Bajo el título «Nuevas tendencias de la política económica valenciana», se ha presentado Cátedra de Política Económica y Social de la Comunidad Valenciana, una iniciativa de la Universidad de Valencia y la Presidencia de la Generalitat Valenciana. El encuentro ha contado con diversas ponencias, una de ellas moderada por Antonio Sánchez Andrés, director de la cátedra y profesor del Departamento de Economía Aplicada de la universidad, ha abordado los retos a los que habrá de hacer frente la comunidad en materia económica.
En la mesa han participado los principales agentes sociales de la Comunidad Valenciana, representados por Eva Blasco García, presidenta de la Confederación de Empresarios de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV-Valencia); Constantino Calero Vaquerizo, secretario de Organización de Unión General de Trabajadores del País Valenciano (UGT-PV) y Ana García Alcolea, secretaria general de Comisiones Obreras del País Valenciano (CCOOPV).
La alta tasa de desempleo en la comunidad, la baja productividad y el problema de la infrafinanciación, son algunas de las preocupaciones transversales a los diversos agentes. El debate, sin embargo, corre a cuenta de aspectos como los beneficios empresariales o la reducción de la jornada laboral.
Problemas estructurales
Son diversos los retos que la región tiene por delante, entre los que destacan la infrafinanciación y el consecuente endeudamiento público, que desde CCOOPV califican de «ficticio». El problema es recurrente y un clásico en cualquier debate económico territorial, pero sus consecuencias lastran de tal manera el desarrollo de la Comunidad Valenciana que ha conseguido poner de acuerdo «sin peros ni comas» a sindicatos y patronal.
Durante el debate también se identificaron otros tres retos clave: la digitalización, la recurrente tasa de paro y el desafío que supone llevar a cabo un desarrollo económico equitativo e inclusivo. Los representantes sindicales enfatizaron la necesidad de fomentar políticas activas de empleo y un modelo de financiación autonómica justo que apoye la creación de un tejido empresarial más robusto y diverso.
Desde la CEV, Eva Blasco coincidió en la importancia de atacar el problema de la infrafinanciación, señalando que limita la capacidad de inversión en áreas críticas como la educación y la sanidad. Además, enfatizó la necesidad de combatir la burocracia y facilitar la creación de empresas, argumentando que un entorno administrativo más amigable es esencial para el crecimiento económico.
Constantino Calero señalaba también el problema que supone la falta de infraestructuras que vertebren el territorio, muy relacionado con una cada vez mayor brecha social, que ha ido aumentando durante los últimos años.
Un cambio de paradigma
Para Alcolea, aunque la Comunidad Valenciana ha visto un aumento récord de afiliación a la Seguridad Social y en beneficios empresariales, esto no se ha traducido en un reparto equitativo de la riqueza. La inflación y los altos precios de los alquileres y la vivienda, asegura, están afectando gravemente la calidad de vida de los ciudadanos, quienes no logran cubrir sus necesidades básicas.
La secretaria general de CCOOPV destacó que el desempleo sigue siendo el principal problema en la región, con una tasa de paro que alcanza el 13,04%. La situación es aún más crítica para las mujeres, cuyas tasas de desempleo ascienden al 15,36%. Además, la organización subrayó la baja productividad y la dependencia excesiva del sector terciario, especialmente de la hostelería. Estos factores, junto con la infrafinanciación y la falta de infraestructuras adecuadas, limitan el desarrollo económico de la comunidad.
Desde la CEV-Valencia, sin embargo, Blasco recordaba la necesidad de revisar los discursos que achacan a las empresas un enriquecimiento extraordinario. Con respecto al creciente problema de captación de talento que tienen las empresas, la presidenta aseguraba que «en muchos sectores nos enfrentamos a grandes problemas de relevo generacional, con un sector primario que necesita un especial cuidado o consideración, por que nos enfrentamos a grandes retos. También hay un problema relacionado con la captación de talento, que no se produce solo en la hostelería».
Y concluía Blasco: «Existen sectores, como el de la construcción, en los que los sueldos y las retribuciones son buenos y no encuentran personas. Ello quizá se explique porque se está produciendo un cambio de paradigma en nuestra sociedad con respecto al trabajo. Debemos ser capaces de conciliar vida personal y laboral; pero también es cierto, que el concepto de tiempo está vinculado al espacio urbano, a determinadas profesiones o las características del puesto de trabajo».
¿Reducción de la jornada laboral?
La propuesta de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales ha generado un intenso debate en España, involucrando a diversos actores sociales que presentan argumentos tanto a favor como en contra de esta medida. Mientras los sindicatos como UGT y CCOO abogan por la reducción, las organizaciones empresariales como la CEV enfatizan la necesidad de un enfoque más personalizado y negociado.
Desde UGT-PV, la postura es clara: el objetivo es lograr una reducción consensuada de la jornada laboral que se incluya en una reforma laboral. La organización sostiene que la reducción de horas no solo es viable, sino que también puede resultar beneficiosa para la economía. «Recordamos cómo se temía que la subida del salario mínimo iba a provocar efectos negativos, pero al final, su impacto ha sido positivo, impulsando el consumo y generando empleo», argumentan. En caso de no alcanzar un acuerdo con la patronal, UGT ha manifestado que pedirá al gobierno que legisle para implementar la medida de forma rápida.
Por su parte, CCOO también muestra optimismo respecto a la viabilidad de esta reducción. La organización subraya que España no colapsó al establecer las 40 horas semanales y que las proyecciones de crecimiento económico son alentadoras. Sin embargo, apuntan a la desconexión entre el crecimiento de la productividad y los salarios, sugiriendo que es un momento propicio para avanzar hacia un modelo laboral que priorice la calidad de vida de los trabajadores. «Debemos elegir entre la precariedad y el avance social y económico», afirman, instando a la patronal a llegar a un acuerdo.
Desde la CEV, aunque reconocen los beneficios que puede traer la reducción de la jornada, insisten en la importancia de considerar la diversidad territorial y sectorial en la negociación colectiva. «La negociación debe adaptarse a las realidades locales; lo que funciona en Madrid puede no ser adecuado para Soria», advierten. La CEV se muestra favorable a la negociación colectiva como medio para abordar esta cuestión, enfatizando que las empresas están interesadas en mantener a sus empleados motivados y satisfechos.
La organización empresarial también se posiciona en contra de las horas extras no pagadas, destacando que cualquier cambio en la jornada laboral debe realizarse dentro del marco legal y con un enfoque en la calidad del empleo. «Queremos apoyar las reivindicaciones, pero analizando cada sector y territorio para encontrar un enfoque adecuado», concluyen.