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La llegada de Trump expone las fisuras internas de la Unión Europea

Publicado a 23/01/2025 11:40 | Actualizado a 23/01/2025 17:58

Donald Trump ya está por segunda vez en la Casa Blanca y mientras atendía a las preguntas de los periodistas ya tomó algunas decisiones importantes como retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, abandonar  la Organización Mundial de la Salud (OMS), que puede poner en peligro hasta el 30% de su presupuesto; y dejar a un lado el acuerdo de la OCDE que establece un impuesto mínimo del 15% a las multinacionales, entre otras medidas.

Después de estos primeros pasos, nos preguntamos si Trump va a contribuir a fragmentar aún más a la Unión Europea. Para arrojar luz sobre esta cuestión, hablamos con Jorge Urbaneja, profesor de Derecho Internacional Público y Derecho de la Unión Europea de la Universidad de Alicante.

La llegada de Trump expone las fisuras internas de la Unión Europea

«Incertidumbre» es lo que aporta Trump, en materia de política exterior y relaciones internacionales con su llegada al poder, «aunque no nos pilla de sorpresa porque ya tenemos experiencia por su Gobierno anterior», incide Jorge Urbaneja.

Defensa y política comercial

La Unión Europea deberá entenderse con Trump en dos ámbitos «o por lo menos no mantener una confrontación muy abierta», matiza. Estos dos ámbitos son las políticas comerciales y de defensa.

En cuanto a defensa, Urbaneja corrobora que «está claro lo que pretende la administración Trump: mantener  líneas bastante continuistas tanto de la administración Biden como del primer Gobierno de Trump y se trata del aumento del presupuesto para el gasto en defensa».

En este sentido, Urbaneja aclara que «los europeos no estamos muy cohesionados debido a razones geográficas principalmente». El experto de la Universidad de Alicante pone como ejemplo a Polonia, país que dedica casi el 4% aproximadamente de su presupuesto a gasto en defensa por cuestiones de vecindad, mientras que España destina alrededor de 1,5%. Con lo cual, «incluso los propios europeos no destinamos la misma cuantía a esta partida«.

Otra cuestión que califica Urbaneja como crucial hubiera sido la puesta en marcha por parte de España de algún plan preparatorio ante la llegada de Trump a la Casa Blanca para hacer frente al aumento de aranceles inmediatamente para alguno de los productos que exportamos a Estados Unidos. En este sentido, -apunta- que con la llegada de Trump «salta por los aires el multilateralismo en materia comercial».

Los principios del libre comercio por los aires

En concreto, “él no renueva los principales órganos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los grandes principios del libre comercio se resquebrajan y parece ser que esta va a ser la tendencia en su segundo mandato” reconoce el profesor de la Universidad de Alicante.

En este sentido, Urbaneja pone en valor el lema de la primera campaña de Trump que era «América First», mientras que el lema de Biden, era «Buy America».

En cuanto a política comercial, -incide-, «Estados Unidos se ha dado cuenta de que está en un mundo con muchos más actores y que puede implicar su caída como gran potencia». Con lo cual, -reconoce- «tanto Biden como Trump están apostando por reconstruir y reindustrializar la economía». Puntualiza que «en el caso de Trump todavía es más acentuado. De hecho, el multilateralismo comercial salta por los aires, como he comentado, y  las reglas del comercio que se habían marcado desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora siguen ahí, pero con una aplicación muy restrictiva». Esta situación, advierte Urbaneja, «nos obliga a los europeos a reposicionarnos en este tablero, una tarea que no es fácil».

¿Va a resquebrajar a la Unión Europea?

Según diversos analistas, Trump no tiene previsto hablar directamente con Bruselas, sino que es muy posible que lo haga con Alemania, Francia, Italia…

Urbaneja lo confirma, «Trump tiene sus socios en la Unión Europea con los que tiene afinidad política». Sin embargo, aclara que la Unión Europea en cuestiones comerciales, cuenta con posturas diferentes entre los diferentes líderes que hay actualmente en el tablero. En concreto, reconoce, la Unión Europea está fragmentada en el ámbito interno, con la presidenta de Italia,  Giorgia Meloni, por un lado; con el presidente de Hungría, Viktor Orbán, por otro… con una Alemania muy debilitada y Francia en el mismo camino… Por tanto, «esto nos lleva a decir que Europa está resquebrajada», confirma.

Jorge Urbaneja corrobora también que la Comisión Europea ha afirmado que la implementación, aplicación y puesta en práctica del Pacto Verde Europeo «es absolutamente innegociable».

De todas formas, señala que «el problema es que la Unión Europea tiene que competir cada vez con más actores, incluido Estados Unidos, que no apuestan por algunos aspectos que son esenciales para la Unión Europea como es el caso de la protección del medioambiente».

Esto significa competir con unas reglas de partida sustancialmente diferentes, admite Urbaneja. «Los europeos tenemos que decidir si queremos seguir por nuestro camino, -apostando por la sostenibilidad- siendo conscientes de que esta postura tiene un coste pero que puede tener también beneficios o sumarnos a esa otra tendencia que siguen Estados Unidos u otros actores como la India, que no tienen un modelo de crecimiento por el que apuesta la Unión Europea».

Urbaneja ilustra esta cuestión explicando que en España se ha establecido un calendario de cierre de centrales nucleares y ya se han manifestado en contra de esta situación los trabajadores de la central nuclear de Almaraz (Cáceres), que produce el 7% de la energía del conjunto del país. «El caso es que existe una central gemela en Estados Unidos que prorroga su actividad hasta el año 2080».

«Todo ello tiene repercusiones a la hora de posicionarnos en el entorno internacional» recuerda Urbaneja. Parece que la tendencia en Europa pasa por cerrar las centrales nucleares y en España desde luego. Mientras que Francia tiene una apuesta por la energía nuclear es muy sólida. De hecho, es el segundo país del mundo que tiene más reactores nucleares solo por detrás de Estados Unidos.

Por otra parte, «igual que España no ha diseñado ningún plan ante la llegada de Trump a la Administración, la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea ha elaborado ya varios planes de contingencia ante los diferentes escenarios que se pueden plantear con la llegada de Trump», informa Urbaneja. De hecho, «la Comisión Europea lleva cerca de tres meses trabajando, desde las elecciones en Estados Unidos, trabajando ante el contexto internacional que se puede generar con la llegada de Trump a la Casa Blanca», explica.

La UE trabaja en reacciones no en acciones

En cualquier caso, corrobora Urbaneja, «la Unión Europea está trabajando en reacciones, no en acciones». Es decir, «vamos a estar a expensas de las diferentes posturas que adopte Trump para reaccionar en un sentido o en otro».

Para el experto de la Universidad de Alicante, «la Unión Europea debería replantearse esta cuestión. No necesariamente tiene que ser un juego de acción-reacción. La Unión Europea, en algunas ocasiones, debería llevar la iniciativa», advierte.

Jorge Urbaneja explica que todos los indicios apuntan a que «en materia comercial, va a continuar con las mismas prácticas que en su primer mandato, que es la imposición de aranceles para proteger a los diferentes sectores productivos de Estados Unidos».

En definitiva, concluye Urbaneja «Trump no quiere una China industrializada, una India industrializándose y un Estados Unidos desindustrializándose«.

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