– ¿Qué tiene previsto hacer para superar la eterna separación entre Universidad y Empresas?

– Efectivamente, este es un tema recurrente desde hace años, y creo que con voluntarismo no se va a resolver. La Universidad debe ser proactiva difundiendo sus capacidades y habilidades, para ponerlas al servicio del tejido socio-económico, pero mi experiencia me dice que por más recursos que la Universidad destine a estas tareas a través de las Oficinas de Transferencia de Investigación (Otris) y demás organismos similares, se precisan agentes privados especializados en la intermediación entre Universidad y Empresas, que tiendan también el puente hacia la Universidad desde la parte de la Empresa. Un puente no se construye desde un solo lado.

– ¿A qué agentes privados especializados se refiere?

– Es una figura bastante habitual en el mundo anglosajón. Son firmas consultoras especializadas en actuar como “brokers tecnológicos”, cuya misión consiste en conocer las necesidades en materia de I+D que tienen o van a tener las compañías, y como conocen los nichos de especialización de los diferentes departamentos e investigadores universitarios, procuran casar esa capacidad investigadora con las necesidades de investigación de las compañías.

Pero no se limitan solo a casar oferta y demanda, sino que, en base a las posibilidades de dicha investigación, la transforman ya en un modelo de negocio concreto para el que buscan financiadores y gestores.

Es decir, la aportación de valor al proceso de esos “brokers tecnológicos” es doble: o bien buscan el mejor equipo investigador, uniendo nichos de excelencia de diferentes universidades, para resolver un proyecto concreto; o bien, a partir de las investigaciones realizadas en diversos centros universitarios, visualizan la oportunidad de negocio subyacente, establecen el modelo y buscan a los ‘partners’ adecuados para poner en valor en el mercado dicha oportunidad de negocio.

– En este caso, ¿cuál es el negocio para el “broker tecnológico”?

– Hay diferentes fórmulas de retribución de sus servicios, pero la más habitual es cobrar una comisión sobre el montante de la operación o sobre los resultados de la misma durante un determinado periodo. En Europa hay varias consultoras especializadas por áreas de investigación: energía, el mundo ‘bio’, etc.

– Este escenario que ‘dibuja’ me parece muy alejado de nuestras pymes.

– No crea. El principal problema en la relación entre Universidad y Empresa no está en el tamaño de las empresas, sino en la mentalidad de los gerentes. Yo estoy liderando en representación de la UPV el proyecto Ciudad Politécnica de la Innovación (nuestro parque científico) desde su nacimiento, y allí hay empresas de menos de 10 trabajadores, con las que tenemos proyectos en marcha de más de medio millón de euros. Otro dato: de las más de 1.200 empresas que el año pasado establecieron convenio de colaboración con la UPV, cerca de 800 tienen menos de 250 trabajadores en plantilla. Por eso le digo que no es un problema de tamaño, sino de mentalidad de los gerentes, que deben de tener claro para qué les puede valer la investigación universitaria y qué pueden y deben esperar de la Universidad.