La Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel: Un paraíso natural por descubrir
A caballo entre cuatro provincias -Teruel, Cuenca, Albacete y Valencia-, el Valle del Cabriel es uno de los espacios naturales más impresionantes de España. Declarado Reserva de la Biosfera en 2019, este enclave único se extiende a lo largo de 220 kilómetros, con un paisaje modelado por la pureza del río Cabriel, considerado uno de los ríos más limpios de Europa. Más que un destino turístico, es un santuario para la biodiversidad, la aventura y la cultura.
Un refugio para la biodiversidad
La Reserva de la Biosfera del Valle de Cabriel es un mosaico de ecosistemas donde bosques de ribera, cañones calizos y extensas masas forestales brindan refugio a una variada fauna. Entre sus habitantes más emblemáticos destacan el águila perdicera, el búho real y la nutria, especies que encuentran aquí un hábitat privilegiado. Además, el valle alberga un sinfín de especies vegetales autóctonas, muchas de ellas protegidas.
El reconocimiento como Reserva de la Biosfera subraya la importancia de este entorno no solo para la conservación ambiental, sino también como modelo de desarrollo sostenible que integra la actividad humana en equilibrio con la naturaleza.
Aventura en estado puro
Para quienes buscan emociones fuertes, el Valle de Cabriel ofrece una amplia gama de actividades al aire libre. Desde descensos en kayak y rafting en las aguas bravas del río, hasta rutas de senderismo que serpentean entre cañones y miradores naturales, la aventura está garantizada. Los más intrépidos pueden desafiar la altura en la vía ferrata, explorar el mundo subterráneo con la espeleología o disfrutar de una jornada de multiaventura en familia.

Cuchillos del Cabriel.
El astroturismo también tiene aquí un lugar privilegiado. Gracias a la baja contaminación lumínica, la observación de estrellas desde los miradores astronómicos de Tierra Bobal permite una conexión única con el universo.
Historia y cultura: un viaje en el tiempo
El Valle de Cabriel no solo es un paraíso natural, sino también un territorio cargado de historia. En sus tierras se encuentran vestigios arqueológicos como el yacimiento de la Solana de las Pilillas, un antiguo complejo de producción vinícola que data de la época ibérica. Museos y centros de interpretación, como el Museo del Vino de Requena o la Casa-Museo de la Seda, permiten sumergirse en el rico legado cultural de la región.
El enoturismo es otro de los grandes atractivos del valle. Tierra de la uva Bobal, esta región ofrece experiencias únicas en bodegas y viñedos donde se pueden degustar vinos con carácter, elaborados con técnicas que combinan tradición e innovación.
Sabores que cuentan historias
La gastronomía del Valle de Cabriel es una celebración de su identidad. Platos como las migas de pastor, el morteruelo o la caza en escabeche reflejan la tradición culinaria de la zona, basada en productos locales de calidad. La charcutería artesanal, con embutidos como la longaniza, el chorizo y la morcilla, es otro de los pilares gastronómicos del territorio.

El dulce final lo ponen recetas como las torrijas, los almendrados o el turroncillo de fideos, perfectos para acompañar con los afamados vinos y cavas de la región.
Un destino sostenible y de futuro
La declaración del Valle de Cabriel como Reserva de la Biosfera no solo es un reconocimiento a su valor natural y cultural, sino también un compromiso con la sostenibilidad. A través del ecoturismo y el desarrollo de proyectos de conservación, esta región se posiciona como un referente de turismo responsable en España.
Visitar la Reserva de la Biosfera del Valle de Cabriel es mucho más que una escapada. Es una experiencia donde la naturaleza, la historia y la gastronomía se fusionan para ofrecer un destino que cautiva los sentidos y deja huella en el alma. Un rincón donde cada paso invita a la exploración y cada paisaje cuenta una historia.
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Redacción E3








