Gestionar las redes sociales, cuidado con mezclar lo personal con lo profesional

Cómo separar lo personal de lo profesional en las redes sociales.

Las redes sociales son una gran herramienta para hacer negocios y encontrar empleo, pero siendo realistas, son también el lugar más peligroso para estas y otras facetas de nuestra vida. Y es que una publicación desafortunada puede enviar al traste la mejor carrera profesional en cuestión de horas.

En cambio, vivimos en una época en la que multitud de trabajadores jóvenes están continuamente conectados en línea con sus compañeros de trabajo, una época en la que entre el 40% y el 60% del personal dedicado a los recursos humanos navega por las redes sociales para analizar candidatos y posibles contrataciones. Por lo que tampoco debemos desterrarlas y mantenernos totalmente al margen.

Por otro lado, muchos emprendedores y pequeñas empresas lanzan y mantienen sus negocios por la promoción que son capaces de darles en las redes sociales. En muchos casos, aportar un toque personal a sus publicaciones les acerca un poco más a sus clientes.

Además, «compartir” es actualmente una de las palabras más empleadas, compartirmos por ejemplo transportes o casas a través de plataformas y aplicaciones, entre otras muchas cosas. Con todo ello, «compartir” es el pan de cada día, y acaba difuminándose el punto exacto en el que deberíamos situar la delgada línea roja entre lo personal y lo profesional.

Entonces, si hoy en día, prácticamente no existes si no tienes un perfil online, pero has de tener cuidado con aquello que muestras en él, y vivimos por y para «compartir”, la duda es ¿cómo equilibrar ambas facetas de nuestra vida para que ninguna de ellas afecte a la otra?.

Es complicado porque en redes sociales como Facebook creemos que solo estamos compartiendo nuestras imágenes y pensamientos con «Mis amigos”, pero en realidad en las redes sociales la intimidad y la privacidad son prácticamente nulas.

Con lo cual, si eres una persona abierta que apuesta por compartir espontáneamente aquello que le pasa por la cabeza en cada momento, puedes dejar tu perfil abierto, pero recuerda que tendrás que ser totalmente abierto también con la posibilidad de que algo no guste a tus superiores, o a tus clientes, y tu espontaneidad te acabe costando el puesto o el negocio.

Lo que hacen muchas personas, según determinados estudios, es colocarse barreras mentales basadas en su actitud en la vida real. Es decir, en la calle ante personas que no conocemos actuamos de determinada manera, más comedida tal vez, por ello, antes de publicar sin pensar cualquier actividad o pensamiento en una red social, se plantean si expondrían de igual manera estando en plena calle a la vista de cualquiera, y con la respuesta que se dan toman la decisión.

Existen más opciones, como por ejemplo tener un perfil en redes totalmente privado, en el que demos acceso solo a aquellas personas que realmente forman parte de nuestra vida personal. En el caso de que recibamos una solicitud de alguien relacionado con nuestro perfil profesional, en lugar de aceptarlo, podemos redirigirlo a otras redes más apropiadas para compartir con ellos, como Linkedin, por ejemplo.

En cambio, muchos usuarios confiesan que en ocasiones se sienten obligados a aceptar determinados contactos “profesionales” en redes sociales que emplean de forma más lúdica y personal, por lo que ante esta situación solo les queda ser más conscientes de lo que publican en ellas y mucho menos espontáneos. Aunque si tienes tiempo para dedicarle a la redes sociales, algunas como Facebook permiten crear listas diferentes de amigos, escogiendo en cada tipo de publicación con cuáles de ellas compartirla. Sigue restando naturalidad, y es más costoso de llevar a cabo, pero permite aceptar a contactos comprometidos sin comprometer tu actividad profesional.

Las palabras y las imágenes sacadas de contexto, u observadas por diferentes interlocutores, pueden ser interpretadas de muchas maneras, y en ocasiones, pueden suponer un problema profesional que hubiese sido fácil evitar teniendo un poco de cuidado.

En definitiva, lo que debemos tener en cuenta es que cuanto más se adapten las publicaciones a los círculos específicos en el mundo social, menos peligro habrá de que nos causen un dolor de cabeza.

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