Hablamos con Juan Luis Blat, consultor en Tesorería y Finanzas y director de Actividades de la Asociación Española de Financieros Empresa (Asset) sobre la importancia para las empresas de diversificar sus proveedores financieros. Aconseja acceder a la financiación alternativa cuanto antes ya que «es estratégico que las empresas tengan diversificadas sus proveedores de servicios financieros». Advierte también que «si la empresa no es capaz de generar caja positiva, no se mantendrá en el negocio». Igualmente, «considera fundamental invertir en contar con departamentos profesionalizados y dimensionados, formación y herramientas tecnológicas».
– ¿Qué consejos daría a las empresas en sus diferentes etapas de crecimiento para mejorar su tesorería?
Para identificar qué objetivos de mejora se quieren alcanzar, lo primero es planificar las necesidades de tesorería (presupuesto de tesorería) teniendo en cuenta unos supuestos de partida realistas.
A partir de aquí, identificar las palancas y crear un plan de acción -identificando: responsables, acciones y fechas de ejecución- para mejorar principalmente la generación operativa de caja: periodos medio de cobro, pago o rotaciones de inventarios. Y realizar un seguimiento constante y periódico, tanto de las posiciones realizadas como de las estimadas.
Flujo de caja positiva
Todavía muchas empresas carecen de esta planificación financiera y gestionan su liquidez a muy corto plazo o simplemente no la gestionan… Es necesario identificar y corregir a tiempo los impactos negativos en la liquidez derivados de desviaciones en la cuenta de resultados y de las necesidades de capital circulante, así como tener un plan de inversiones y de financiación alineado con el crecimiento y generación de caja de la empresa. Si la empresa no es capaz de generar caja positiva, no se mantendrá en el negocio.
Por otra parte, es fundamental invertir en las áreas financieras: departamentos profesionalizados y dimensionados, formación y herramientas tecnológicas.
– ¿Cómo están influyendo las diferentes situaciones geopolíticas (Canales de Suez y Panamá, la guerra de Ucrania…), políticas, la inflación y la subida de tipos, a las que nos estamos enfrentando a la hora de buscar financiación por parte de las empresas? ¿A qué fórmulas financieras estamos recurriendo? ¿Se está produciendo una contracción de las necesidades financieras?
La situación geopolítica está teniendo un impacto muy negativo en las cadenas de suministros. La escasez se traslada rápidamente en un incremento en precios por parte de los proveedores, además está la necesidad de las empresas de incrementar los inventarios (materias primas y componentes) para poder garantizar la producción ante posibles restricciones de suministro que no ayuda a la negociación ni de los precios y de los plazos de pago. Este incremento en precios, junto al incremento de unidades en stocks impacta negativamente en la liquidez de las empresas.
Soluciones financieras de supply Chain finance ayudan a anticipar el pago a proveedores para poder mantener plazos de pago más favorables. Los financieros tenemos que ajustar bien nuestros modelos para incorporar esas necesidades de caja y ajustar la financiación necesaria, cuyo coste se va a ver incrementado por la subida de tipos de interés.
Si la financiación de proveedores se complica, hay que buscar alternativas como la factorización sin recurso de saldos de clientes apoyándonos en coberturas con pólizas de caución.
Financiación de circulante
– ¿Para qué están solicitando las empresas financiación?
Principalmente la financiación de circulante es la que permite a la empresa cubrir su desfase en la generación de caja operativa. Las inversiones pueden congelarse en un momento determinado, pero a nivel operativo, la empresa tiene que seguir en funcionamiento. Tener bien soportada esta financiación es vital.
Las necesidades de capital circulante se tienden a asociar con una financiación a corto plazo y para muchas empresas tiene un componente estructural que se está financiando con líneas que, en la mayoría de los casos, se renuevan con carácter anual.
– ¿En qué etapa de crecimiento aconsejaría a la empresa acceder a la financiación alternativa y a la bancaria o da igual?
Cuanto antes mejor. Es estratégico tener diversificados tus proveedores de servicios financieros. Variará en función del tamaño de la empresa y sus necesidades de financiación, pero tiene que haber un equilibrio en el pool de entidades para que la empresa tenga una mejor posición a la hora de negociar condiciones y no verse expuesta a situaciones de extrema tensión de liquidez en caso de la salida de alguna de las entidades.
– ¿Qué datos puedes aportar sobre la financiación bancaria y no bancaria tanto en España como en otros países como puede ser el caso de UK y Estados Unidos? ¿Qué diferencias hay con respecto a España?
España es un país con un componente predominante de financiación bancaria: los datos que se manejan es que aproximadamente el 80% de la financiación es bancaria cuando en EE.UU. esta posición se invierte en beneficio de otras fuentes de financiación.
Ambas fuentes tienen que ser entendidas como complementarias. Cada vez más se ven operaciones de financiación no bancaria para cubrir necesidades de financiación a largo plazo, pero tambien en el circulante como son Fintech no bancarias especializadas en factorización y en supply Chain finance.
La IA llega a distintas áreas financieras
– Por otra parte, ¿cómo nos puede ayudar el uso de la digitalización en el área de control de la gestión para ser más ágiles y más eficaces y no cometer errores?
Aquí hay varios factores que afectan positivamente como es todo lo referente a la calidad de la información financiera, integración e interconectividad con distintas fuentes de información en la empresa, mejora de procesos para acortar los plazos de cierre mensuales, información consolidada, etc. La empresa necesita tener información analítica para saber qué rentabilidad tiene por productos, mercados, unidades de negocio, etc. buscando siempre el equilibrio entre la posición económica y la financiera.
– ¿Cómo se puede beneficiar un financiero de la inteligencia artificial para agilizar su operativa diaria?
Tecnologías más maduras como la automatización y la robótica están presentes en muchas herramientas y en los últimos años nos ha ayudado para ser mucho más eficientes en la ejecución de determinados procesos financieros relacionados con los procesos de comunicaciones bancarias, ejecución de pagos, conciliaciones, tareas administrativas y de contabilización de operaciones, consolidaciones o reporting, por poner algunos ejemplos.
Actualmente la IA empieza a estar presente en soluciones tecnológicas en distintas áreas financieras: en Tesorería permite identificar patrones y propuestas para la toma de decisiones financiación/inversión, aprendizaje en la aplicación de reglas de conciliación o en la prevención del fraude, detectando pagos anómalos (por importes o cuentas destino; en el ámbito del Control de Gestión, mediante el análisis de gran volumen de datos; y en el área de Credit Management, ayudando a predecir el comportamiento de pago de clientes usando modelos de aprendizaje para automatizar y optimizar el proceso de cobro e identificando los pasos más eficientes en lanzamientos masivos de comunicaciones a los deudores. Estos son solo algunos ejemplos y a medida que se vaya consolidando esta tecnología iremos viendo muchas más aplicaciones en el área financiera.
La Ley Crea y Crece
– ¿Qué plantea la Ley Crea y Crece sobre la necesidad de emitir facturas electrónicas? ¿Qué requisitos establece? ¿Afecta a todas las empresas? ¿tamaño, públicas y privadas? ¿Cuáles son sus objetivos en este sentido? ¿Cómo impacta en las empresas la implantación de la factura electrónica?
Recientemente, se ha remitido el borrador de La Ley Crea y Crece en España a la UE para su aprobación. Esta ley promueve la emisión de facturas electrónicas para agilizar trámites administrativos, establece requisitos de formato y firma electrónica y se aplica a todas las empresas, independientemente de su tamaño o naturaleza pública/privada.
Sus objetivos incluyen reducir la burocracia, aumentar la eficiencia y facilitar el seguimiento y cumplimiento de los plazos de pago para proteger principalmente a las pymes y luchar contra la morosidad (el plazo de pago legal en España es de 60 días, cuando de promedio estamos en unos 82 días).
Las empresas con una facturación superior a los ocho millones de euros deberán implementarla en un plazo máximo de un año, desde la aprobación del reglamentario. El resto de empresas con una facturación menor contarán con dos años para llevar a cabo su implementación.
Su aplicación supone un reto importante para las áreas financieras, pero también una oportunidad para digitalizar y mejorar los plazos en los procesos “order to cash” y “order to pay”, reducir costos y mejorar la trazabilidad y seguridad de las transacciones. Además de facilitar el cumplimiento fiscal y normativo.