Cava Eterno y Anma, la sabiduría y respeto por sus orígenes de Chozas Carrascal
La ilusión por los nuevos comienzos, la continuidad de los valores adquiridos, el aprendizaje, el respeto por la tradición y la pasión por el cuidado y los detalles, marcan el inicio de la segunda generación de la bodega Chozas Carrascal, liderada por los hermanos Julián y María José López-Peidro. Julián se encarga de cuidar la uva a pie de viña y María José de la comercialización por medio mundo, la imagen de la bodega y el enoturismo.
En esta ocasión os presentamos las dos grandes apuestas de la bodega: el Cava Eterno y Anma.
Cava Eterno
Desde Chozas Carrascal sienten una gran admiración por una de las variedades con más carácter de la finca, la chardonnay, protagonista indiscutible en sus cavas. A lo largo de los últimos años, han puesto todo su empeño en tratar de entender mejor su comportamiento y excepcionalidad. Tras comprender mejor sus procesos y la singularidad de la parcela de donde procede, la Dehesa, han conseguido crear un cava que representa su apuesta por las largas crianzas.
Con una producción muy limitada de tan solo 4.000 botellas, nace este Cava Eterno 2016, el primer Cava Paratge de la familia López-Peidro.
«Un cava muy especial con el que esperamos alcanzar nuestro principal objetivo: impregnar cada elaboración de las riquezas y particularidades de la parcela de la que proviene», explican fuentes de la bodega.
Anma
Chozas Carrascal nos ofrece Anma Tinto y Anma Blanco, que representan el alma de la segunda generación de la bodega. Ambos nacen del amor al entorno y a la tierra, de poner en valor todo lo aprendido en el pasado unido a la fuerte vocación innovadora que les caracteriza. Dos vinos que celebran lo mejor de las dos generaciones: la sabiduría y experiencia de la primera, unidas a la visión y el carácter innovador de la segunda.
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