El grupo, fabricante de equipos industriales para sectores como el energético, el químico, el alcoholero y el agroalimentario, entre otros, tiene como filosofía principal atender la necesidades del cliente y ‘confeccionarle’ un traje a medida acorde a sus requerimientos. Del mismo modo, han decidido enfrentarse a la crisis con investigación que reporte nuevos productos con un alto valor añadido. Este esfuerzo se ha visto recompensado y la cooperativa ha conseguido un contrato con la empresa chilena Mater LNG para la que fabricarán 46 equipos de deshidratación para biocombustibles.

[mepr-rule id=»598″ ifallowed=»show»]Hace ya casi cuatro décadas que Grupo Vento optó por el cooperativismo como forma jurídica. En aquella época, las quince personas vinculadas a este proyecto se decantaron por esta opción “ya que implica una mayor participación de los trabajadores con sus propias ideas y que estos se desarrollen, algo que en otros modelos societarios es mucho más complicado”, explica Francisco Piñero y Ángel García presidente y director general de Grupo Vento, respectivamente.

El Grupo está formado por Indetec (1998) y Vento (1976). La primera de ellas es responsable de la investigación y del apartado comercial. Es decir, “es la encargada de desarrollar toda la ingeniería de procesos y la tecnología”, añade Piñero. Por su parte, Vento se dedica a la fabricación.

La compañía es especialista en procesos de obtención y purificación de biodiesel; instalaciones para el secado de biomasa (cáscaras de almendra, residuos forestales, orujos de uva y aceituna, etc.); minimización de aguas de vertido, secado y estabilizado de lodos (reducción de residuos y eliminación de malos olores); regeneración de disolventes contaminados (obtención de disolvente limpio, ahorro económico y reducción de residuos; y absorción y recuperación de compuestos orgánicos volátiles (cov’s), entre otros.

En esta misma línea, han desarrollado 25 patentes, más de 250 trabajos de I+D y más de 2.500 proyectos. En cuanto al apartado de exportación, una práctica que comenzaron en 1979, sus investigaciones y procesos han llegado a Chile, Italia, EE. UU., China, Costa de Marfil, Portugal, Marruecos, Francia y Marruecos, etc.

En sus instalaciones del Polígono Fuente del Jarro (Paterna) desarrollan el ‘corazón’ de la máquina y el montaje, “el resto lo hacen otras empresas que cuentan con la tecnología precisa para cada uno de los componentes que nos hacen falta. Al final se trata de intercooperación entre empresas”, remarca Piñero.

La cooperativa dispone también de varias plantas pilotos de investigación en sus instalaciones, preparadas para los procesos de evaporación, destilación, desulfitación y deshidratación. El proceso de secado se lleva a cabo aparte. Grupo Vento invierte anualmente entre un 10% y un 20% de su cifra de negocios en investigación y desarrollo. “Cada proyecto que nos pide un cliente requiere una investigación y este coste lo asumimos nosotros hasta la contratación del producto”, incide Piñero.

Filosofía de la compañía

Por otra parte, Grupo Vento se rige por los parámetros marcados en su plan estratégico 2010-2015. Este contempla tres objetivos: sacar al mercado productos competitivos y con un alto valor añadido, apostar por el mercado exterior y ampliar el departamento comercial.

La filosofía del Grupo consiste en atender las necesidades del cliente, aportándole una solución a sus problemas. En definitiva, le confeccionan un ‘traje a medida’ acorde a sus necesidades. “Se trata de una forma de acercarnos a él. De hecho, cuando entra en Grupo Vento, se incorpora casi para siempre, ya que le ofrecemos un servicio continuo”, matiza Piñero.

Del mismo modo, el hecho de ser una cooperativa sí que les está ayudando a afrontar la crisis, ya que las personas que trabajan en ella se adaptan a las circunstancias. “Por ello, se puede decir que las cooperativas son camaleónicas».

«Su gran diferencia con respecto a otros modelos empresariales estriba en que los trabajadores tienen la potestad de elegir su órgano de gobierno y gestión. Todos tenemos el mismo capital y luego existe el capital voluntario, que cada uno va aportando, porque otra de nuestras premisas es que la empresa se autocapitaliza”, afirma Piñero.

A lo largo de estos años de crisis, la empresa ha mantenido los 32 puestos de trabajo, incluso se han jubilado cinco personas que han sido sustituidas. En cuanto a la facturación del Grupo, en 2007, un año de importante crecimiento, superaron los 4,5 millones de euros; en 2008, rebasaron los 3,5 millones; durante 2010 y 2011 mantuvieron los tres millones de euros; y en 2012 esta cifra descendió “porque decidimos apostar por la investigación”, incide Piñero.

Desde 2010 invierten en investigación para desarrollar nuevos productos dirigidos al mercado de las energías limpias “que nos van a dar una gran ventaja competitiva”, aclara.

El reconocimiento a este esfuerzo en I+D no se ha hecho esperar. Este año, Grupo Vento ha firmado un contrato con la empresa chilena Mater LNG para construir una planta de fabricación de biocombustibles, cogeneración eléctrica y planta desalinizadora en Brasil, que les garantizará la carga de trabajo durante dos años.

Grupo Vento será una de las 36 empresas –22 españolas, seis alemanas y 8 brasileñas– que participa con un 2% en este proyecto -con un presupuesto global de mil millones de euros–, se encargará de suministrar 46 equipos de deshidratación.

Este proyecto, que firmaron en abril, provocará la contratación de casi 10 personas más y que busquen la cooperación de otras seis empresas, tanto de la Comunidad Valenciana como del resto de España, que también tendrán el trabajo garantizado a lo largo de dos años. “Esta sería nuestra pequeña contribución a esta crisis”, insiste Piñero.

Nuevos desarrollos

La cooperativa Grupo Vento acaba de obtener una nueva patente para la eliminación de compuestos orgánicos volátiles (cov’s) en plantas de suministro de piezas para la industria del automóvil, gracias al proyecto desarrollado con la ayuda del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y la colaboración de Trelleborg Automotive.

Esta iniciativa, presupuestada en más de un millón de euros y en la que han invertido medio millón, les abrirá las puertas del sector del automóvil. Además, colaboran en dos proyectos Life de la UE.

Uno de ellos ya está aprobado (Life+ ENV ES 593 / H2alrecylyng.eu), y corresponde a 2010. Gracias a él se reciclará aluminio para obtener hidrógeno, que servirá para generar energía eléctrica en pilas de combustible. En él participan tres empresas –JAP Energéticas y Medioambientales y el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE).

En el Proyecto Life 2013 participan Innotecno, Aiju, Itecu y Gestrevin. Esta iniciativa servirá para que los subproductos etanólicos de las plantas de destilación sean utilizados por las propias industrias para la obtención de hidrógeno y la generación de energía eléctrica.

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