La guerra del pan: Franquicias vs Autónomos
La aparición de pan tan barato en este tipo de establecimientos se debe, en opinión de Lorenzo Alonso, presidente de la Confederación Española de Panaderías (CEOPAN), a que «las materias primas que están utilizando no son de la mejor calidad, por eso el precio es menor. Duros a cuatro pesetas no da nadie», aseguró.
En muchos supermercados el precio de la barra de pan es de 45 céntimos, pero se puede encontrar por 37, 38 ó 39…
Normalmente el pan que se ofrece al consumidor en las franquicias y en los supermercados es un pan precocinado que llega desde panificadoras industriales, listo para hornear.
Profesionales del sector creen que, el horno tradicional es el que va pagar la factura de toda esta guerra, porque no puede competir con los precios que ofrecen. «No nos salen las cuentas” comentan.
Algunos consumidores siguen prefiriendo el pan elaborado en las panaderías tradicionales, a pesar de que su precio es superior, porque elijen la calidad. Sin embargo, son muchos los que se decantan por el pan que venden en supermercados y franquicias, debido principalmente a su precio. “Es que vas a la panadería y el pan ha subido un montón”, cuanta uno de los consumidores.
Pau Sanchis, gerente de “Migas”, empresa innovadora de reciente creación, indica que existe una gran diferencia entre el pan elaborado de forma tradicional o artesanal y el que venden las franquicias y los supermercados, “pues siguiendo la elaboración de antaño, con ingredientes naturales y de alta calidad, el pan resulta exquisito y, es normal que su precio sea más alto”.
En este sentido, manifiesta que “nosotros vendemos calidad y buen hacer, nuestras armas para competir con estos comercios”.
Por su parte, Panaria, empresa de éxito en el mundo de las franquicias, comunica que sus panes están hechos con masa madre, sin aditivos, es decir, naturales. Además, recuerda que su pan dura varios días y su sabor “le recordará al de antaño”.
¿De qué lado se decantará la guerrra? La decisión final la tiene el consumidor.