Las causas más frecuentes del fracaso empresarial
Cuando comenzamos con una nueva aventura empresarial pensamos en si tendremos éxito o no y nos esforzamos al máximo para que todo salga bien. Pero hay veces que las cosas no salen como esperábamos y llega el momento de reflexionar y aprender para no volver a repetir los errores. A continuación, te contamos las causas más frecuentes del fracaso empresarial, para que las tengas en cuenta y no cometas esos errores que han costado tan caros a algunos emprendedores:
Asumir costes excesivos
Una de las principales causas del fracaso de una nueva empresa es no saber reducir los costes al mínimo. Tendemos a pensar en el desarrollo del negocio, en lugar de centrarnos en otros aspectos que son también importantes como los costes, sobre todo los costes fijos. Por ejemplo, antes de alquilar una oficia o un local comercial, piensa si es realmente necesario. Puedes desarrollar tu trabajo desde casa o buscar sitios en los que se pueda compartir el espacio con otros emprendedores, de forma que el coste sea inferior y que incluso puedan surgir sinergias con otras empresas.
No testear el negocio
Un fallo muy frecuente también entre los emprendedores es desarrollar un producto o servicio durante meses o incluso años, sin testear nunca si ese producto o servicio cubre una necesidad real de los clientes en el mercado. Podemos gastar mucho dinero en el desarrollo de forma inútil, cuando se podría evitar simplemente haciendo una prueba para ver qué necesita la gente y qué es lo que realmente funciona.
Depender de un tercero para desarrollar el producto o servicio
Debemos tener mucho cuidado si el desarrollo de nuestro producto o servicio lo realiza otra empresa o persona que no tenga nada que ver con nuestra empresa, porque dejamos en manos de un tercero una de las partes más importantes de nuestro negocio. En este sentido, es mejor buscar a alguien de mucha confianza o tener a una persona dentro de la empresa que realice esa labor.
No saber delegar
Para no asumir costes, un emprendedor tiende a ser comercial, director general, departamento de marketing, administrativo, departamento de contabilidad etc. Es decir, tendemos a hacer de todo y a no delegar nada. Pero eso, a la larga, pasa factura, porque es imposible hacer todo el trabajo. Poco a poco debemos aprender a confiar en terceras personas para delegar tareas que no sea estrictamente necesario que hagamos nosotros.
Conflictos entre socios
Esta es una causa muy común también de las empresas que fracasan. Solemos asociarnos con amigos o familiares sin tener la precaución de firmar un pacto de socios en el que se establezca qué aporta cada socio, que hace cada uno y cómo se reparten los beneficios, entre otras cosas. Sin un pacto de socios que deje todo claro desde el principio, cualquier problema que surja entre los socios, puede afectar gravemente a la empresa.
Falta de un plan de negocio
Antes de comenzar con nuestra empresa es necesario conocer como mínimo los datos del proyecto que queremos desarrollar y los datos del sector en el que queremos actuar. Por ese motivo es necesario realizar un estudio de mercado previo y elaborar un plan de negocio realista con el que poder entender los puntos clave del negocio y presentarlo a futuros inversores.
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