Dos de los conceptos económicos más importantes que se discuten en la actualidad son la economía positiva y normativa. Ambos conceptos explican el comportamiento de muchos de los fenómenos económicos que ocurren a diario. A pesar de su importancia es muy común tener confusión acerca de la diferencia entre economía positiva y normativa. La economía positiva describe los problemas económicos desde la parte científica. Mientras que la economía normativa se basa en los juicios de valor y apreciación sobre lo que debería ser.
A la hora de evaluar las políticas económicas de un gobierno se usan tanto la economía positiva como la normativa. Con la economía positiva se pueden medir las causas y consecuencias de cada una de las estrategias aplicadas por un estado y el impacto que tiene en su población. Hay que tener presente que la economía normativa es fundamental para determinar el grado de aceptación que tienen las medidas aplicadas, ya que se conecta con las sensaciones de cada uno de los ciudadanos.
¿Qué diferencia hay entre economía positiva y normativa?
Las diferencias entre economía positiva y normativa comienzan desde el enfoque de cada una. La economía positiva se basa en conocimientos científicos que se han adquirido luego de años de estudio. Estos conocimientos pretenden responder a los comportamientos de los agentes económicos. A través de la teoría busca explicar lo que sucede y el por qué ocurren los diversos fenómenos de índole financiero mediante la objetividad. Aquí lo racional juega un papel fundamental a la hora de resolver los diversos problemas que se van presentando.
Por su parte, la economía normativa para emitir conceptos y dar soluciones económicas, se basa en políticas o sugerencias desde la subjetividad, o juicios de valor. No tiene su sustento en teorías económicas científicas o hechos verificables. Aquí las ideologías toman un papel muy relevante en el economista, colocando por delante la subjetividad del deber ser, en vez de los conceptos técnicos que han sido demostrados a lo largo de los años. Esta característica que la define es la esencia que permite distinguir una teoría de la otra.
Por lo tanto, la principal diferencia entre la economía positiva y normativa es que la positiva busca aplicar políticas o resolver problemas mediante las teorías o hechos verificables. Por su lado, la normativa se basa principalmente en la subjetividad, juicios de valor y la percepción dependiendo de la persona que lo aplica. Lo ideal en términos económicos es aplicar ambas filosofías de forma conjunta. De esta manera se pueden ejecutar políticas económicas basadas en estudios, pero conectadas con las necesidades de las personas para obtener su mayor satisfacción.
¿Qué consecuencias tiene aplicar una y otra?
Ambas teorías están estrechamente relacionadas. Y es que, por mucho conocimiento que se utilice, para aplicar una política siempre se debe basar en la percepción o visión de los economistas que están detrás de esta medida. Un país que se basa exclusivamente en la economía positiva emitirá estrategias con mucho conocimiento técnico. Sin embargo, estará desconectado del contexto de la sociedad en cuestión y dejará de lado las necesidades de los ciudadanos. Esto trae como consecuencia un descontento en las personas y crea más problemas de los que había inicialmente.
Por su parte, una economía normativa al 100% emitirá sus políticas sin tener en cuenta los estudios previos que haya de esa medida. Aquí solo se valoran las percepciones de los economistas que estén al mando. A nivel macro podría generar escasez, especulación o sobreprecios, debido a que no toma en cuenta los estudios que respaldan las medidas, sin olvidar que el ciclo económico lleva un proceso específico. Por este motivo lo ideal es aplicar ambas de forma holística para aprovechar sus características al máximo.
Economía positiva y normativa: ¿cuál presenta más ventajas?
La economía positiva posee la ventaja de que se aplica con base en fundamentos ya probados tanto en la teoría como en la práctica. Ello significa que el riesgo de cometer un error disminuye. Sin embargo, hay un detalle que es muy importante, y es que la población y los agentes económicos son los que determinan el resultado de cualquier política. Y son ellos quienes están en constante participación a través de la oferta de bienes y servicios. A su vez que se verán afectados o beneficiados por determinadas medidas.
Es allí donde entran en juego las ventajas de la economía normativa. Y es que a pesar de que no se basan en teoría o estudios comprobados, su juicio de valor y subjetividad en múltiples ocasiones suponen un gran beneficio para los ciudadanos. Todo esto se debe a que están conectados con el contexto de un país, ciudad o pueblo e intuyen qué es lo que debe ejecutarse para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Sin embargo, es necesario aplicar los conocimientos científicos para poder ser lo más certero posible.
¿Es mejor la economía positiva que normativa?
Este es un debate que se ha presentado desde hace mucho tiempo, sin tener una respuesta precisa en favor de una u otra teoría. La economía positiva tiene la ventaja de que se basa en teorías y estrategias que han sido aplicadas sin que la subjetividad influya en su aplicación. Sin embargo, no puede decirse que sea mejor si estas políticas están desconectadas de la realidad de un sector y no contemple la percepción de todos los agentes económicos que intervienen en el día a día.
Por este motivo, aunque la economía positiva puede considerarse mejor debido a su base científica, necesita de los juicios personales de quienes van a aplicar la medida. Es decir, de la economía normativa que depende de las necesidades que se hayan detectado en la población. No es mejor la economía positiva que la normativa, cada una tiene sus ventajas y desventajas. Ambas teorías son necesarias y se complementan para desarrollar a un país y obtener los beneficios económicos suficientes para toda la población.
Ejemplos dónde se ve la diferencia entre ambas
Aunque parece que las diferencias entre economía positiva y normativa son bien palpables, no siempre es fácil distinguirlas. Muchas declaraciones generalmente aceptadas que la gente sostiene como un hecho se basan en realidad en valores. Por ejemplo, la declaración “el gobierno debe proporcionar atención médica básica a todos los ciudadanos” es una declaración económica normativa. No hay forma de probar si el gobierno “debería” brindar atención. Esta afirmación se basa en opiniones sobre el papel del gobierno en la vida de las personas.
La afirmación “los servicios públicos aumentan el gasto público” es una afirmación económica positiva, ya que puede probarse o cuestionarse examinando datos sobre el gasto en atención médica en países como Canadá y el Reino Unido, donde el gobierno brinda atención médica. Por lo general la mayoría de las políticas públicas que implementan los gobiernos se refieren a declaraciones económicas normativas. Y pueden ser cuestiones que van desde el comercio internacional hasta el bienestar común de la población.