El transporte del futuro busca financiación
Unos 17 “Centros Comerciales de Transporte”, señala Francisco Latorre, autor de esta idea pionera y única, podrían abrirse en España, sumando a estos, las ciudades europeas más estratégicas, “se trata de un proyecto que podría ponerse en marcha en todo el mundo”.
La instalación de estos centros favorecería a todos, ciudadanos, transportistas y clientes, ya que evitaría la entrada de camiones en las ciudades, con la consiguiente descongestión del tráfico, la existencia de un solo punto de carga y descarga de mercancías, el enganche y desenganche de la carga y descarga, la vuelta a casa de los transportistas con sus familias, sin llevar el camión vacío y, en definitiva el intercambio de productos entre clientes y los conductores de los camiones con mayor facilidad, en un único punto de encuentro.
Para las empresas de transportes, con la puesta en funcionamiento de este proyecto, conseguirían una alta rentabilidad, ya que podrían ahorrar en dietas, porque el conductor del camión, podría dormir en su casa, accidentes y tiempo. El transportista, “se trasladaría al Centro con su coche, lo dejaría ahí, cogería el camión y llegaría a su destino, descargaría el camión y lo recargaría, y podría volver a su lugar de origen o dormir en el mismo lugar, donde habría hoteles, y restaurantes”, indica Latorre.
Asimismo, asegura que “un camión cargado de fresas, podría llegar de Burgos a Rusia en un tiempo record, pasando por estos Centros, ubicados en las principales ciudades españolas y europeas, que fuera encontrando durante el trayecto”. La filosofía del proyecto “es el intercambio”.
Perfil de los posibles inversionistas
Está dirigido a empresas de transportes importantes, nacionales o internacionales, instituciones o a socios capitalistas, que estén “dispuestos a rentabilizar su inversión con seguridad, que les ilusione el proyecto, que deseen crear puestos de trabajo y que estén dispuestos a invertir cerca de 12 millones de euros”.
Además, insiste en que podría combinarse con el proyecto del “Corredor del Mediterráneo”, combinando el tren con el transporte por carretera, actuación con la que “se ahorraría mucho dinero y se crearían un gran número de puestos de trabajo, que es lo que ahora necesita España”.