Existe una gran diferencia entre una promoción, que es una acción puntual a corto plazo, y una campaña de Marketing, en la cual se desarrollan una serie de acciones combinadas y planificadas a medio o largo plazo.
Cuándo usar cada una
La promoción se realiza cuando una empresa necesita clientes ‘ya mismo’ y busca acciones para conseguir más ventas en un periodo de tiempo corto, con un precio competitivo que atraiga a los compradores. Sin embargo, no sirve para fidelizar a los clientes. “Igual que los gana, los pierde”.
Sin embargo, en una campaña de marketing, las acciones planificadas a largo plazo afianzan la relación entre el negocio y el mercado, colocando al cliente en el centro de la programación, quién muestra confianza e interés antes de ofrecerle la compra del producto o servicio.
Se trata, indica Isabel Anthony, de ir cautivando al cliente con cada una de las acciones que se van realizando para que adquiera los productos cuando él decida hacerlo, decisión que no se toma de “un día para otro”.
Combinación de ambas estrategias
A pesar de todo, señala, es interesante para las empresas combinar ambos modelos de publicidad en épocas de bajos ingresos o ‘peores’ resultados, o ante la pérdida de clientes.
Es una forma de hacer acciones puntuales con promociones rápidas, que alimentan económicamente a la empresa, mientras se va desarrollando una campaña de marketing, que tienen resultados más lentos y cuesta más dinero, pero es más efectiva.
La combinación de las dos estrategias, asegura la asesora y formadora de empresarios, “nos permite sobrevivir en el corto plazo, mientras vamos construyendo una campaña a medio-largo plazo, para no estar siempre sobreviviendo. Algunos van de promoción en promoción, siempre con el agua al cuello, de ahí la importancia de un planificada campaña de marketing”.
Hacer un marketing continuo en el tiempo permite a las empresas comenzar a tener ‘poco a poco y de forma regular’ un flujo constante y más previsible de nuevos clientes.
Existe una razón, explica la responsable de Se Ese Uno, por la que con las campañas de marketing se obtienen mejores resultados y mejores conversiones que con promociones puntuales. Y es porque su desarrollo “es más o menos como las relaciones entre las personas”.
Cuando dos personas se conocen por primera vez, existe la posibilidad de que se establezca una química entre ellas al instante y, aun así, en la mayoría de los casos, tiene que haber un cierto roce, pasar un tiempo juntas, compartir, hablar, todo esto para que surja la confianza entre ambas y nuevos contactos.
A nivel profesional, insiste Isabel Anthony, ocurre lo mismo. Los consumidores de los productos y servicios de una empresa, en la mayoría de los casos, necesitan tener varios contactos con la firma, sentirse cuidados, para adquirir confianza y acordarse de la marca.
De ahí la importancia de las campañas de marketing que, acción tras acción, proporcionan a los clientes “un contenido lo suficientemente valioso que les aporta experiencias, les entretiene y aporta contenidos interesantes que solucionan sus problemas y necesidades”.
Además, al verse en el centro de la campaña, los clientes sienten el deseo de consumir los productos y servicios de la empresa, expresa Isabel Anthony.