Europa reconoce el marketing enológico de Bodegas Vicente Gandía
Redacción E3
Convento Comendadoras de Santiago (Granada). Imagen: Guía Repsol.
La última edición de Soletes Guía Repsol, dedicada a propuestas para la Navidad, ha puesto el foco en un rincón poco explorado pero importante de la gastronomía española: los obradores monacales. Por primera vez, un total de 27 conventos, pertenecientes a doce congregaciones religiosas, han sido distinguidos con un Solete Repsol. Entre estos talleres de repostería, repartidos en once comunidades autónomas, destacan especialmente en Andalucía y Castilla y León, donde los dulces «celestiales» son más populares.
La repostería conventual española es un legado centenario que se remonta a la Edad Media, cuando monasterios y conventos autosuficientes comenzaron a elaborar sus propios dulces. En sus obradores se producen de manera artesanal mazapanes, yemas, almendrados o rosquillas, con ingredientes sencillos como almendra, miel y huevos. Cada receta se conserva y transmite de generación en generación, estrechamente vinculada a fiestas religiosas, como la Navidad.
Siete conventos andaluces han distinguidos por la Guía Repsol. En el Real Monasterio de la Madre de Dios de Santiago, el primero en construirse en Granada, una veintena de comendadoras elaboran hasta treinta especialidades distintas en su obrador. No lejos de allí, en el barrio de El Realejo, el Convento de San José de las Carmelitas Calzadas, también reconocido con un Solete, reúne a hermanas de origen filipino que combinan la elaboración de pastas de almendra, mantecados y polvorones con una oferta de cocina asiática para llevar.

Las Comendadoras de Santiago en Granada con su Solete Guía Repsol. Imagen: Alfredo Caliz
En Archidona, el Monasterio de Jesús María del Socorro (Málaga) es célebre por sus borrachuelos y quesitos de almendra, que incluso comercializan por internet. Por su parte, las Carmelitas Calzadas de Antequera reciben visitantes para adquirir sus alfajores y recorrer su cuidado museo conventual.
En Sevilla, el Monasterio de Santa Paula es dirigido por la priora Sor Tiyama Irimpan y se especializa en elaboraciones frutales: cremas, mermeladas y gelatinas. Mientras tanto, en Belalcázar (Córdoba), el Convento de Santa Clara de la Columna ofrece dulces tradicionales como cocadas, empiñonadas y nevaditos.
En Toledo, el mazapán es el protagonista de la tradición repostera, elaborado por las dominicas del Convento de Jesús María y las cistercienses del Convento de San Clemente, donde, según se dice, nació este dulce. Aunque varias órdenes aparecen en el listado de reconocidos, son las monjas clarisas quienes acumulan más distinciones, como las del Monasterio de Jesús Nazareno en Sisante (Cuenca). Las clarisas del Convento de Santa Isabel en Valladolid o del Monasterio de Santa Clara en Soria son ejemplo de la persistencia de oficios centenarios y la tradición de llevar huevos a estas religiosas.

Dulces del Convento de San José de las Carmelitas Calzadas. Imagen: Guía Repsol.
En Palencia, el Monasterio de Nuestra Señora de Piedad destaca por sus empanadas, bollos de almendra y rosquillas de Santa Rosa. Otros conventos llevan su labor más allá de la repostería, como Iesu Communio en Burgos, donde centenares de jóvenes, vestidas con hábito de tela vaquera, se dedican también a la artesanía y las flores preservadas.
La provincia de León suma dos Soletes monacales: el Monasterio de la Santa Cruz en Sahagún y el Monasterio de Concepcionistas en la capital, donde elaboran más de 25 pastas típicas de la región. La ruta de cenobios castellanoleoneses concluye en el Convento de Santa María la Real de las Dueñas en Zamora, famoso por sus rosquillas del Ángel.
En Aragón, el Convento de San José de Maluenda representa la tradición repostera conventual, mientras que Extremadura cuenta con tres destacados obradores: el Convento de Santa Clara en Llerena, el Convento de San Pablo en Cáceres y el Convento de Nuestra Señora de la Salud en Garrovillas de Alconétar.

Elaboración de pastas en el obrador en el Convento de San José de las Carmelitas Calzadas. Imagen: Guía Repsol.
En la zona del Mediterráneo, las clarisas de Santa María de Jerusalén en Barcelona perfuman el convento con piruletas, rocas de almendra y pistacho, y chocolate de sus alegrías, mientras que las concepcionistas del Convento de San Antonio en Murcia se atreven incluso con panettones, premiados en 2021 por The Corporate Live Wire.
En el norte, destacan el Monasterio de Nuestra Señora del Pilar en Bilbao, con sus bizcochos por encargo, y la Repostería Fina Santa Clara en Villaverde Pontones (Cantabria), famosa por su Roscón de Reyes. En las islas, las cocas de Nadal del Convento de Santa Magdalena en Palma y las truchas de batata del Monasterio Cisterciense de Teror en Las Palmas mantienen vivas las recetas locales más tradicionales.
Laura SanfélixGraduada en Periodismo por la Universitat de València, con un máster en Periodismo Político Internacional y otro en Comunicación y Marketing Político. He desarrollado mi trayectoria profesional en medios como Europa Press, así como en el ámbito de las agencias de comunicación. En la actualidad, escribo sobre información económica y empresarial en la web y la revista de Economía 3.
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