El resultado ha sido un simple círculo, sin embargo ya se ha abierto el camino para que en el futuro estas máquinas sean capaces de dibujar formas más complejas sobre la piel humana.
Fue durante un taller en el ENSCI–Les Ateliers (Escuela Nacional Superior de Creación Industrial en París) cuando un grupo de estudiantes, apoyados por la empresa de soluciones digitales Le Fab Shop convirtieron una impresora 3D, marca MarkerBot en una máquina de hacer tatuajes.
El principio es el mismo con el que se hacen las impresiones en 3D. A la máquina se le da un diseño que esta ejecuta a la perfección, sin salirse un milímetro de lo establecido.
De momento esto es sólo un prototipo, que habría que mejorar mucho hasta que los aficionados a la tinta pudieran decorar sus cuerpos sin salir de casa.