¿Qué es el neuromarketing?
Por lo tanto, el neuromarketing consiste en aplicar la ciencia al marketing para tratar de averiguar cuál va a ser el comportamiento del consumidor ante unos determinados estímulos. Parece que un proceso de compra en el cerebro se desarrollaría de la siguiente forma: vemos un producto, lo probamos, valoramos si comprarlo o no, y, en su caso, realizamos la compra.
Sin embargo, el proceso de compra para el cerebro es algo mucho más complejo e intervienen muchos otros elementos como las emociones, la motivación, la intuición, los impulsos etc. Por ese motivo, el neuromarketing analiza como recogemos la información que proviene del exterior a través de nuestros cincos sentidos: gusto, tacto, vista, oído y olfato.
Bases que utiliza el neuromarketing
Las técnicas del neuromarketing se basan en tres pilares fundamentales:
Captar la atención
En la actualidad estamos sometidos como consumidores a una gran cantidad de estímulos en la televisión, en el móvil, en el ordenador, por la calle, por lo que captar nuestra atención puede ser el inicio de un proceso de compra.
Nos puede atraer una tienda de ropa por su escaparate, por cómo está colocada la ropa, por los olores o por el olor. Sin embargo, aunque haya captado nuestra atención todavía faltan muchas otras etapas para que decidamos comprar y no siempre se pasa por las mismas etapas, incluso en ocasiones, se actúa por simple impulso.
Vender experiencias
Las marcas ya no venden directamente sus productos o servicios sino la experiencia que su producto o servicio pueden proporcionar. Una marca de coches ya no vende coches, vende a aventura, libertad, disfrutar de la carretera…
Generar emociones
Otro de los pilares fundamentales del neuromarketing son las emociones. Cuando las marcas nos venden experiencias generan emociones en nosotros y esas emociones nos permiten identificarnos con esa marca y ser fieles clientes. Se ha comprobado que los consumidores que siente un vínculo emocional con una marca, compran más o repiten en la compra.
Ejemplos cotidianos de neuromarketing
Algo tan sencillo como el carro de la compra de cualquier supermercado ya es un ejemplo de neuromarketing. Los carritos son grandes con la idea de que si tienen más espacio vamos a comprar más. Efectivamente, aunque vayamos con la lista de la compra al supermercado o ya sepamos lo que necesitamos comprar, al final siempre compramos más cosas y llenamos el carro.
En los supermercados hay otros muchos ejemplos de utilización de técnicas de neuromarketing como la forma en la que se disponen los alimentos. Es habitual que los alimentos de primera necesidad estén situados al final del supermercado para que recorras toda la superficie y compres más.
Otro ejemplo clarísimo de neuromarketing son las perfumerías. Por lo general suelen oler muy bien e incitan a comprar sus perfumes. El motivo es evidente: nadie compraría en una perfumería con malos olores.
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