Los países de la Unión Europa se enfrentarán próximamente a la votación definitiva sobre los aranceles a la importación a los coches eléctricos chinos que la Comisión Europea ha decidido imponer al gigante asiático. Si bien la fecha no está completamente cerrada, se espera que la votación se produzca este miércoles 25 de septiembre o el próximo lunes 30 de septiembre, aunque, según el reglamento comunitario, hay margen para que se celebre hasta finales de octubre.
No existe unanimidad ni una mayoría clara en esta votación, ya que cada país ha adoptado una postura diferente respecto a la medida que entró en vigor el pasado 5 de julio. Mientras que Francia e Italia apoyan la imposición de los aranceles, países como Alemania, España y Hungría solicitan a la Comisión que reevalúe su posición y busque una solución que evite una guerra comercial.
Cabe recordar que la imposición de aranceles a los coches chinos ha provocado represalias por parte del gigante asiático. Por un lado, China ha iniciado una investigación antidumping sobre las importaciones de porcino europeo, siendo España el principal afectado. Por otro lado, también ha comenzado una investigación anti subsidios en el sector lácteo europeo, con Francia e Italia como los países más perjudicados.
Diversidad de opiniones en la UE
Entre los países que se muestran favorables a la imposición de aranceles a los coches chinos se encuentran Italia y Francia. Recientemente, el ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, expresó el apoyo de Roma a los aranceles durante una reunión con el titular chino de Comercio, Wang Wentao. «Le reiteré la voluntad de Italia de cooperar con este gran país, que es nuestro interlocutor, pero también un competidor en los mercados internacionales, y le reiteré la posición de Italia sobre los aranceles a los automóviles: apoyamos la posición de la UE», dijo Tajani.
Mientras, Alemania y España reclaman a la Comisión que reconsidere su posición. En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trató de rebajar la tensión con Pekín en un viaje reciente a China. «Vamos a seguir trabajando por tender puentes, la negociación continúa abierta», señaló tras su visita al país asiático.
Hungría, por su parte, anunció este martes que votará en contra de la imposición de aranceles. «Esperamos que en los próximos años podamos lograr una cooperación económica civilizada, tranquila y mutuamente respetuosa con China», aseguró el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, en un comunicado. Según el ministro, si Europa quiere mejorar su competitividad, no puede hacerlo «mirando a China como un rival».
Intensificación de las negociaciones sin resultado
Las negociaciones entre la UE y China para evitar una escalada de la tensión comercial se han intensificado en las últimas semanas, aunque con escaso resultado.
El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, mantuvieron una reunión la semana pasada con el objetivo de debatir sobre los aranceles a los coches eléctricos del gigante asiático. En el encuentro, Dombrovskis defendió la investigación de Bruselas a los coches eléctricos, aunque ambos acordaron «intensificar los esfuerzos» para alcanzar un acuerdo.
A pesar de no encontrar una solución para el conflicto, las dos partes se comprometieron a «mantener abiertos los canales de comunicación a nivel ministerial». Dombrovksis aseguró a su homólogo que el mercado comunitario permanecerá abierto a las importaciones de vehículos eléctricos chinos, «ya que el objetivo de la UE es compensar solo las subvenciones identificadas, permitiendo así una competencia leal».
Las tensiones no han cesado pese a este encuentro, puesto que este lunes la Comisión Europea llevó la Organización Mundial del Comercio (OMC) la investigación que China ha iniciado contra las importaciones europeas de productos lácteos que, según el vicepresidente Dombrovskis, «se basa en acusaciones cuestionables y pruebas insuficientes».
Aranceles a los coches chinos por cinco años
El pasado 5 de julio, la Comisión Europea (CE) entraron en vigor los aranceles máximos del 37,6% sobre los vehículos eléctricos chinos, los cuales ajustó posteriormente a un 36,3%. El Ejecutivo europeo justificó esta medida alegando que la penetración de estos coches en el mercado interior daña a los productores europeos por los subsidios estatales que reciben los fabricantes chinos de vehículos.
Empresas chinas como SAIC, BYD y Geely son las principales afectadas, con aranceles específicos para cada una según su nivel de cooperación en la investigación que abrió la Comisión.
Si Bruselas y Pekín no llegan a un acuerdo antes de que los Veintisiete se pronuncien, los aranceles entrarán definitivamente en vigor durante un máximo de cinco años, a no ser que se opongan 15 países que representen al menos al 65% de la población de la UE.