Paco Tormo, el emprendedor que quiso ser el dueño de su propio destino

Paco Tormo, el emprendedor que quiso ser el dueño de su propio destino

“El día que decidimos dejar Vetboard ya estaba pensando en que podía montar después”, recuerda Tormo sobre aquel difícil momento en el que junto a su dos socios decidió cerrar el negocio en el que tantas ganas, tiempo y dinero habían invertido.

Vetboard iba a ser un «bombazo”, todo apuntaba a que esta herramienta de gestión iba a revolucionar el sector de la veterinaria, sin embargo no consiguieron vender ni uno de sus productos.

«Le presentamos el proyecto a directores generales y a directores comerciales de grandes compañías del sector como Bayer, y les encantó las posibilidades que tenía. Nosotros veíamos que eso iba a ser un bombazo, hasta que se lo presentamos a los veterinarios, que fue cuando nos dimos cuenta de que habíamos hecho una herramienta perfecta para directores financieros, para alguien familiarizado con las finanzas, pero a los veterinarios les resultaba muy compleja y tenía una curva de aprendizaje que nos estaban dispuestos a hacer”, explica Tormo.

De aquel fracaso, Tormo reconoce haber aprendido una valiosa lección: «vender la piel del oso antes de cazarlo”, es decir, primero hay que salir a vender y luego, si tu servicio o producto gusta, entonces desarróllalo.

«Primero presenta lo que quieres hacer, y cuando lo vendas, entonces lo haces. Y si fallas, pues le devuelves el dinero a la persona a la que se lo has vendido. No es cuestión de engañar a nadie, sino de validar que el mercado está preparado para recibir el producto que le estás dando”.

Con Vetboard ya en el pasado, Tormo siguió persiguiendo el sueño de ser empresario, como lo había sido su abuelo, de quien heredó esas ganas de tomar las riendas de su vida laboral. Sin embargo, y a pesar de que Tormo confiesa haber querido siempre montar una empresa, primero estuvo unos años ejerciendo la profesión para la que se había formado: periodista.

Según fueron pasando los años, la inquietud por emprender se fue apoderando de él, hasta que surgió la oportunidad de Vertboard, que aceptó de inmediato.

«Vetboard me sirvió para conocer lo que era internet, lo que era montar una startup. Después de que el proyecto fracasara, empecé a apuntarme a todos los eventos de emprendedores que había y a conocer este mundo. A partir de ahí conocí a la gente de Momentum. Yo estaba sólo, no tenía equipo, no tenía socios y se necesitan compañeros para desarrollar lo que sea”.

Momentum, una lanzadera que busca personas emprendedoras que aún no tengan ni equipo ni una idea de negocio definida. Es la propia Momentum quien propone las ideas de negocio a desarrollar. Fue en esta lanzadera y después de otro proyecto fallido, donde conoció a sus dos socios actuales, con los que montó Singularu, una plataforma de comercio online que vende joyas personalizadas.

Y en ¿qué se parece un negocio de joyas personalizadas a otro de veterinaria? En nada o en poco, sin embargo la pasión de Tormo era por emprender, no por montar algo concreto.

«Buscaba lo que teníamos en Vetboard: tres tíos a los que les movía era la ambición de hacer algo importante”.

Momentum tiene una base de datos de ideas de negocio que por ejemplo ya se han validado en otros países, y que son factibles de replicarse.

«Vimos una que se llama custom made, muebles hechos a medida, y nos pusimos con los muebles. Empezamos a vender muebles hechos a medida. Lo que esta vez sí hicimos bien, es sin ni siquiera tener un carpintero, montamos la web y empezamos a lanzar el negocio. La idea era recibir diferentes presupuestos gratuitos de diferentes carpinteros. Cuando nos entró el primer proyecto, que era una señora que quería una mesa, entonces empezamos a ver quién podría hacer esa mesa.

A partir de ahí empezó a crecer la cosa y decidimos ampliar horizontes, nos metimos con elementos de decoración, para al final acabar con la joyería. Todo nos empezó a decir que el camino era la joyería. La logística con los muebles era muy complicada, había ya mucha competencia de venta de muebles online. La decoración tampoco terminaba de arrancar, aunque tuviéramos a los mejores ceramistas y alfareros de España”, apunta Tormo.

Así que finalmente Tormo y sus socios decidieron pivotar el modelo de negocio y centrarse en la joyería, y más en concreto en el proceso industrial de customización en masa de joyas. Actualmente está desarrollando un configurador de alianzas de bodas que lanzarán en apenas diez días.

Con este proyecto fueron seleccionados para la aceleradora Conector, donde han conseguido su primera inversión.

Para Momentum, Tormo sólo tiene palabras de agradecimiento, y es que en su opinión, “una de las cosas que hacen muy bienes que se matan por ti, están muy implicados en el éxito de los proyectos que lanzan”, señala.

De Momentum sales con un esquema muy claro de cómo tienes que contar lo que estás haciendo. Te ayuda a centrarte y a no dispersarte, que es una de las grandes dificultades que tiene un emprendedor. Tendemos a hacer una cosa gigante y a dejarnos llevar por cualquier idea que se nos ocurra y como se nos ocurren mil al día, pues hacemos mil cosas a la vez y al final no haces ninguna bien. Otra cosa que hace también Momentum es centrarte en las cosas que son verdaderamente relevantes en las fases iniciales del proyecto”.

En cuanto a Conector, según Tormo, esta aceleradora te ayuda a trazar el mapa que tienes que seguir, porque si no, te puedes perder por el camino, que es lo que le pasa a mucho de los emprendemos, que tienen una visión a largo plazo, pero que no saben muy bien qué camino seguir hasta llegar a la meta.

“Gente que ha pasado 20 veces por este camino, te puede ayudar. Te haces un plan de hitos que tienes que ir cumpliendo hasta llegar al gran objetivo. Ahora tenemos un camino marcado que recorrer para conseguir lo que queremos”.

Haciendo una recapitulación de la carrera emprendedora de Tormo, vemos que los proyectos eran de naturaleza muy distinta, y muy alejados de su formación como periodista. En este sentido, Tormo confiesa que ha tenido que formarse diez veces más rápido de lo normal, porque es fundamental conocer el sector en el que vas a emprender, antes de hacerlo.

Si lo haces sobre la marcha, vas a necesitar mucha más energía, además de darte diez veces más golpes de los que te deberías dar, explica Tormo, quien confiesa no tomarse nunca los errores muy a pecho, para poder aprender de ellos y seguir avanzando.

Al término de la entrevista Tormo se mostró reflexivo y autocrítico con su trabajo, sobre todo con Vetborad, del que dijo que aunque el concepto era bueno, la herramienta tenía que haber sido mucho más sencilla, además de haberla explicado mucho mejor, entre otras cosas, de las que aprendieron mucho, porque como dice Tormo: “a toro pasado todos somos Manolete”.

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