¿Has escuchado, alguna vez, la expresión “Guilty pleasure”? Se ha dicho que la culpa es una emoción que se desperdicia y al parecer, así es. Hay momentos en los que nos sentimos culpables por cosas que nos producen placer o como dice la expresión, sentimos un placer culpable. Pero… ¿Por qué, que causa este sentimiento?, ¿por qué, sentirse mal por hacer algo que nos causa placer y que no perjudica a nadie? Incluso, si disfrutamos comiendo un helado o viendo la tele, ¿por qué sentimos ese guilty pleasure o placer culpable?
¿Qué es el guilty pleasure?
El guilty pleasure o placer culpable en nuestro idioma, es un sentimiento generado por una forma de entretenimiento que una persona siente vergüenza de disfrutar. La frase suele implicar que el sujeto disfruta del objeto o la experiencia a pesar de saber que no es considerado apropiado por la sociedad. Esta definición puede incluir cualquier cosa, desde la obra de un artista hasta un programa de televisión, pero más a menudo se refiere a ciertos tipos de comida y bebida.
Por ejemplo, cuando vemos un programa de televisión que todo el mundo ve, pero que a nosotros nos hace sentir incómodos en muchos aspectos. No deberíamos, pero no podemos evitar verlo a veces, porque nos causa un cierto placer, aunque también culpa.
¿Cuándo se usa este término?
El término guilty pleasure, se usa cuando somos conscientes de que estamos haciendo algo que está mal, que va en contra de nuestra moral y ética, o que no nos conviene. (Puede que no sea el caso de todo el mundo: a algunas personas no les gusta la culpa).
Cuando la acción se realiza con la intención de hacer mal a otra persona. Por ejemplo, si robamos el coche de alguien.
Las acciones realizadas sin tener en cuenta los sentimientos o el bienestar de los demás también se consideran placeres culpables en este sentido del término; las acciones centradas en uno mismo a menudo pueden provocar sentimientos de culpa porque ignoran las necesidades de los demás.
¿Por qué sentirse culpable si produce placer?
La cuestión es que no debemos sentirnos culpables por sentir placer. Está bien disfrutar de cosas, aunque no son buenas. Está bien divertirse, relajarse y hacer algo que nos haga felices. Todos necesitamos un tiempo en nuestras vidas en el que podamos ser nosotros mismos, sin preocuparnos por lo que piensen los demás.
Los guilty pleasure o placeres culpables son solamente eso, placeres. No son perjudiciales en absoluto, así que ¿por qué sentirse culpable por ellos? Si las actividades que nos gustan no causan ningún daño o peligro, no hay razón para que nos sintamos mal por ellas. Incluso, muchos opinan que no hay por qué sentirnos mal, aunque lo hagan.
Ejemplos de Guilty pleasure comunes
He aquí algunos ejemplos de los guilty pleasure o placeres culpables más comunes:
- Ver televisión: A veces puedes encontrar una joya oculta entre todos los reality shows de mala calidad y las malas comedias. También te puede sorprender la cantidad de buenos documentales que hay.
- Comer comida chatarra: No hay nada malo en comer comida chatarra de vez en cuando, a veces todos necesitamos algo diferente.
- Asistir a ciertos lugares, algunas veces nos hace falta una escapada o un cambio de ambiente, aunque para otros sea algo censurable.
- Quedarnos en casa sin hacer nada, un placer culpable muy común, disfrutar del ocio en la paz y tranquilidad de nuestro hogar.