La factura económica en Rusia y Ucrania tras tres años de guerra
En la guerra, no solo importa quién se impone en el ámbito militar, sino también en el ámbito económico. La invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, cumple tres años este mes de febrero. Más de mil días después del inicio del conflicto a gran escala, calcular la magnitud de las bajas como consecuencia de la guerra es difícil debido al hermetismo de los gobiernos ruso y ucraniano al respecto. Sin embargo, los indicadores económicos, que sí son públicos, nos permiten evaluar el estado actual de Rusia y Ucrania, y, en consecuencia, su capacidad para afrontar la reconstrucción una vez que el conflicto finalice.
A pesar del complicado contexto, las economías de ambos países han mostrado cierta resiliencia desde que la guerra estallara en febrero de 2022. En particular, Rusia se ha esforzado en proyectar una imagen de estabilidad y fortaleza, incluso frente a las sanciones impuestas por Europa y Estados Unidos. Por su parte, Ucrania ha sabido adaptarse a las condiciones del conflicto gracias, en gran medida, a la ayuda internacional. Pero, ¿qué revelan los datos sobre el estado actual de ambas economías?

Rusia, ¿una economía estable?
«La situación (de la economía) es normal y estable. Pese a todo, pese a todas las amenazas externas», aseguró el pasado mes de diciembre el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Moscú, la economía rusa ha superado las expectativas de muchos analistas. De hecho, muchos coinciden en que el impacto de las sanciones impuestas por Europa y EE.UU. ha sido mucho menor de lo esperado, dado que Putin permanece en el poder y el conflicto en Ucrania continúa.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interior Bruto (PIB) ruso experimentó una caída del 1,2% en 2022, pero en 2023 registró un crecimiento del 3,2%, una cifra que se espera se mantenga en 2024, a la espera de los resultados definitivos. De cara a 2025, el FMI proyecta un crecimiento del 1,5% para la economía, es decir, el ritmo de crecimiento se está ralentizando.
Devaluación del rublo
Un informe de Craig Kennedy, analista del Davis Center de la Universidad de Harvard, señala que el coste de la guerra para Rusia supera ampliamente lo que indican los gastos presupuestarios oficiales. De acuerdo con este informe, Moscú estaría financiándose en gran parte mediante deuda y créditos no comerciales, lo que genera un riesgo de crisis crediticia y afecta la economía real. Esta vulnerabilidad financiera plantea un dilema estratégico para Moscú y ofrece a Ucrania y sus aliados una oportunidad para intensificar sanciones y fortalecer su posición para negociar.
De cara a este año, la economía rusa se enfrenta a no pocos retos. Uno de ellos es la inflación, que alcanzó el 9,5% en 2024, y los altos tipos de interés que el Banco Central de Rusia aumentó el pasado año al 21%, un nivel récord. Otro de los desafíos de Moscú es hacer frente a la falta de trabajadores en el país, como consecuencia del alistamiento de cientos de miles de hombres en la guerra.
Por otro lado, el déficit presupuestario alcanzó el 1,7% del PIB en 2024, mientras que el Fondo Nacional de Riqueza se ha reducido en dos tercios debido a la guerra. Además, el pasado mes de enero, el rublo se devaluó a su nivel más bajo desde marzo de 2022.
Ucrania, salvada por el apoyo internacional
En el caso de Ucrania, la economía se muestra resiliente en el que va a ser su tercer invierno de guerra. El PIB ucraniano, que cayó más de un 28% en el primer año de guerra, creció un 5,3% en 2023 y un 3% en 2024. Para este año, el FMI estima que la economía se desacelerará y crecerá un 2,5%, debido a los daños en la infraestructuras y las interrupciones del suministro eléctrico.
Desde el inicio de la guerra, la pobreza ha aumentado de manera importante en el país y ya afecta a 9 millones de personas, según el Banco Mundial.
En estos momentos, Ucrania dedica el 100% de los impuestos que recauda a nivel nacional a gastos militares y de defensa, mientras que el apoyo internacional ha sido la clave para mantener servicios públicos esenciales, como pensiones, salarios de médicos y maestros, y el funcionamiento de hospitales y empresas. Aunque el sector privado ha resistido, tiene por delante grandes desafíos, especialmente las pequeñas empresas.
El Banco Mundial estima que la reconstrucción de Ucrania requerirá al menos 486.000 millones de dólares en la próxima década, con necesidades sobre todo en vivienda, transporte, comercio, agricultura, energía y protección social. El sector privado podría cubrir un tercio de estas necesidades con reformas y la integración con la UE, lo que abriría también oportunidades en agricultura, industria, banca e infraestructuras para impulsar una recuperación sostenible y resiliente.
El papel de las empresas en la reconstrucción
Ucrania ya busca inversores privados para ayudar en la reconstrucción del país. El pasado mes de noviembre, la Unión Europea puso en marcha una convocatoria de manifestaciones de interés para movilizar la inversión privada en para apoyar la recuperación de Ucrania, que también representa una oportunidad de negocio para el sector privado.
El catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Oviedo, Esteban García-Canal, afirma que la reconstrucción tras el conflicto supone «un desafío de infraestructura sin precedentes y simultáneamente una oportunidad estratégica de modernización para el país». Según el experto, “esta renovación tiene potencial para atraer a empresas del sector infraestructuras por dos vectores: la reconstrucción inmediata de daños y la modernización y ampliación de infraestructuras obsoletas”.
García-Canal destaca que el éxito de estas iniciativas dependerá, en gran medida, del marco financiero, jurídico e institucional que se implemente para garantizar la protección de las inversiones y los intereses de las empresas extranjeras. Y, como no puede ser de otra manera, un acuerdo de paz duradero, que garantice la estabilidad tras el conflicto, será fundamental para la recuperación económica y la puesta en marcha de reformas estructurales.
En este sentido, García-Canal señala que «la potencial integración en la UE actuaría como catalizador doble, facilitando el comercio y acelerando la modernización necesaria para cumplir los estándares europeos en cuanto al marco institucional».
No obstante, el catedrático advierte que adaptarse a dichos estándares supone un reto nada sencillo para Ucrania, que aún tiene importantes deficiencias en este ámbito. Entre los sectores con mayor potencial de desarrollo, subraya dos: la agroindustria, que ha sido tradicionalmente un pilar económico, y el de las tecnologías de la información, que se caracteriza por una fuerza laboral cualificada y unos costes laborales competitivos.
¿El fin de la guerra entre Rusia y Ucrania?
El crecimiento económico de ambos países, la reconstrucción tras la guerra y, en general, el curso del conflicto dependen en gran medida de la política que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decida implementar en Ucrania. Durante su campaña, el republicano prometió alcanzar un acuerdo entre Vladímir Putin y Volodímir Zelenski para poner fin a la guerra en tan solo 24 horas.
Sin embargo, esa promesa no se ha cumplido, ya que Trump asumió la presidencia hace más de un mes. A pesar de ello, Rusia y Estados Unidos han iniciado negociaciones para poner fin al conflicto, en un encuentro del que Ucrania y la Unión Europea han sido excluidas.
En la reunión este martes, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, acordaron avanzar en la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países y trabajar en un plan para poner fin a la guerra en Ucrania «lo antes posible». En este sentido, Rubio anunció que Washington designará un «equipo de alto nivel» para negociar la paz entre Rusia y Ucrania.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró este martes en Ankara, momentos antes de su reunión con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, que solicitará «garantías de seguridad» a Estados Unidos, la UE y Turquía para cualquier acuerdo de paz.
El próximo lunes, con motivo del tercer aniversario de la invasión de Ucrania, los países de la Unión Europea aprobarán un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, centrado en el petróleo y el aluminio.