Kamax España lleva negociando con los representantes de los trabajadores desde hace más de un año, además de intentar asegurar “un flujo de pedidos e inversiones a medio plazo que eviten el cierre de la empresa”.

La compañía, que plantea 34 prejubilaciones hasta 2020, considera que los gastos de personal de la planta de la localidad valenciana de Museros (Valencia), que fabrica tornillería para la industria del automóvil, alcanzan un 20 por ciento de las ventas frente al 13% de la fábrica checa.

La planta de Chequia es referente dentro del grupo empresarial y “la más rentable y segunda más grande” de la empresa. Además, creen que es la “competencia más directa” de la planta española. Por ello, comunican que los costes de mano de obra de Kamax España la sitúan en “una clara desventaja”.

La razón es que la planta alemana “opera con un sistema de competencia interna en el que sus plantas pujan por carga de trabajo, y les asigna los proyectos sobre criterios de precio ofertado y rentabilidad”, informan a Europa Press.

Desde hace años, Chequia “aventaja a Museros al tener una mano de obra cualificada en el campo industrial, con salarios más bajos y un coste logístico más económico para llegar al centro de Europa, así como un entorno normativo más flexible”.