Jueves, 21 de Noviembre de 2024
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El sector agroalimentario se reactiva y la guerra de Oriente Medio amenaza sus costes

«Estamos constatando una reactivación del sector agroalimentario después de sufrir los altos costes de producción, la sequía y la guerra de Ucrania» tal y como han confirmado Judit Montoriol y Pedro Álvarez, economistas de CaixaBank Research, que han coordinado y presentado el Informe Sectorial Agroalimentario.

«En el primer semestre de 2024 vemos que la moderación de los costes de producción se van afianzando, se ha producido una caída del precio de los piensos y de la energía y se ha sumado también el de los fertilizantes», ha explicado Montoriol. Sin embargo, ha mostrado su preocupación por una nueva variable, a la hora de hacer un balance para la campaña 2024-2025 y es el conflicto de Oriente Medio  «que puede provocar un aumento de los costes energéticos».

La agroalimentación se reactiva ante la amenaza del conflicto de Oriente Medio

¿A qué retos se enfrenta el sector?

A lo largo de la presentación, ambos analistas han puesto de relieve los retos a los que se enfrenta el sector y que limitan su capacidad de crecimiento de forma más estructural. Entre ellos se encuentran un uso más eficiente del agua para hacer frente al cambio climático. Un aspecto, que tal y como ha constatado Judit Montoriol, ya se está aplicando y que ha contribuido a estos buenos datos ya que «el sector primario está mejorando las técnicas de riego implantando sistemas como el riego localizado, aspersión y automotriz, entre otros».

Un segundo reto pasa por dar solución a una mano de obra envejecida, «un problema que limita el crecimiento del sector y la actividad», ha valorado Judit Montoriol.

Otra de las cuestiones a las que tiene que hacer frente es al cambio climático, «uno de los sectores más afectados» y toda la normativa que conlleva para reducir los gases de efecto invernadero,d disminuir el uso de fertilizantes, etc.

Las cifras de la recuperación

En el primer semestre, el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector primario ha crecido un 7,6% interanual, más del doble que el PIB general de la economía española.

El Informe Sectorial Agroalimentario realiza un análisis de la producción prevista en esta campaña para los diferentes productos agrarios y constata, tal y como ha desgranado Montoriol, la cosecha de cereales de invierno que «ha sido muy positiva». De hecho, ha registrado un incremento del 88% con respecto a la de 2023 y  en términos de rendimiento, «hemos observado que está por encima de los últimos cinco años».

En cuanto al vino, la economista ha confirmado también que está recuperándose. También se ha referido al aceite de oliva, otro producto afectado por la sequía, del que se espera que esta campaña sea más positiva «y equilibre la oferta y la demanda, además de los precios», ha señalado.

A pesar de ello, la producción de algunos cultivos continúa lastrada por unas condiciones hidrológicas adversas, teniendo en cuenta que aún un 12,2% del territorio español se encuentra en situación de sequía prolongada.

La industria alimentaria también se reactiva

Por su parte, la industria alimentaria también comienza a reactivarse (la producción industrial creció un 1,9% interanual en la primera mitad de 2024), gracias a la moderación en el crecimiento de los costes de producción. Este buen comportamiento también se refleja en las cifras del mercado laboral: la industria alimentaria ha creado cerca de 10.000 empleos en el último año hasta agosto.

Mientras que en el sector primario ocurre todo lo contrario, tal y como ha subrayado Judit Montoriol, que ha ido destruyendo empleo desde 2021. «Entre agosto de 2023 y agosto de 2024 se han perdido 12.000 empleados».

grafica-agro-Caixabank

La actividad exportadora se recupera

España sigue siendo una gran potencia exportadora de productos agroalimentarios, tal y como ha recalcado el economista de Caixabank Research, Pedro Álvarez.

En el ámbito internacional, España ocupa la octava posición en el ranking de países exportadores de productos agrícolas, con una cuota del 3,2%.

La mejora de la producción agraria en el primer semestre de este año ha permitido que las exportaciones agroalimentarias volvieran a crecer en volumen, un 3% interanual, tras dos años consecutivos de retrocesos.

En términos de valor, los ritmos de avance son más significativos (5,9% en el primer semestre) gracias al alza en los precios que han venido registrando la mayoría de los productos agroalimentarios en los mercados internacionales. Asimismo, el peso del VAB del sector primario en España se sitúa en el 2,6% del total de la economía, muy superior al 1,7% que registran de media el resto de los países europeos.

¿Hacia dónde exportamos?

Tal y como ha informado Álvarez, «dos terceras partes de nuestras exportaciones se concentran en Europa, con Alemania y Francia a la cabeza».

El informe revela que el sector agroalimentario ha sabido diversificar sus socios comerciales. En concreto, ha señalado el analista, que «desde 2010 ha aumentado la diversificación del campo en España».

Por otra parte, Álvarez ha hecho hincapié en que «el Reino Unido es uno de los países donde más hemos reducido nuestras ventas y hemos mejorado en Portugal, Estados Unidos y China».

El economista de Caixabank ha reconocido también que «la carne es el gran producto agroalimentario que peor se ha comportado, y muy concretamente la carne de porcino, debido a la recuperación de la cabaña porcina de China«.

Repunte de los precios de los alimentos

El informe de CaixaBank Research pone el foco en el intenso repunte que han sufrido los precios de los alimentos en España en 2022 y 2023, de tal manera que acumulan un incremento del 30,7% desde diciembre de 2019, situándose casi 13 puntos por encima de la media del IPC.

De cara a los próximos trimestres, se prevé que el descenso de los precios de las materias primas agrícolas y de la energía en los mercados internacionales ayude a contener los costes de producción agrarios y, con ello, que sigan moderándose las presiones inflacionistas sobre los alimentos.

En esta línea, Álvarez ha explicado que el gasto en alimentación ha crecido un 20%. Ha reconocido también que «no existe una relación directa entre los productos que más han incrementado su precio y su reducción en la cesta de la compra. La demanda de alimentación del consumidor es muy elástica con respecto al precio», ha corroborado.

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