India, del campo a la ciudad: el paso de la agricultura a la industrialización
India está imparable. Su objetivo, «pasar del campo a la ciudad», tal y como nos confirma el analista económico Massimo Cermelli, profesor titular de Deusto Business School, «un proceso por el que ya han pasado muchos otros países desarrollados como es el caso de España, Italia o Francia y otras grandes economías y además es una señal de que dicha economía va progresando bien».
«India, una economía que siempre ha dependido del sector agrícola, se está industrializando», manifiesta Cermelli.
Este gran país cuenta con 1.400 millones de habitantes. Sin embargo, su PIB per cápita se encontraba entre los 2.338 euros en 2023, 53 euros mayor que en 2022, mientras que en España, ese mismo año alcanzó los 30.970 euros. A pesar de todo, la tendencia es que el PIB per cápita de India siga creciendo y sus habitantes vayan alcanzando un mayor poder adquisitivo.
India es la cuarta potencia agrícola mundial y es el pilar central de su economía, ya que aporta el 16,7% del PIB y emplea al 44% de la población activa, según datos del Banco Mundial.
El sector industrial emplea al 25% de la población activa y representa el 25,7% del PIB. Los sectores más representativos son el manufacturero, el textil, el químico, el automovilístico y el farmacéutico, siendo la industria manufacturera una piedra angular de la economía nacional
El sector servicios es la parte más dinámica de la economía india. Supone el 48,4% del PIB. Sin embargo, solo da trabajo al 31 % de la población activa. Las áreas más representativas son las tecnologías de la información y los servicios informáticos, que están posicionando a India como centro tecnológico en el ámbito internacional, con ciudades como Bangalore y Hyderabad emergiendo como grandes centros de TI.
El mal del cambio climático
El avance del cambio climático, «está haciendo sufrir mucho al país y lo hemos visto en la última campaña del arroz», está acelerando el proceso del campo a la ciudad.
Por ello, «necesita salir de esa dependencia y debe reforzar su sector industrial», matiza.
«India es un país de contrastes», reconoce Cermelli. De hecho, existen una serie de sectores que están ganando peso como puede ser el de la automoción, las infraestructuras y no solo las asociadas a las carreteras, sino también las telecomunicaciones, los servicios ligados al outsourcing y el mundo cinematográfico.
Incluso, determinadas zonas del país como Bangalore, capital del estado de Karnataka en el sur de la India, despunta como el centro de la industria de alta tecnología y donde podemos encontrar a los mejores ingenieros informáticos del mundo.
El poder del outsourcing
Un estudio elaborado por alumnos y profesores de Deusto Business School confirma como empresas de distintos países están llevando a cabo outsourcing, o lo que es lo mismo, una empresa deslocaliza todo aquello que se puede hacer online relacionado con la informática y la ingeniería informática. ¿Cuál es la ventaja? «Contar con los mejores ingenieros informáticos del mundo y a un coste laboral más bajo con respecto a otros países», explica.
¿Es un nuevo Silicon Valley?
Cermelli corrobora también que estas empresas que invierten en India a través del outsourcing «están generando poco a poco grandes áreas y clústeres de conocimiento. El objetivo es aprovechar todas estas sinergias para crear un Silicon Valley». Dentro de este gran sector servicios, India destaca también por contar con la industria cinematográfica más grande del mundo a través de Bollywood.
Y, cómo no, India cuenta con los puntos fuertes y débiles que afectan a un gran país. Un ejemplo de debilidad, explica Cermelli, son las elecciones, que se prolongaron desde el 19 de abril hasta el 1 de junio para elegir 543 miembros del Lok Sabha, (literalmente es la casa del pueblo), la cámara baja del Parlamento de la India.
Pero también tiene grandes fortalezas, una de ellas es su enorme población, un atractivo para las empresas, tanto por sus menores costes laborales como por lo que representa para las compañías como gran mercado donde comercializar sus productos. Es decir, «se trata de un mercado con grandes posibilidades –señala– tanto para producir como para vender o para ambos objetivos».
Todo ello se suma a otros atractivos comentados anteriormente, como su potente industria de automoción, el auge de la producción cinematográfica… «rasgos para comenzar a dejar de producir para otros países y empezar a producir autónomamente», matiza.
¿Es atractivo para invertir?
«Es un país corrupto, hay mucha burocracia y la desigualdad social es alta», corrobora Cermelli. «Sigue habiendo censura en los contenidos televisivos, tal y como detectamos en el estudio que llevamos a cabo en la Universidad, con lo que no podríamos definirla como una economía occidental completa», afirma.
Reconoce también que hay empresas que han abandonado India, como es el caso de Ford o Harley Davidson, pero ambas se han propuesto volver, la primera porque el vehículo eléctrico va a ir cogiendo peso, y la segunda porque ha diseñado una moto, de la mano de Hero, específica para ese mercado.
A juicio de Cermelli, «no se trata de libre mercado, pero si su Gobierno decide que se puede invertir, el empresario no va a tener muchos problemas. Esta situación también se da en otros países como Turquía, un país que dará mucho que hablar en los próximos años y lo mismo ocurrirá con África».
Además del sector servicios, el del lujo está cobrando cada vez una mayor relevancia debido al crecimiento de la clase media y a una ventaja añadida, el mercado está cautivo, igual que pasa en Rusia o en China. «Actualmente, el sector del lujo produce producto en India, pero tendrá que empezar a plantearse a venderlo en pocos años», destaca.
Insuficientes infraestructuras
Otro punto a favor de India es el alto nivel de conocimiento de sus ingenieros de telecos. Sin embargo, –puntualiza Cermelli–, «las infraestructuras de telecomunicaciones son insuficientes y lo mismo ocurre con las carreteras y las instalaciones energéticas, unas carencias que no favorecen un gran crecimiento industrial».
En 2019, Modi anunció un plan de inversiones de 1,2 billones de euros para los próximos cinco años con el objetivo de mejorar las infraestructuras y las redes de servicios públicos del país. A pesar de esta inversión, «el Gobierno ya está planteándose atraer a empresas de estos sectores para reforzar dichas infraestructuras».
Cermelli hace hincapié también en que «las empresas deben tener muy presente que India es un mercado cautivo de 1.400 millones de personas que no se pueden perder y donde deben tener presencia sí o sí tanto para producir como para vender».
Nuestro economista nos pone como ejemplo a China: «Si este país no crece al 6% se trata de una economía que ya está en caída libre. Es decir, entra en recesión. Lo mismo pasa con India, necesita tasas de crecimiento superiores al 5% para que su crecimiento sea sostenible».
Make in India
El Gobierno de Modi ha impulsado iniciativas como el Make in India, destinada a aumentar la contribución del sector manufacturero al PIB del país. Casi una década después, India ha sentado las bases para un crecimiento a largo plazo.
¿Qué reformas puso en marcha para ser un país más competitivo y atraer la inversión? La desmonetización para acabar con el dinero negro; varias reformas del sistema bancario con el objetivo de mejorar la transparencia del sector; y una importante simplificación del sistema fiscal, que incluía la reducción del impuesto de sociedades del 30% al 25% y al 15% para las empresas que inyecten nuevos capitales en la industria manufacturera.
Actualmente, «el Gobierno sigue trabajando para atraer inversión con el fin de promover esa industrialización, que es muy probable que no sea manufacturera, sino que directamente pasen al sector servicios. Es decir, se produzca una servilización», recalca Cermelli.
El gabinete de Narendra Modi entiende también que si se refuerza la digitalización de la economía, si se llega a generar un Silicon Valley, «puede repercutir en la productividad de la agricultura».
En definitiva, «India sabe que es un actor clave, que necesita estabilidad e inversiones en infraestructuras, sabe que tiene una serie de frentes abiertos que tiene que solucionar, pero sabe también que puede jugar un papel relevante en el futuro de la economía del mundo que le puede llevar a ocupar la tercera posición por detrás de Estados Unidos y China, superando a Japón y a Alemania. Además está siguiendo el mismo patrón que China».
¿Cuál es la gran diferencia? «India tiene un régimen democrático, si lo podemos llamar así, mientras China no lo es».
Por otra parte, India es una economía que está en el punto de mira de muchos países. «Mientras todos los demás sufren, India se ha recuperado de la covid-19 y en un futuro puede convertirse en un rival de Estados Unidos junto con China», advierte.
¿Cómo impulsa el Gobierno la inversión extranjera?
Según revela el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2023 elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Untacd), las entradas de inversiones extranjeras directas (IED) alcanzaron los 49.300 millones de dólares en 2022, con un incremento interanual del 10,3%, lo que lo convierte en el tercer país anfitrión de proyectos que se inician desde cero y el segundo en acuerdos de financiación de proyectos internacionales, así como el octavo receptor de IED a escala mundial.
¿Qué ofrece el Gobierno indio? Tal y como recoge Invest India, la Agencia Nacional de Promoción y Facilitación de Inversiones de la India, el gabinete de Modi ha adoptado varias medidas para facilitar la inversión extranjera en algunos sectores como las inmobiliarias, la banca privada, la defensa, la aviación civil, la venta minorista y la difusión de noticias.
Estas medidas incluyen elevar el límite de inversión extranjera, simplificar las condiciones para la inversión e incluir los sectores beneficiados en la ‘ruta automática’ (en lugar de la ‘ruta gubernamental’, que exige la aprobación de la Junta para la Promoción de la Inversión Extranjera).
Además el Gobierno ha lanzado una propuesta que permitirá a las empresas extranjeras invertir en la construcción de redes ferroviarias y suministrar trenes bala (aunque las empresas extranjeras aún tienen prohibido el manejo de los trenes).