Ingenieros geomáticos reivindican su papel ante la crisis climática
Redacción E3
Nuestro protagonista, Jan Stuhler es profesor de Economía en la Universidad Carlos III de Madrid. Antes de incorporarse a la UC3M, se doctoró en la University College London.
Stuhler cursó sus estudios de grado en la Universidad de Bonn, durante los cuales pasó un año como estudiante visitante en UC Berkeley.
Además, ha sido investigador visitante en Harvard University (2017) y profesor visitante en el (2021–2022).
Sus principales intereses de investigación son la economía laboral y la economía pública, con especial atención a la movilidad intergeneracional y la inmigración.
– Usted ha analizado los mecanismos de transmisión de la desigualdad entre generaciones. ¿Qué factores resultan más determinantes en España: la educación, el mercado laboral o el entorno familiar?
El entorno familiar es fundamental, pero la desigualdad se reproduce a través de la educación y del mercado laboral. Las familias con más recursos invierten más en la educación de sus hijos. E incluso comparando a jóvenes con una formación similar, quienes provienen de entornos familiares más privilegiados encuentran mejores vías de acceso al mercado laboral.
– ¿Cómo se compara la movilidad intergeneracional en España con la de otros países europeos?
En España, la movilidad intergeneracional en educación ha mejorado en las últimas décadas y hoy se sitúa en un nivel similar al de otros países europeos. Sabemos poco sobre cómo se compara la movilidad intergeneracional de la renta con la de otros países, porque los datos disponibles no son de buena calidad y pequeñas diferencias en su calidad pueden tener un gran efecto en las estimaciones.
– La inmigración está generando un debate en nuestro país en torno a su impacto en la economía. Desde su investigación, ¿qué efectos reales tiene sobre los salarios y el empleo de los trabajadores locales?
Los efectos a largo plazo sobre los salarios probablemente sean neutros o positivos. A medida que la producción se vuelve cada vez más especializada, las empresas necesitan nutrirse de una amplia gama de talentos, y la inmigración puede desempeñar un papel central.
– Sin embargo, pueden preocuparnos los efectos a corto plazo sobre los salarios y el empleo de los nativos. En un modelo sencillo de oferta y demanda, una afluencia de trabajadores reduce los salarios, al menos temporalmente.
Mi investigación sugiere que este efecto es más fuerte si los recién llegados están dispuestos a trabajar por salarios más bajos que la población residente. Y cuando surgen efectos adversos, la carga no suele recaer en los trabajadores ya establecidos («insiders»), cuyos empleos y salarios son relativamente resilientes; recae en los “outsiders”: quienes aún no están empleados pero buscan trabajo cuando ocurre la inmigración.
Los responsables de políticas públicas deberían preocuparse principalmente por este grupo.
– Por otra parte, ¿cómo influye en nuestra economía? ¿Podríamos decir que el crecimiento actual de la economía española viene impulsado por la inmigración?
En términos de Producto Interior Bruto (PIB) total, desde luego: más población implica más producción. En términos de PIB per cápita, soy escéptico. A corto plazo, un alto nivel de inmigración es más probable que sea un síntoma de tendencias económicas positivas que su causa.
– ¿En qué medida los flujos migratorios recientes están transformando la estructura del mercado laboral en España?
Tenemos que investigar más para comprenderlo. Lo que está claro es que, desde hace unos años, estamos en medio de una segunda gran ola migratoria, tras la gran ola que España vivió en los años 2000.
– ¿Existen sectores donde la inmigración tenga un efecto especialmente relevante o distinto?
Por lo general, sectores como la construcción, la agricultura, los servicios domésticos y la hostelería dependen, en gran medida, de la mano de obra migrante.
Esto, a su vez, es una razón clave por la que los precios son bajos en estos sectores, un mecanismo por el cual los consumidores se benefician de la migración.
– ¿Qué políticas públicas podrían favorecer, en su opinión, la integración de los inmigrantes en el mercado laboral de nuestro país?
El reconocimiento de credenciales educativas y profesionales extranjeras con el fin de garantizar que las habilidades que aportan los inmigrantes puedan utilizarse también en el mercado laboral español.
– ¿Hasta qué punto la falta de integración laboral de la población migrante puede agravar las desigualdades sociales a largo plazo?
En España, la población inmigrante está comparativamente bien integrada en el mercado laboral.
El hecho de que muchos inmigrantes procedan de países hispanohablantes es una gran ventaja. Y, a diferencia de muchos países de Europa central y del norte, en España la brecha en la tasa de empleo entre inmigrantes y nativos no es muy marcada, al menos para la mayoría de los grupos de origen.
– ¿Cree que España está aprovechando suficientemente el talento y capital humano de las nuevas generaciones de inmigrantes?
Muchos inmigrantes quedan atrapados en ocupaciones poco cualificadas, aunque tengan el talento para desempeñar trabajos más técnicos y exigentes. Y puede que no dispongan de tiempo ni recursos suficientes para apoyar a sus hijos.
El sistema de educación pública desempeñará un papel clave en la creación de oportunidades para la segunda generación de inmigrantes.
– Con el envejecimiento de la población, ¿qué papel jugará la inmigración en la sostenibilidad del mercado de trabajo y del Estado del bienestar en España?
El reto demográfico de una población envejecida puede mitigarse mediante la inmigración. Los inmigrantes suelen llegar en edad de trabajar, por lo que tienden a incrementar la población activa y pueden ayudar a estabilizar las cuentas públicas.
Sin embargo, serían necesarios niveles de inmigración sostenidamente altos para compensar por completo el cambio demográfico.
Por ello, conviene entender la inmigración como un valioso paliativo que nos da tiempo, pero no como una solución suficiente por sí sola al desafío demográfico.
– ¿Qué enseñanzas extrae de la comparación con otros países europeos que ya han afrontado olas migratorias más intensas?
En muchos países de Europa central y del norte, los inmigrantes tienen tasas de empleo mucho más bajas que los nativos. Esto genera costes fiscales y tensiones sociales. España lo está haciendo mejor en esta dimensión.
El hecho de que muchos inmigrantes procedan de países hispanohablantes también ayuda.
Pero un problema que comparten todos los países europeos es el aumento del coste de la vivienda, especialmente en las grandes áreas metropolitanas y la inmigración puede agravar este problema si no va acompañada de suficiente construcción.

– Más allá de los datos económicos, ¿cómo influye la percepción social de la inmigración en la capacidad de los mercados para absorberla de manera positiva?
La investigación muestra que la oposición a la inmigración se debe principalmente a motivos sociales, no económicos.
Por ello, la percepción social de los inmigrantes es muy importante para comprender las actitudes hacia la inmigración. No tengo claro cómo interactúan estas percepciones sociales con la integración económica.
– Por último, ¿qué significa para usted recibir el XXIV Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica?
Es un gran honor recibir un premio tan prestigioso. Como trabajo en España pero no nací aquí, esta distinción es especialmente significativa para mí.
Gemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.
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