El mundo contiene la respiración ante las tensiones en Oriente Medio. Un conflicto en constante evolución que ya ha disparado los precios del petróleo, ha impulsado la cotización de activos refugio como el dólar, el oro y los bonos de los países más sólidos y ha castigado a los principales índices bursátiles de Europa y Estados Unidos.
En la tarde del martes, Irán movió ficha, tras la invasión del sur de Líbano por parte de Israel, en lo que supone el mayor ataque que ha llevado a cabo Teherán sobre el Estado israelí. Alrededor de 200 misiles sobrevolaron el cielo. Es también la primera vez que estos misiles superan las defensas antiaéreas de Israel y alcanzan zonas habitadas.
¿Qué ha ocurrido en los últimos días?
La frontera entre Israel y Líbano ha vivido tres guerras en los últimos 76 años. En los últimos días se han precipitado los acontecimientos. El lunes el ejército israelí invadió el sur de la región en lo que calificaron como «incursiones limitadas, localizadas y específicas» contra Hezbolá. Unos días antes su líder era asesinado. El jefe del Gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, se dirigió el mismo lunes al público iraní y afirmó que el país se liberará de su régimen «mucho antes de lo que la gente piensa». Irán, por supuesto, ha respondido.
Por la palabras del líder israelí, podemos intuir que la ofensiva va más allá de Líbano. Israel quiere terminar con la influencia de Irán y sus aliados proxies, dando como resultado un cambio en los equilibrios de poder de Oriente Próximo. El llamado ‘Eje de la resistencia’ -liderado por Irán- está formado por Hezbolá en Líbano, los hutíes en Yemen, Siria y las milicias chiitas en Irak, Afganistán y Pakistán.
La economía responde
Ante tal escenario geopolítico, los actores económicos se han pronunciado. Horas antes del envío de misiles, el precio del barril de Brent (índice europeo de referencia) se disparaba un 3,7% y rondaba los 74,4 dólares -llegando incluso a rozar los 75 dólares en algunos momentos-, según datos de Bloomberg. Por su parte, el petróleo estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI), se encarecía casi un 5%, hasta los 71,3 dólares por barril.
Hasta el anuncio de un inminente ataque, la creciente tensión en Oriente Próximo no había impactado en los precios del crudo, que mantenía una senda bajista ante el estancamiento de la demanda y la posibilidad de un aumento de la producción. Cabe recordar que Estados Unidos apoya activamente la defensa de Israel.
Respecto a los valores más tradicionales, el precio del oro -valor refugio por excelencia-, que cotizaba con ligeras subidas, ha repuntado y avanza ahora más del 1%, hasta los 2.665 dólares por onza. En algunos momentos, incluso a los 2.672 dólares por onza. La demanda de bonos soberanos, en especial de los países más solventes, también ha elevado su precio y reducido su rentabilidad.
En concreto, el rendimiento del bono alemán -considerado el más seguro-, bajó el martes, a cierre de mercado, casi 9 puntos básicos, hasta el 2,033%. La rentabilidad del bono español a diez años cayó 9,2 puntos básicos, hasta el 2,828%.
Tono mixto en la bolsa tras el ataque a Israel
El martes Wall Street cerró en rojo, comenzando octubre con una nota negativa relacionada con el miedo a una guerra regional en Oriente Medio y sus consecuencias sobre los mercados tras el ataque. Al término de la sesión, el Dow Jones bajó un 0,41%, el S&P 500 cedió un 0,93% y el Nasdaq subió un 1,53%.
Tras la resaca, las bolsas europeas abrieron la sesión del miércoles en tono mixto. Según donde se mire, encontramos subidas o bajadas. Mientras que Londres, París y Fráncfort subían el 0,30%, 0,25% y 0,13%; Madrid y Milán caían al 0,23% y 0,18%, respectivamente. El Euro Stoxx50, índice en el que cotizan las empresas europeas de mayor capitalización, avanzaban por su parte el 0,17%.
En la otra parte del mundo, la bolsa de Tokio cerró el miércoles con una bajada del 2,18% de su principal indicador, el Nikkei, lastrado por el aumento de las tensiones en Oriente Medio.
Los mercados mundiales quedan a la espera de la reacción de Israel. Desde Link Securities, opinan que, en principio, «a ninguno de los dos países les interesa un conflicto directo. Por lo que es muy factible que el tema acabe como lo hizo el pasado mes de abril, sin una respuesta significativa por parte de Israel. Es probable que se lleve a cabo un ataque ‘quirúrgico’ y limitado». No obstante, se espera que los inversores mantengan «prudencia» hasta conocer cuál es el verdadero alcance de lo ocurrido.