Miércoles, 15 de Enero de 2025
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Juan José Fernández-Figares - Página 2

Bajada de tipos
Mercados bursátiles

Los inversores auguran bajada de tipos: los futuros ven una probabilidad del 70%

Vuelve el verde a los principales índices bursátiles europeos, en una jornada que cerró el miércoles con significativos avances, tras tres sesiones consecutivas de caídas. En esta ocasión, aseguran los analistas de Link Securities, los inversores optaron por dejar a un lado su preocupación por la incertidumbre generada por la crisis política en Francia, volviendo a apostar claramente por los recortes de tipos oficiales, concretamente por el inicio del proceso de reducciones antes de lo previsto por parte de la Reserva Federal (Fed). En ese sentido, cabe recordar que el martes el presidente del organismo, Jerome Powell, en su intervención ante el Comité Bancario del Senado de alguna forma había «abierto la puerta» a potenciales bajadas de tipos al indicar que la inflación se estaba empezando a comportar mejor en los últimos meses, que el mercado laboral estadounidense estaba dando síntomas de enfriamiento y que el riesgo para la marcha de la economía de EEUU de mantener los tipos de interés altos y demasiado tiempo se había equilibrado con el riesgo de que la inflación se mantuviera por encima del objetivo. Powell repitió en la sesión del miércoles prácticamente lo mismo ante el Comité de Servicios Financieros de la cámara baja del Congreso, aunque con ciertos matices. Así, el presidente de la Fed habló de un modesto avance de la inflación en los últimos meses y de un mercado laboral que, aunque robusto, no estaba sobrecalentado. Los inversores apuestan por la bajada este año No obstante, y a pesar de las puntualizaciones hechas por Powell, los inversores siguen apostando claramente porque la Fed bajará sus tasas de interés de referencia dos veces este año y que comenzará a hacerlo en septiembre -los futuros dan actualmente a esta opción una probabilidad superior al 70%-. Así, las expectativas de reducciones de tipos impulsaron en Europa los precios de los bonos al alza, con la consiguiente reducción de sus rendimientos, lo que “jugó a favor” de la renta variable, que el día precedente había sido penalizada por un movimiento en sentido contrario de la renta fija de la región. En este sentido, cabe destacar que la jornada pasada sectores como el inmobiliario patrimonialista, el de las utilidades o el de las telecomunicaciones, que compiten con los bonos por el “favor” de los inversores, se situaron entre los que mejor se comportaron en las bolsas europeas. Wall Street era una «fiesta» En Wall Street continuó «la fiesta» durante la sesión del miércoles, con el S&P 500 y el Nasdaq Composite cerrando el día marcando nuevos máximos históricos, con el primero de estos índices cerrando por primera vez en su historia por encima de los 5.600 puntos. En esta ocasión el resto de los índices, liderados por el Dow Jones, también fueron capaces de cerrar la jornada al alza, con los inversores mostrándose muy optimistas por el posible inicio en septiembre del proceso de bajadas de tipos por parte de la Fed. Todos los sectores de actividad cerraron con ganancias, con el tecnológico, liderado por las compañías de semiconductores, y el de materiales siendo los que mejor se comportaron. ¿Un optimismo justificado? Cuando se den a conocer en EEUU las lecturas del IPC de junio durante la tarde del jueves, veremos si este optimismo de los inversores en materia de tipos de interés está o no justificado. En principio, se espera que la tasa de crecimiento interanual de esta variable haya bajado ligeramente en el citado mes hasta el 3,1% (3,3% en mayo), mientras que la de su subyacente se haya mantenido estable en el 3,4%. Si bien la inflación todavía se mantiene lejos del objetivo del 2% establecido por la Fed, en el mercado hay un sentimiento generalizado de que las lecturas sorprenderán positivamente. En cualquier caso, datos por encima o por debajo de lo proyectado por los analistas, «moverán» sin duda alguna los mercados.

aerolíneas como inversión
Opinión

¿Son atractivas las aerolíneas como inversión?, la opinión de Link

Históricamente, el sector de las aerolíneas ha sido unos de los que más volatilidad ha presentado en su comportamiento en las distintas bolsas de valores, con fluctuaciones en sus precios que han venido a reflejar, además de las condiciones económicas globales, la evolución de otros factores como son el precio del petróleo (combustibles), la regulación y la cada vez mayor competencia. Para abordar la evolución reciente del sector es necesario analizar el impacto que tuvo y que, en algunos aspectos como es el de la capacidad, sigue teniendo en el mismo la pandemia provocada por la covid-19. Aunque la industria ha comenzado a recuperarse gradualmente del impacto que en los viajes tuvieron las restricciones a la movilidad impuestas por los distintos gobiernos y por la crisis económica derivada de la pandemia y de la gestión que de la misma realizaron las autoridades, todavía debe afrontar algunos importantes desafíos. Retos operativos En este sentido, cabe destacar algunos de los principales retos operativos a los que se enfrenta el sector en la actualidad, tales como el aumento de los costes, especialmente los del combustible; la escasez de personal cualificado, incluidos pilotos y tripulación de cabina, lo que presiona al alza los costes de personal de las compañías; la elevada competencia que ejercen especialmente las aerolíneas de bajo coste; y el retraso en la entrega de aviones por parte de los fabricantes, hecho muy ligado en los últimos meses a los problemas de producción de la estadounidense Boeing (BA-US) y que viene limitando la capacidad de crecimiento de las compañías aéreas, algo que puede afectar sobre todo de cara a la temporada de verano próxima, temporada que se presenta muy favorable y que es clave para los resultados del sector. Sin embargo, y a pesar de lo expuesto, el sector también ofrece interesantes oportunidades de cara al futuro. Así, el crecimiento económico global y la creciente clase media en los mercados emergentes podrían impulsar la demanda de viajes aéreos a largo plazo. También consideramos como una gran oportunidad para el sector el cambio en las prioridades de gasto que se ha producido entre los consumidores en los países desarrollados, los cuales, tras la pandemia, dan ahora prioridad al ocio y a las experiencias, entre ellas a los viajes, frente la adquisición de bienes. Además, también pensamos que la innovación tecnológica, incluidos los avances en la aviación eléctrica y la automatización, podrían ayudar a mejorar la eficiencia operativa y a reducir los costes operativos del sector a largo plazo y, por lo tanto, a mejorar los márgenes y los resultados de las compañías. Comportamiento en bolsa En lo que va de ejercicio, el comportamiento en bolsa de las aerolíneas europeas y estadounidenses ha sido bastante errático y muy dispar, destacando en el lado positivo de la balanza la buena evolución de las acciones de las estadounidenses Delta Airlines (DAL-US) y de United Airlines (UAL-US), así como de la compañía europea de bajo coste Ryanair (RYA-IE) y de la anglo española IAG. Mientras que, en sentido contrario, las que peor comportamiento bursátil han tenido han sido la franco-holandesa Air France-KLM (AF-FR) y la alemana Lufthansa (LHA-DE), que han experimentado fuertes recortes en la cotización de sus acciones. Si bien todo hacía prever que 2024 sería el año de la recuperación de los resultados de estas compañías, gracias al fuerte incremento que desde la pandemia está experimentando la demanda de viajes, y que todo ello tendría su reflejo en un buen comportamiento de las líneas aéreas en las distintas bolsas, han surgido una serie de factores que, de forma inesperada, han alterado estas expectativas. Precio del petróleo Un ejemplo claro es el fuerte incremento que ha experimentado el precio del petróleo en los últimos meses –ha subido más del 20 %, alcanzando sus niveles más altos en más de medio año–, como consecuencia del incremento de las tensiones en Oriente Medio, tensiones que también han llevado a muchas compañías a limitar sus vuelos a la región, llegando incluso a anularlos en los momentos de máxima tensión. Las compañías, además, se han visto forzadas en muchos casos a revisar sus expectativas de crecimiento debido a la incapacidad de las empresas fabricantes de aeronaves de cumplir con sus compromisos de entrega, algo que les ha forzado a modificar a la baja sus estimaciones de resultados, lo que ha impactado negativamente en el precio de sus acciones. Por último, cabe destacar que las aerolíneas están teniendo que afrontar una creciente escasez de personal cualificado, lo que está presionando sus costes, vía aumentos de salarios, y provocando tensiones laborales que, especialmente en Europa, han provocado algunas huelgas de personal, lo cual también ha tenido un impacto negativo en sus resultados y en la evolución de sus acciones en bolsa. ¿Crecerán los resultados? Aun así, esperamos que en la mayoría de los casos, las empresas alcancen este año unos resultados muy superiores a los de ejercicios anteriores, lo que les permitirá rebajar su endeudamiento, muy abultado en muchos casos tras los años de la pandemia, y mejorar la retribución de sus accionistas vía dividendos. Todo ello, y de no ir a más el conflicto en Oriente Medio, factor que puede terminar teniendo un impacto negativo en la economía global si provoca un fuerte incremento del precio del petróleo, nos hace ser moderadamente positivos con la evolución del sector en bolsa, sector que, como se muestra en el cuadro adjunto, cotiza a unos múltiplos bursátiles muy bajos, lo que otorga un potencial recorrido al alza interesante a las acciones de estas compañías. De entre todas ellas, vemos como opciones más atractivas de inversión a largo plazo, tanto por su solidez financiera como por sus estrategias de negocio, a la estadounidense Delta Airlines (DAL-US), a la irlandesa Ryanair (RYA-IE) y a la británico-española IAG.

Tipos de interés
Opinión

Los inversores, forzados a recalibrar expectativas sobre los tipos de interés

El mejor comportamiento de las economías occidentales de lo inicialmente proyectado por economistas e inversores, economías que se han mostrado más resistentes a la elevada inflación y a los altos tipos de interés de lo en principio esperado, ha forzado a los inversores, en lo que va de ejercicio, a llevar a cabo una profunda recalibración de sus expectativas con relación a la evolución futura de los tipos de interés oficiales. Así, en los últimos meses se ha confirmado que la economía de EE.UU. sigue creciendo a un ritmo elevado –lo hizo a una tasa intertrimestral anualizada del 3,3 % en el 4T2023; tasa muy superior a la del 1,8 % que esperaban los analistas– y que, de momento, gracias a la fortaleza que sigue mostrando el consumo privado, y según señalan los principales indicadores adelantados de actividad sectorial, lo seguirá haciendo. Además, la tasa de desempleo del país, situada en el 3,7 %, se encuentra muy cerca de su nivel mínimo en cinco décadas y por debajo del 5 %, nivel que la Reserva Federal (Fed) ha considerado tradicionalmente como el nivel de paro estructural. Este bajo nivel de desempleo tiene fuertes connotaciones inflacionistas, ya que presiona al alza los salarios. Por último, la inflación, si bien se ha desacelerado sustancialmente desde el pico alcanzado en el actual ciclo económico, continúa holgadamente por encima del 3 %, lejos del objetivo establecido por el Banco Central del país, que es del 2 %. Un escenario poco propicio El escenario macroeconómico descrito, que muestra una economía que parece que va a ser capaz de esquivar, incluso, la entrada en una ligera recesión, entrada que hace unos meses se daba por segura, no es el más propicio para que la Fed baje sus tasas oficiales, ya que esta situación podría provocar que la inflación vuelva a repuntar, lo que forzaría al Banco Central Europeo (BCE) a subir nuevamente sus tasas y a provocar, esta vez sí, la entrada en recesión de esta economía. Ello ha llevado a los inversores a revisar sus expectativas sobre tipos, lo que ha tenido un negativo impacto en los precios de los bonos, que llevan dos meses corrigiendo. Así, si al finalizar el ejercicio 2023 los mercados apostaban porque la Fed iba a comenzar a bajar sus tasas tan pronto como en su reunión de marzo y que lo haría hasta en un punto porcentual y medio durante el ejercicio 2024, ahora los inversores dudan incluso de que el Banco Central baje sus tasas en el 1S2024, aunque la opción de que lo haga en su reunión de junio sigue muy abierta, dependiendo de cómo evolucione la inflación en los próximos meses. Además, ahora el mercado espera que, como mucho, la Fed reduzca sus tasas de interés oficiales en un punto porcentual, hasta aproximadamente el 4,37 %. Las economías europeas, peor que USA Por su parte, si bien las economías europeas han tenido un comportamiento relativo mucho peor que la estadounidense, con Reino Unido habiendo entrado en una leve recesión técnica a finales del 4T2023 y Alemania muy cerca de hacerlo, y con la de la Eurozona prácticamente estancada, su comportamiento global también ha sido mucho mejor del que habían anticipado tanto los analistas como los inversores. Además, en todas estas economías los mercados laborales continúan mostrando una gran fortaleza, lo que sigue presionando al alza los salarios, factor este que es uno de los principales focos de preocupación tanto para el BCE como para el Banco de Inglaterra (BoE) en su lucha contra la inflación. Además, esta última variable continúa muy por encima del objetivo del 2 % establecido por ambos bancos centrales, objetivo que se tardará en alcanzar todavía unos cuantos trimestres. Al igual que ocurre en EE.UU., el escenario macroeconómico en Europa no hace factible que, al menos en el corto plazo, los principales bancos centrales de la región comiencen su proceso de bajadas de tipos, en aras a impulsar el crecimiento económico, al menos hasta que la inflación dé claros síntomas de dirigirse al objetivo del 2 %. Este hecho ha provocado, al igual que en el caso estadounidense, que los inversores se hayan visto forzados tanto a retrasar la fecha en la que el BCE y el BoE comenzaran a bajar sus tasas oficiales –se barajaba marzo y abril y ahora es junio la fecha de referencia–, como el importe de estas reducciones, que parecen serán ahora menos agresivas. Varias connotaciones De cara al comportamiento de los mercados financieros, esta recalibración de las expectativas de bajadas de tipos, consecuencia de unas economías que se están comportando mejor de lo esperado, tiene varias connotaciones, no todas ellas negativas. Empezando por estas últimas, cabe señalar que los activos que están viéndose más penalizados por ello son los bonos europeos y estadounidenses, cuyos precios han caído con fuerza en lo que va de año, a la vez que han repuntado sus rendimientos. Este negativo comportamiento de la renta fija no se ha trasladado, de momento, a la renta variable de estas regiones, cuyos índices han comenzado el año al alza, animados por el impacto positivo que en las expectativas de resultados empresariales tienen unas economías que se muestran más sólidas de lo esperado. De hecho, y durante la temporada de publicación de resultados empresariales trimestrales, muchas de las empresas que han dado a conocer sus cifras se han mostrado más optimistas de lo esperado con el devenir de sus negocios en los próximos trimestres. Por tanto, se puede concluir que, a pesar de que los tipos oficiales no van a bajar tan pronto como se estimaba y que lo harán menos de lo anticipado, esto no tiene por qué, como se está demostrando, ser negativo para las bolsas, al menos siempre que el escenario macroeconómico no se deteriore más de lo que lo ha hecho hasta ahora y comience a lastrar las expectativas de resultados empresariales y estas deban ser revisadas a la baja.

Bolsa
Finanzas

La denuncia federal a Amazon por monopolio arrastra la bolsa estadounidense

Durante la jornada pasada continuó la presión vendedora en los mercados de valores europeos y estadounidenses, cuyos principales índices cerraron el día con sensibles descensos -que fueron más pronunciados en Wall Street– mercado que tuvo durante el principio de semana algunas de sus peores sesiones de los últimos meses. Según el análisis de los expertos de Link Securities, detrás de esta debilidad de la renta variable, que ha llevado a sus principales índices a ceder en muchos casos más del 7% desde sus máximos de julio -el Nasdaq Composite ya ha perdido el 9% y está a punto de entrar en lo que se cataloga como corrección técnica-, está el fuerte repunte de los rendimientos de los bonos. Concretamente, los bonos de vencimiento a más largo plazo, factor que penaliza en bolsa, sobre todo, a las compañías más endeudadas, a las catalogadas como de crecimiento, ya que lastra sus valoraciones, y, también, a las que ofrecen elevadas rentabilidades por dividendo, las cuales compiten directamente con los bonos por el favor de los inversores. Malas noticias para los mercados Como señalan los analistas financieros de Link Securities, el mensaje lanzado recientemente por los bancos centrales de que los tipos de interés oficiales se mantendrán más tiempo del inicialmente previsto a niveles restrictivos,  ha calado profundamente en el ánimo de unos inversores que temen que las autoridades monetarias, con sus políticas monetarias agresivas, acaben provocando la entrada en recesión de las principales economías desarrolladas. Durante la jornada del martes mismo el hecho de que la confianza de los consumidores estadounidense bajara nuevamente en septiembre fue muy mal recibido por los inversores, al entender que la alta inflación y los altos tipos de interés están comenzando a pasar factura a los consumidores estadounidense los cuales, hasta el momento, se habían mostrado muy resistentes, lo que puede terminar lastrando el crecimiento de esta economía. Durante el martes, por tanto, «las malas noticias» macroeconómicas sí fueron «malas noticias» para los mercados. Amazon, denunciado por monopolio Un nuevo factor entró en juego en Wall Street a principios de semana. La tarde del martes se supo que la Comisión Federal de Comercio había denunciado ante los tribunales a Amazon (AMZN-US) por lo que considera prácticas monopolísticas que obstaculizan la competencia y aumentan los precios para los compradores en sus mercados online. Si bien la batalla en los tribunales de justicia será larga e incierta, esta noticia penalizó ayer el comportamiento no solo de las acciones de la compañía en cuestión, sino de todas las grandes empresas tecnológicas, ya que a muchas de las ellas la citada Comisión las tiene en su «punto de mira». De este modo, el negativo comportamiento de los grandes valores tecnológicos, que mantienen una muy elevada ponderación en los índices, fue también ayer uno de los principales motivos que arrastró a la baja con fuerza a la bolsa estadounidense. ¿Qué se puede esperar? Los expertos de Link Securities creen que es factible que los próximos días asistamos a un intento de rebote en las bolsas europeas y estadounidense, ya que muchos valores y los índices se muestran muy sobrevendidos. No obstante, el posible «éxito» de este intento dependerá en gran medida del comportamiento de los bonos -ayer se estabilizaron algo tras las fuertes caídas que han registrado en las últimas sesiones, caídas que han llevado a sus rendimientos a alcanzar máximos multianuales-, y del dólar, variable ésta que con su fortaleza también se está convirtiendo en un lastre para las bolsas mundiales. Para empezar la sesión del miércoles, esperamos que los principales índices bursátiles europeos abran entre planos o con ligeros descensos, muy pendientes de la evolución de los futuros de los índices estadounidenses, que viene esta madrugada ligeramente al alza. Posteriormente, será el comportamiento de estos índices, de los bonos, del dólar y, también, del precio del crudo, lo que determinará si las bolsas siguen corrigiendo o si fructifica un potencial intento de rebote. Por lo demás, señalar que en la agenda macroeconómica del día de hoy destaca la publicación en Alemania del índice que elabora la consultora GfK y que mide la confianza de los consumidores, en este caso de cara al mes de octubre; del mismo índice pero que elabora el INSEE para Francia y correspondiente al mes de septiembre; y por la tarde en EEUU de la lectura preliminar de agosto de los pedidos de bienes duraderos. Todos estos indicadores y datos macro servirán a los inversores para ir haciéndose una idea de cómo pueden evolucionar las principales economías desarrolladas en los próximos meses.

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Finanzas

Wall Street acusa la decisión de la Fed y se va a los niveles más bajos del día

Los principales índices bursátiles europeos cerraron ayer con significativos avances, animados por la publicación en el Reino Unido de la inflación de agosto, que se comportó sensiblemente mejor de lo esperado. Estos días anticipamos que si el IPC británico de agosto mejoraba las proyecciones del consenso, tanto los mercados de bonos como los de acciones iban a reaccionar bien, aunque no esperábamos que su comportamiento fuera a ser tan positivo como terminó siendo, sobre todo teniendo en cuenta que, ya por la tarde y con estos mercados cerrados, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal estadounidense, el FOMC, iba a anunciar su decisión en materia de tipos de interés. Cabe recordar que este factor, considerado de riesgo por muchos inversores y analistas, entre ellos por nosotros, había venido lastrando el comportamiento de estos activos en los últimos días. Por sectores de actividad, en las bolsas europeas cabe destacar el buen comportamiento de los valores del sector inmobiliario patrimonialista durante el miércoles, que se vio beneficiado por los recortes en los rendimientos de los bonos, de las compañías del sector del automóvil y de los bancos, sector éste último en el que sobresalió el fuerte repunte de las acciones del banco italiano UniCredit (UCG-IT), tras anunciar sus directivos que adelantaban la implementación de parte de su programa de recompra de acciones propias, a la vez que mostraban un gran optimismo sobre el devenir de los resultados de la entidad de cara a 2024. Si, como hemos señalado, la reunión del FOMC tuvo nulo impacto ayer en las bolsas europeas, no ocurrió lo mismo en Wall Street, mercado que comenzó la sesión con ligeros avances y que, tras la publicación del comunicado del la reserva y la posterior rueda de prensa que mantuvo su presidente, Jerome Powell, se giró claramente a la baja, cerrando sus principales índices muy cerca de sus niveles más bajos del día, con los valores catalogados como de «crecimiento», especialmente los tecnológicos y los del sector de servicios de comunicación, liderando los descensos. Finalmente, de los tres escenarios que se barajaban, se cumplió el más negativo para los mercados, sobre todo porque los inversores no venían descontando el mismo. Así, si bien el FOMC cumplió con el guion previsto al mantener las tasas de interés oficiales sin cambios en el intervalo del 5,25% – 5,50%, sus miembros mantuvieron abierta la puerta a una nueva subida de 25 puntos básicos antes de que termine el año -quedan dos reuniones, una en noviembre y otra en diciembre-, mientras que redujeron a sólo dos las rebajas de tipos en 2024 frente a las cuatro que contemplaban en junio -ver sección de Economía y Mercados para un mayor detalle-. El FOMC justificó estas nuevas proyecciones de las tasas oficiales en el hecho de que espera ahora un mayor crecimiento económico, una menor tasa de desempleo y, eso sí, una inflación inferior a la prevista en junio. Si bien Powell insistió mucho en que el principal objetivo de la Fed, aparte de doblegar la inflación, era alcanzar un «aterrizaje suave» de la economía estadounidense, el mensaje que caló entre los inversores, de ahí su negativa reacción, es que las tasas de interés oficiales «permanecerán más altas por más tiempo» del descontado hasta ahora por los mercados. La reacción fue también negativa en el mercado de bonos, sobre todo en la parte corta de la curva, con la rentabilidad del bono del Tesoro a 2 años subiendo hasta el 5,12%, su nivel más elevado desde 2006, mientras que el dólar volvió a fortalecerse frente al resto de principales divisas. Hoy volverán a ser los bancos centrales los principales focos de atención, ya que varios europeos – Suecia, Suiza, Noruega y Turquía- reúnen a sus comités de política monetaria, destacando sobre todos ellos el Banco de Inglaterra (BoE), que está previsto que vuelva a incrementar sus tipos de interés de referencia en 25 puntos básicos, hasta el 5,50%. No obstante, se espera que el comité, en su comunicado, anticipe que éste puede ser su último incremento de las tasas oficiales, decisión que creemos se apoyará en los mejores datos de los esperados de la inflación de agosto en el Reino Unido y en la debilidad que está mostrando la economía del país.

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Mercados bursátiles

Un agosto complejo para la Bolsa: ¿qué ha ocurrido con China y Estados Unidos?

Tras haber cerrado los primeros siete meses del ejercicio con fuertes avances, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses se han enfrentado a un mes de agosto complejo, en el que la actividad en las bolsas ha sido más baja aún de lo que suele ser habitual para este periodo del año, y en el que, durante la primera quincena del mes, los mencionados índices han experimentado fuertes caídas (corrección, en argot bursátil), lo que ha llevado a la mayoría de ellos a ceder más del 6% en momentos puntuales. Cabe señalar, no obstante, que este tipo de correcciones, de entre el 5% y el 10%, suelen producirse varias veces a lo largo de un ejercicio, aunque siempre son «duras» para los inversores que las sufren. En esta ocasión, han sido varios los factores que han animado a los «pocos» inversores activos en los mercados durante el pasado mes a reducir sus posiciones en acciones y también en bonos. Así, los mercados de valores y de bonos europeos y estadounidenses se vieron penalizados en la primera mitad del mes por, aunque parezca una incongruencia, la fortaleza de la economía estadounidense y la debilidad de la economía de China. Ambos tipos de activos habían mantenido un gran comportamiento durante los primeros siete meses del año, por lo que no debe extrañar que los inversores, ante la complejidad del escenario macroeconómico, optaran en un momento dado por la realización de beneficios, hecho este que, conjuntamente a la baja actividad, provocó además un brusco incremento de la volatilidad en las cotizaciones de muchos valores y de los índices. Comportamiento del EuroStoxx en 2023 La fortaleza de la economía estadounidense afecta a la bolsa Centrándonos en el primer factor, la fortaleza de la economía estadounidense, señalar que las últimas cifras macroeconómicas apuntan a que esta economía, lejos de estar a punto de entrar en recesión como se temía hace sólo un par de meses, se está acelerando. Así, tras haber crecido el PIB estadounidense el 2,0% en términos anualizados en el 1T2023, ha avanzado el 2,1% en el 2T2023 y se estima -según el modelo de seguimiento de la Reserva Federal de Atlanta– que lo esté haciendo a una tasa anualizada superior al 5% en el 3T2023. Este hecho aleja de momento la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) se plantée comenzar a revertir las alzas de tipos, y ello a pesar de que el proceso de deflación (desaceleración de la inflación) parece seguir yendo en la buena dirección. Todo lo señalado provocó, de forma justificada o no, un fuerte incremento de los tipos de interés de EE.UU. a largo plazo -la tasa del bono del Tesoro con vencimiento a 10 años marcó a mediados de mes su nivel más elevado desde finales de 2007-, movimiento que también se extendió a Europa por «simpatía». Como suele suceder cuando los tipos de interés a largo plazo de forma tan brusca, la renta variable terminó siendo muy penalizada. También la ralentización china Otro de los factores que lastró el comportamiento de las bolsas occidentales durante las primeras semanas de agosto, especialmente de las europeas, fue la constatación de que el crecimiento de la economía de China continúa ralentizándose a marchas forzadas y que las autoridades del país siguen «amagando» con importantes medidas de apoyo de tipo monetario y fiscal pero no terminan de implementarlas, lo que ha llevado a muchos inversores a descartar que la voluntad del Gobierno de China vaya realmente en esa dirección. Cabe recordar que, sobre todo en la bolsa europea, los inversores «contaban» con que la fuerte recuperación de la economía china tras la reapertura del país tras tres años de confinamientos generalizados fuera a tener un impacto muy positivo en el crecimiento económico global y en los resultados de muchas cotizadas, especialmente de algunas multinacionales europeas, que mantienen una elevada exposición a este mercado, expectativas que cada vez son menores. ¿Cómo se ha comportado la bolsa en agosto? Por último, reiterar que en la mencionada «corrección» experimentada por las bolsas europeas y estadounidenses también jugaron un papel relevante las «tomas de beneficios». Factor que puede considerarse hasta positivo, ya que siempre sirve para corregir algunos excesos en los mercados, si bien cuando los mercados corrigen los inversores sufren y muchos adoptan decisiones precipitadas y terminan por equivocarse. Algo de esto ha vuelto a suceder en esta ocasión ya que, a partir de mediados del mes de agosto, las bolsas europeas y estadounidense se giraron al alza, animadas por las expectativas de que la inflación continuará desacelerándose en los próximos meses y que ello llevará a los bancos centrales, más antes que después, a dar por finalizado el proceso de subidas de los tipos de interés oficiales. Esta positiva reacción ha permitido a los principales índices de estos mercados recuperar una parte importante de lo perdido a comienzos de mes, aunque no ha evitado que hayan terminado agosto con pérdidas. Así, y una vez cerrado el mes, el Ibex-35, principal índice de la bolsa española, y que ha sido uno de los que mejor ha recuperado terreno durante la segunda parte del mes, ha cedido algo más del 1% en agosto, el CAC francés ha perdido aproximadamente el 2,0%, mientras que el Dax alemán, el FTSE Mib italiano y el Eurostoxx, el índice, este último, más representativo de la Eurozona, han bajado entre el 2,5% y el 3,0% en el mes, caídas algo superiores a las que han experimentado en el mismo periodo de tiempo los principales índices de Wall Street.

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