Los mercados se mantienen cautelosos ante nuevos aranceles y el IPC de EE. UU.
Las bolsas europeas parecen haber obviado la imposición de Donald Trump, la imposición de tarifas del 25 % a las importaciones estadounidenses de aluminio y acero por medio de una orden ejecutiva. Pese al riesgo de iniciar una «guerra comercial» en toda regla -la Comisión Europea (CE) anunció el martes que tomaría represalias-, los inversores parecen comenzar a estar «hartos» de los anuncios de la diplomacia estadounidense.
Quizá el hecho de que el Gobierno de EE.UU. haya dado un plazo de casi un mes antes para la implementación efectiva de los mencionados aranceles haya sido interpretado por los inversores como que su intención real es la de negociar con sus socios comerciales. Está por ver cómo reaccionarán los mercados cuando Trump anuncie sus «tarifas recíprocas» y se vea el alcance y el potencial impacto de las mismas en los distintos sectores de actividad.

De este modo, y con el factor «tarifas» siempre presente, los inversores pasaron a centrarse en los fundamentales, tanto empresariales como en los macroeconómicos.
El ocio y el turismo salen malparados
Con respecto a las novedades empresariales, el martes fue el sector del ocio y turismo el que salió malparado tras la publicación de las cifras trimestrales de la agencia de viajes online alemana TUI (TUI-DE), sobre todo porque la compañía revisó a la baja sus expectativas de negocio de cara a 2025, aduciendo una demanda algo más débil de lo inicialmente esperado.
Las acciones de la compañía llegaron a ceder más del 10 % durante la sesión, arrastrando tras de sí a los valores de las aerolíneas y de los grupos hoteleros. En sentido contrario, fue el sector de la energía, apoyado por el buen comportamiento del precio del crudo, y el bancario, el que se vio favorecido por el fuerte repunte de los rendimientos de los bonos, los que mejor se comportaron en las bolsas europeas.
La Fed se toma su tiempo
En Wall Street la sesión comenzó a la baja, con los inversores muy pendientes de la intervención del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ante el Comité Bancario del Senado, intervención que forma parte de su testimonio bianual ante ambas cámaras del Congreso. Sin embargo, Powell no aportó novedades con relación a lo que dijo tras la reciente reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del banco central estadounidense.
Powell reiteró que la Fed puede tomarse algún tiempo antes de decidir si baja sus tasas de interés y cuándo lo hará, dado que la economía va bien y el mercado laboral parece haberse estabilizado después de que el crecimiento del empleo se desacelerara el verano pasado. En ese sentido, Powell dijo que la Fed podría mantener las tasas sin cambios durante mucho más tiempo si la inflación no continúa bajando hacia el objetivo del 2% y la economía estadounidense se mantiene sólida.
La falta de «sorpresas» permitió a las bolsas estadounidenses recuperarse de las pérdidas iniciales, aunque sectores como el tecnológico, especialmente sus grandes valores, ejercieron como lastres, especialmente del Nasdaq Composite, que fue incapaz de cerrar el día al alza.
Las palabras de Powell dando por hecho que no habrá más rebajas de tipos, sí afectaron negativamente a los precios de los bonos estadounidense, que bajaron con el consiguiente repunte de sus rendimientos, algo que terminó penalizando también -probablemente por «simpatía»- al comportamiento de la renta fija europea.
La atención de los inversores esta semana, dividida
Durante la sesión del miércoles la atención de los inversores se focalizó en dos temas: el posible anuncio por parte de Trump de las «tarifas recíprocas» y la publicación esta tarde en EE.UU. del IPC de enero. En principio se espera que tanto la inflación general como su subyacente se hayan mantenido estables con relación al nivel que presentaban en diciembre, en el 2,9 % y el 3,2 %, respectivamente.
De este modo, el proceso desinflacionista seguiría estancado en el país, con el IPC repuntando en el mes más de lo que sería deseable (se espera que suba el 0,3%), como consecuencia de algunos efectos estacionales y del alza de los precios de los alimentos, especialmente de los huevos, afectados por el impacto de la gripe aviar, y de las gasolinas.
De cara a la reacción de los mercados a la publicación del IPC estadounidense de enero, cabe decir que cualquier lectura por encima de lo esperado será muy mal recibida por los mercados de bonos y, probablemente también, por los de acciones.
Las bolsas a la espera de Trump
Durante la sesión del miércoles los principales índices bursátiles europeos han abierto entre planos y ligeramente al alza, con muchos inversores manteniéndose al margen de los mercados, a la espera de conocer lo que anuncia Trump en términos de nuevos aranceles y de la publicación esta tarde en EEUU del IPC de enero.
Si bien el fondo de estos mercados parece sólido, también es cierto que llevan semanas al alza y que tanto los índices como muchos valores presenten elevados niveles de sobrecompra, lo que podría provocar una pequeña corrección en cualquier momento, siendo el factor «tarifas» una «excusa perfecta» para ello.
Por lo demás, las bolsas asiáticas han cerrado de forma mixta, con la japonesa y las chinas al alza, estás últimas impulsadas por los valores relacionados con la Inteligencia Artificial (IA). También ha contribuido que el dólar no presenta grandes variaciones con relación a las principales divisas europeas, mientras que se revaloriza con fuerza con relación al yen japonés; que los precios del petróleo y del oro vienen ligeramente la baja, al igual que lo hacen los de las principales criptodivisas.