Hablar de inflación significa que el dinero se vuelve menos valioso, lo que encarece todos los bienes y servicios al mismo tiempo que disminuye el poder adquisitivo. La inflación descontrolada puede ocurrir cuando la demanda es mayor que la oferta durante mucho tiempo. Entonces los precios suben y los bienes se encarecen. Esto significa que las personas necesitan salarios más altos para poder comprar los bienes y servicios que utilizan habitualmente, lo que a su vez lleva a que las empresas tengan que subir los precios para poder pagar salarios más altos, etc.
¿Qué es la inflación?
Para poder definir este concepto lo primero que debemos saber es que es un término que está directamente relacionado con los precios de los bienes o servicios de un país. Por tanto, la inflación debe entenderse como el aumento generalizado de los precios de todo tipo de productos o servicios en un período de tiempo específico. Es decir, se emplea cuando se observa que los precios se han inflado (aumentado) con el paso del tiempo.
Como la inflación es un aumento en el nivel general de precios, significa que puedes comprar menos bienes y servicios por la misma cantidad de dinero. Por tanto, el valor del dinero disminuye. Esto se refleja, por ejemplo, en el hecho de que el precio de la misma canasta de bienes en la tienda aumenta, es decir, puedes comprar menos bienes con la misma cantidad de dinero.
Tipos de Inflación
Ya sabemos qué es la inflación, pero ahora bien, otro punto importante a tener en consideración al respecto de la inflación es que existe más de un tipo. Y estos, se pueden clasificar según el porcentaje de aumento que se genera en los precios de todo. Por medio de esta categorización se pueden realizar análisis más efectivos sobre sus causas en una región específica. De esta forma se pueden tomar las medidas efectivas para frenarla o detenerla. Entre los principales tipos de inflación podemos mencionar:
- Deflación: Conocida también como inflación negativa. Cuando se está ante una deflación los precios de los productos tienen una decaída en lugar de un aumento.
- Inflación moderada: Es el tipo más común de todas. En una inflación moderada el porcentaje de la inflación no supera el 10% de forma anual.
- Inflación galopante: Este tipo de inflación es mucho mayor, y comienza a ser desmedida, los niveles de los porcentajes pueden llegar hasta las tres cifras.
- Hiperinflación: La hiperinflación es el nivel mayor de la inflación, en este caso los precios alcanzan un porcentaje de hasta 1000% de inflación.
Qué es la inflación subyacente
La inflación subyacente, o también llamada inflación básica, es aquella que tiene en cuenta el Índice de Precios de Consumo (IPC) pero no tiene en cuenta los productos energéticos y bienes sin elaborar. La inflación subyacente es menor respecto a la inflación normal al excluir los bienes de primera de necesidad y la energía. La inflación subyacente es más persistente y duradera en el tiempo puesto que es el reflejo de que la subida de precios ha arrastrado a otros bienes.
Diferencia entre IPC e inflación
La inflación y el IPC (Índice de precios del consumo) son indicadores económicos pero no toman en consideración los mismos productos para medir el incremento de precios. Por un lado, el IPC selecciona los precios de unos bienes concretos como la alimentación, el textil, los transportes, etc. para poder pedir la evolución de los precios. Sin embargo, la inflación es un concepto más amplio que tiene en cuenta la subida generalizada de los precios de una economía.
Causas de la inflación
La inflación puede ocurrir por muchas razones diferentes. Puede ser que el banco central de un país haya impreso demasiados billetes. Es decir, haya aumentado demasiado la oferta monetaria. Otra razón puede ser que la demanda de bienes y servicios sea inusualmente grande, mayor de lo que las empresas tienen tiempo para satisfacer. Esto conduce a precios más altos. Los costos más altos de producir bienes y servicios también pueden elevar los precios y, por lo tanto, también aumentar la inflación.
Del mismo modo, aumentos salariales demasiado altos pueden generar una mayor inflación, ya que conduce a un mayor consumo privado, lo que eleva los precios. Pero también elevar los costos laborales significa que las empresas elevan los precios de los bienes y servicios producidos, para compensar los costos. Las expectativas de una mayor inflación y aumentos de precios también pueden causar inflación, ya que los hogares pueden exigir salarios más altos.
Consecuencias de la inflación
Otro de los puntos claves con respecto a la inflación tiene que ver con los efectos que la misma genera. En la gran mayoría de los casos, este tipo de efectos son altamente negativos y generan consecuencias graves en la población del país en el que se presenta. Entre los principales efectos, además del incremento de los precios y la disminución del poder adquisitivo, está el acaparamiento de los productos, los sectores productivos se ven afectados, fallas en la asignación de los recursos para la producción, etc.
Además de esto, también cabe señalar que la capacidad de ahorro de los ciudadanos disminuye de forma notable, al tener que gastar más dinero para adquirir los mismos productos. Del mismo modo, las personas se ven en la obligación de comprar todo lo que necesitan de manera presurosa, pues temen que al día siguiente los precios ya hayan aumentado. Sin duda, la inflación genera graves repercusiones a nivel social, productivo e incluso psicológico. Ya que las personas se acostumbran a tener un constante temor y estrés debido a no poder cubrir satisfactoriamente los gastos del hogar.
¿Cómo se puede detener la inflación?
Esta, sin duda alguna, es la pregunta más frecuente entre los economistas de la mayoría de los países. Luchar contra este fenómeno es algo complicado que puede tomar tiempo, pero, aunque muchos dicen que se trata de algo imposible, lo cierto es que con el esfuerzo necesario puede lograrse. El consejo más seguido por muchos países es incrementar la tasa de interés de la deuda pública. Ya que esto hace que aumenten las tasas de los préstamos para consumo. De ese modo, se logra frenar la demanda de los productos y servicios.
Aunque esto en principio suene como algo bueno, lo cierto es que también, puede generar otros tipos de consecuencias. Ya que, al detener la demanda del país, se frena también la industria que elabora los productos. Por lo tanto, es una acción correctiva que podría generar un estancamiento económico. Lo que a su vez puede propiciar un alto nivel de desempleo en el país. Sin duda, la inflación debe tratarse con sumo cuidado para así evitar la generación de otras consecuencias mientras se intenta detener el aumento de los precios.
Inflación en España: cómo ha cambiado en los últimos años
La inflación se suele medir de forma mensual y anual y se expresa en lo que es conocido como el IPC (Índice de Precios al Consumo). Por medio del cálculo continuo del incremento de los precios se puede conocer con exactitud el porcentaje de inflación de cada país. En España, este fenómeno es algo que comienza a preocupar a muchas personas, ya que los precios de los productos, luego de la pandemia de Covid-19 se han visto incrementados. Además, el modo en el que ha funcionado la oferta y la demanda ha sido inestable.
Según los últimos registros del IPC en Europa, España presenta una inflación incrementada del 9,8% con respecto a su IPC del año anterior debido principalmente a los problemas que se están generando en la región con respecto a los servicios de electricidad y el gas. Una subida veloz y drástica que alcanza máximos históricos que no se veían desde 1985.
Inflación y deflación
Al contrario de la inflación, la deflación es una caída de precios durante un tiempo determinado que viene causado por dos motivos: una mayor oferta de bienes o un exceso de oferta. En una deflación, las empresas se ven obligadas a reducir los precios para poder vender la producción y no verse en la obligación de acumular excedentes”. El impacto de la deflación puede verse acentuado por cambios en la economía mundial que impliquen un incremento de la productividad o de la competencia entre las empresas que genere una guerra de precios.