Viernes, 26 de Abril de 2024
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Las empresas se ponen en forma

Responsable de Fundesem Alumni y del área Manager de Relaciones Internacionales. Fundesem Business School.

Jesús Javier Muñoz

Jesús Javier Muñoz

Estar sano y en forma se ha convertido en algo habitual en nuestra sociedad. No hay más que echar un vistazo a la cantidad de gente que sale a correr en cualquier momento del día o la aparición en el mercado de productos bajos en calorías o saludables.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 1987, un 62,6% de la población mayor de 16 años tenía una actitud sedentaria durante su tiempo libre. En el año 2012 este porcentaje se había reducido hasta el 41,3%.

Estos datos son todavía más llamativos si tenemos en cuenta el envejecimiento de la población española. Según un estudio realizado por el mismo INE, los mayores crecimientos de población se concentrarían en las edades avanzadas.

Concretamente en 2052 el grupo de edad de mayores de 64 años se incrementaría en 7,2 millones de personas (un 89%) y pasaría a constituir el 37% de la población total de España.

En los países anglosajones se utiliza el término ‘lean’ para describir a una persona sin grasa, en forma. Este término se comenzó a atribuir a las empresas, principalmente en el área de producción, apareciendo el término ‘lean manufacturing’ a partir de las mejoras de la eficiencia en la fabricación implementadas por el consultor Taiichi Ohno en la compañía Toyota en los años 40.

Modelo ‘lean’

Tomando como referencia ese término, nace la cultura ‘lean’ aplicable a diferentes áreas de las compañías y fundamentada en la filosofía de ‘hacer más, hacerlo más rápido y hacerlo más barato’. Se debe eliminar la grasa para poder aumentar la eficiencia y la efectividad.

Este tipo de filosofía de ‘lean management’, utilizándola para cualquier decisión de las empresas, fue primeramente aceptada por las ‘startups’. Podríamos definir ‘startups’ como “empresa emergente o sociedad que, pese a su juventud y falta de recursos, consigue obtener resultados en el mercado y pasar a un siguiente nivel estructural al ser impulsada por otros inversores o absorbida por empresas ya consolidadas”.

Quizá obligadas por esa falta de recursos, desde el primer momento intentan crear valor añadido a los clientes con los menores recursos posibles. Pero, ¿por qué no aplicarlo a todo tipo de empresa?

Expandir el modelo

Bien es cierto que la mayoría de las empresas, de forma más o menos consciente, están utilizando de algún modo este tipo de filosofía, pero lamentablemente solo reduciendo personal. Se sacrifican activos de la compañía, mientras que quizá se sigan desperdiciando recursos en otras áreas. Un claro ejemplo es el de General Electric.

Tras adoptar este tipo de filosofía, principalmente en su área de producción, ha conseguido dejar de producir en terceros países y volver a producir en Estados Unidos, generando un buen número de puestos de trabajo, a pesar de tener un coste de mano de obra mayor. Todo esto ha sido posible gracias a mejoras como reducción del 60% de inventario, bajar un 68% el tiempo de fabricación o reducir del 80% del espacio requerido.

De algún modo, la crisis nos ha obligado a reducir la carga de grasa, tanto a nivel personal (donde cada vez más controlamos nuestros gastos), como a nivel profesional, optimizando estructuras y recursos. Esta crisis también ha incentivado de forma indirecta el autoempleo y el emprendedurismo en España.

La aprobación del Real Decreto-Ley de medidas de apoyo al emprendedor y el anuncio en el Consejo de Ministros del pasado día 26 de abril de la inminente aprobación de nuevos incentivos fiscales tendentes a la potenciación de las ‘startups’ y al fomento del ‘business angel’, ponen de relieve que 2013 es el año de la concienciación y estímulo del espíritu emprendedor como motor para el desarrollo económico y la creación de empleo.

Emprendedor – Empresario

No existe ninguna diferencia entre un emprendedor y un empresario. De hecho, en muchos idiomas se utiliza la misma palabra para ambos conceptos. Estas nuevas empresas están naciendo desde sus inicios desarrollando poco a poco músculo, evitando desperdicios. La educación se está adaptando también a estas necesidades de las empresas.

Para iniciar una empresa, en algunos casos no es necesario comenzar con el tedioso y costoso trabajo de realizar un Plan de Negocios. Con los nuevos modelos de negocio, podemos llegar a estudiar la viabilidad de un proyecto y decidir cómo vamos a generar beneficios con el uso de herramientas como el ‘business model canvas’ y resumen ejecutivo.

Posteriormente se desarrolla el Plan de Negocios según se vaya creciendo. No hemos descubierto la gallina de los huevos de oro, pero lo que está claro es que de esta crisis sólo nos sacarán los emprendedores con sus empresas en buena forma.

www.fundesem.es 

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