Rebeca García (Pago de Tharsys): «Me enamoré del mundo del vino y entendí a mi padre»
La directora de Marketing de Pago de Tharsys repasa sus primeros pasos profesionales entre viñedos, reflexiona sobre el vínculo personal y emocional que mantiene con el vino y ofrece su visión sobre el momento que atraviesa el sector
Rebeca García, directora de Marketing de Pago de Tharsys. Imagen: Pago de Tharsys.
Rebeca García, directora de Marketing de Pago de Tharsys, lleva el vino en la sangre. Es hija de Vicente García, fundador de la bodega y pionero del cava valenciano, de quien heredó no solo el apellido, sino su vocación por la enología y por todo lo que rodea al mundo del vino. Una pasión que hoy se materializa en su trabajo diario en la bodega de Requena, donde la tradición vitivinícola convive con una apuesta por la innovación y la modernización.
En una entrevista con Economía 3, García repasa sus primeros pasos profesionales entre viñedos, reflexiona sobre el vínculo personal y emocional que mantiene con el vino y ofrece su visión sobre el momento que atraviesa el sector. También analiza los retos a los que se enfrenta una industria marcada por el peso de la historia, pero cada vez más obligada a adaptarse a nuevos hábitos de consumo, a la digitalización y a un mercado en constante transformación.
«Mi infancia estuvo marcada por la profesión de mi padre»
– Llevas cerca de nueve años como directora de Marketing de Pago de Tharsys, ¿cómo comenzó tu relación con el mundo del vino?
Mi relación con el mundo del vino se inició nada más nacer, pues soy hija de un inquieto enólogo, Vicente García, de la primera promoción de enólogos titulados por la escuela de viticultura y enología de Requena.
Mi infancia estuvo intensamente marcada por su profesión, que nos llevó a toda la familia a vivir en diferentes zonas vitivinícolas y a viajar en innumerables ocasiones con él por toda España, visitando bodegas y viñedos únicos, a veces por pasión y a veces por trabajo. Así que en el recreo de mi infancia había viñedos, uva, depósitos, barricas, pipetas de laboratorio e infinitas conversaciones de adultos sobre vino que no terminaba de entender.
– ¿Cuándo descubriste que era una pasión y que querías dedicarte profesionalmente a ello?
Curiosamente, mi verdadera pasión por el vino llegó tarde, en la madurez, cerca de los 30 años, y dedicándome a otra profesión que no tenía nada que ver con el vino, la consultoría, pero esta profesión me permitió viajar a zonas vinícolas y catar vinos increíbles desde una mirada externa a la profesión, con la mirada de explorador apasionado. Y encontré placer, paisaje, cultura, tradición, raíces, amistad… Así que me enamoré de este mundo y empecé a entender a mi padre.
«Tenía la certeza de que podía aportar cosas al proyecto familiar»
– ¿Cómo llegas a Pago de Tharsys y te implicas en el proyecto?
Llegué a Pago de Tharsys coincidiendo con la jubilación de mi padre y la necesidad de continuar con el negocio familiar. Fue un momento en el que yo buscaba un cambio de rumbo en mi carrera profesional, volver a mis raíces. El vino me apasionaba y tenía la certeza de que podría aportar cosas positivas al proyecto familiar.

Imagen: Pago de Tharsys.
Lo que más me atraía del proyecto era la belleza y singularidad del paraje, la marca que habían conseguido consolidar en el mercado, el sentido de hospitalidad que se respiraba, y el compromiso con la sostenibilidad y la calidad. Así que decidí aprovechar la oportunidad e incorporarme a la bodega. Ahora ya hace nueve años de esa decisión, y he de decir que no ha sido un paseo por las nubes, pero bien ha merecido la pena.
– Requena es reconocida por la calidad de sus vinos, pero ¿qué diferencia a Pago de Tharsys dentro de este panorama?
Pago de Tharsys tiene personalidad propia, no porque lo digamos nosotros, sino porque se asienta sobre lo que fue una laguna hace 30 millones de años, en el Mioceno. A lo largo de miles de años, el agua dulce fue dejando sedimentos de carbonatos cálcicos que formaron lo que hoy es el suelo de nuestro viñedo, donde las raíces de la vid penetran y extraen agua y nutrientes, y es precisamente este suelo singular el que confiere características diferentes a los vinos que producimos.
Esta singularidad es la que nos ha otorgado una denominación de origen propia DOP Tharsys. Los vinos que nacen de este pago, tienen notas florales muy intensas, son muy frescos, tienen cuerpos medios muy equilibrados y un potencial de envejecimiento increíble. Además los rendimientos son muy bajos y se obtienen muy pocas botellas de cada parcela del pago.
«El sector del vino siempre está en aguas turbulentas»
– ¿Qué momento atraviesa actualmente el sector? ¿Qué tendencias de consumo estáis observando?
El sector del vino siempre está en aguas turbulentas, estamos acostumbrados a navegar con tempestad. Actualmente, hay un descenso del consumo de vino a nivel mundial y el sector lo está acusando, pero sigue habiendo corrientes favorables, y los vinos blancos y los espumosos están creciendo tanto en el mercado nacional como internacional. Así que el viento es favorable para los que producimos vinos espumosos y blancos como nosotros.
– ¿Cómo se innova en un sector tan tradicional como el vino?
Hoy en día la innovación en el sector del vino es más amplia y transversal que nunca. No se limita solo al viñedo o a la bodega: abarca tecnología, sostenibilidad, marketing, experiencia enoturística y modelos de negocio.

Rebeca García, directora de Marketing de Pago de Tharsys. Imagen: Pago de Tharsys.
En nuestro caso, en estos últimos dos años, hemos estado enfocados en mejorar nuestros modelos predictivos, en el uso razonable del agua, en aumentar nuestra producción de energía procedente del sol, certificaciones de calidad y sostenibilidad, packaging más ligeros y reciclables, experiencias inmersivas, digitalización, CRM y analítica avanzada y nuevos canales de comunicación con el cliente.
«Llevamos 23 años con la puerta abierta 360 días al año»
– El enoturismo dejó un impacto económico en España de 112 millones de euros en 2024, un 10 % más que el año anterior, según Acevin. ¿Qué peso tiene esta actividad en vuestro negocio?
Para Pago de Tharsys, el área de enoturismo es muy importante, no solo representa un 5 % de nuestra cifra de negocio, sino que es el canal de comunicación y fidelización más importante de la bodega. Recibimos unas 9.000 visitas anuales e intentamos que cada una de esas personas vivan una experiencia bonita, agradable e interesante que quede grabada en su recuerdo, que les una a nuestra marca y a lo que hacemos.
Llevamos 23 años con la puerta abierta 360 días al año, y nos sigue encantando recibir a todo el mundo como el primer día.
– ¿Cuáles fueron vuestros resultados de negocio en 2024 y qué perspectivas tenéis para este 2025, a pocos meses de finalizar el año?
En el 2024 nuestra cifra de negocio superó los 4 millones de euros, fue un buen ejercicio, a pesar de las turbulencias del mercado y la subida del coste de la uva para cava porque se supo generar valor y marca, y aumentar el equipo y las herramientas comerciales.
El 2025 todavía está por cerrar con noviembre y diciembre que son los dos meses de mayor facturación para nuestra bodega, pero las expectativas son positivas. Este ha sido un año de muchos cambios y mejoras en todas las áreas de la bodega y esto ha dado resultados positivos a nuestra cifra de negocio y proyecciones futuras. Pago de Tharsys siempre se ha caracterizado por su flexibilidad para adaptarse rápido a los cambios y explorar nuevos modelos para estar siempre a punto y en buena forma.
«El mercado no espera»
– El cambio climático, la competencia global o la burocracia son algunos de los retos del sector. Desde tu experiencia, ¿cuáles dirías que son los principales desafíos a los que se enfrenta hoy la industria del vino?
Sin duda, estamos en un momento crucial en el sector del vino, y los principales desafíos que debemos enfrentar son la adaptación al cambio climático, sin perder identidad, la competencia global y la saturación de mercados, la transformación digital, la sostenibilidad real y certificable, el aumento de costes y los márgenes reducidos, y el cambio en las preferencias del consumidor.

Imagen: Pago de Tharsys.
Tenemos mucho que hacer y tenemos que hacerlo rápido, el mercado no espera. La tradición de nuestro sector pesa mucho, así que tenemos que hacer un esfuerzo mayor que otros sectores.
– Formas parte de la Fundación Mujeres al Timón, una iniciativa de Economía 3 que promueve la visibilidad de las mujeres en puestos de liderazgo. ¿Qué significa para ti formar parte de este proyecto?
Para mí, formar parte de la Fundación Mujeres al Timón es una oportunidad extraordinaria. No se trata solo de visibilizar el liderazgo femenino, sino de construir una red real de apoyo entre mujeres que estamos impulsando proyectos en ámbitos muy distintos.
Sentir que formas parte de esa comunidad, que compartes experiencias y aprendizajes con otras profesionales referentes, es muy inspirador.

Imagen: Pago de Tharsys.
En mi caso, además, supone llevar la voz del sector del vino, un ámbito que tradicionalmente ha sido muy masculino. Poder mostrar que detrás de muchas bodegas y proyectos innovadores también hay mujeres liderando, tomando decisiones y marcando el rumbo, me parece fundamental. Y si eso sirve para que otras jóvenes se animen a entrar en esta industria, aún mejor.
Al final, la Fundación Mujeres al Timón representa para mí una mezcla de orgullo y responsabilidad. Orgullo por estar junto a mujeres que admiro profundamente, y responsabilidad porque sé que nuestro ejemplo puede ayudar a impulsar un cambio positivo en el tejido empresarial. Es un proyecto que inspira y que nos recuerda que el liderazgo tiene un impacto social real, y me siento muy agradecida de formar parte de él.
«El sector del vino es muy masculino»
– A lo largo de tu carrera, ¿te has encontrado con obstáculos por el hecho de ser mujer? ¿Qué barreras has tenido que superar?
Sí, a lo largo de mi carrera me he encontrado con algunos obstáculos, a veces muy sutiles, por el hecho de ser mujer, sobre todo en un sector como el del vino, tradicionalmente muy masculino. A veces, he tenido que demostrar mi capacidad más de lo que correspondería, o he visto cómo ciertas decisiones generaban más dudas de las que habrían surgido con un hombre al frente.
Las barreras que he superado tienen que ver con defender mi espacio, confiar en mí misma y mantenerme firme en mi manera de liderar. La experiencia y la madurez me han hecho más fuerte y más consciente de la importancia de abrir camino para que otras mujeres no tengan que enfrentarse a las mismas limitaciones y se sientan reforzadas e inspiradas para liderar y representar.
Laura SanfélixGraduada en Periodismo por la Universitat de València, con un máster en Periodismo Político Internacional y otro en Comunicación y Marketing Político. He desarrollado mi trayectoria profesional en medios como Europa Press, así como en el ámbito de las agencias de comunicación. En la actualidad, escribo sobre información económica y empresarial en la web y la revista de Economía 3.







