen un impacto muy importante sobre nuestra mentalidad, y es que tenemos que pensar y asumir que dependeremos en menor medida de la pensión pública que nos corresponda, y que estamos obligados a realizar un mayor esfuerzo de ahorro privado si queremos mantener nuestro nivel de vida tras retirarnos de la vida laboral (sobre el 80% de los ingresos actuales).

Volviendo al producto en sí, a cierre de 2012 había un patrimonio en planes de pensiones individuales de unos 53.000 millones de euros, unas veinte veces más que veinte años atrás. El número de partícipes era de unos ocho millones; nueve veces más para el mismo período. En el mercado hay aproximadamente unos 1.400 planes entre los que elegir.

Reflexiones importantes

No hay una edad más adecuada que otra para empezar a plantearse la suscripción de este producto, pero lo que fácilmente podemos averiguar utilizando simuladores es que, cuanto antes empecemos a ahorrar, menor será el esfuerzo a realizar. Actualmente, en nuestro país la edad media de inicio del ahorro se sitúa sobre los 36 años.

Un factor que no ayuda a incentivar el ahorro de forma temprana es que no conocemos a través de nuestra vida laboral qué pensión estimada cobraremos en el momento de nuestra jubilación, por lo que no somos conscientes del suplemento que necesitamos para vivir como nos gustaría dentro de nuestras posibilidades.

Es común haber oído sobre la mala prensa que tiene este producto financiero (todos conocemos a alguien que sólo hace que aportar al plan y cada vez tiene menos dinero), pero rompiendo una lanza a favor de los planes, no es un mal producto, sino un producto mal utilizado.

Dentro del universo de inversión de los planes, tenemos que conjugar según nuestro perfil el peso a darle a la renta variable y a la renta fija, pudiendo los de mayor aversión al riesgo refugiarse en planes sustentados en fondos monetarios o garantizados. Los planes son totalmente traspasables entre ellos, e incluso aunque sea entre diferentes entidades gestoras (salvo los garantizados, que pueden conllevar penalizaciones).

Estamos acostumbrados a ser testigos de las agresivas campañas de las entidades financieras (sobre todo llegados los últimos meses del año) para captar esta forma de ahorro de los cliente, y puede darse el caso de que nos dejemos embaucar por regalos y bonificaciones, pero realmente lo que les debemos exigir son resultados, en forma de rentabilidad sostenida en el tiempo y capacidad para adaptarse a situaciones complejas de los mercados financieros.

Un plan de pensiones no es ahorro estático. Es aconsejable elegir un asesor independiente que supervise y ejecute una estrategia en función de nuestra edad y perfil de riesgo, y que lo haga con la mayor objetividad posible, huyendo de los conflictos de interés propios de las entidades financieras tradicionales. 

www.febf.org

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