En un encuentro en Bruselas, los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) expresaron este pasado lunes su preocupación por la investigación ‘antidumping’ a las exportaciones de porcino europeo que China ha puesto en marcha. El sector del porcino español también se muestra inquieto ante las posibles consecuencias que esta investigación de Pekín, abierta en respuesta a los aranceles de la UE a los coches eléctricos chinos, podría tener sobre las exportaciones de España al país asiático.
Con 7.500 millones de euros en 2023, España es el principal exportador de la UE de productos porcinos, mientras que la UE es el mayor exportador mundial de carne de cerdo y subproductos porcinos, especialmente a Asia Oriental y en particular a China.
Desde el sector porcino español, la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor) y la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca (Interporc) alertan de las consecuencias que esta investigación puede tener, aunque aseguran que colaboran al máximo con Pekín para evitar que las exportaciones de carne de cerdo se vean afectadas por esta guerra comercial entre China y la UE.
Preocupación por la investigación al sector porcino
El director general de Anprogapor, Miguel Ángel Higuera, censura que esta investigación ha sido «orquestada de manera ficticia» por parte de China con el objetivo de «devolver» los aranceles que la UE ha puesto provisionalmente a los coches eléctricos procedentes del país asiático.
Ante la investigación, el sector está tranquilo porque «se ha hecho todo perfecto» y «en ningún momento se ha vendido por debajo de coste», según Higuera. «Precisamente España es uno de los países que, por suerte para nosotros, más caro ha vendido a China. Es decir, si nos hablan de ‘dumping’ de precios, hay otros países, sobre todo los americanos, que han vendido más barato», agrega.
No obstante, el director general de Anprogapor sí que se muestra preocupado por la «lectura» que China hará de los resultados de la investigación.«Ahí estamos muy inquietos. Independientemente del resultado de la investigación creemos que vamos a pagar por los aranceles al coche eléctrico. Incluso puede que, a partir del 17 de agosto, China ponga unos aranceles por precaución», destaca.
En la misma línea, el director internacional de Interporc, Daniel de Miguel, advierte que si se ponen aranceles al porcino europeo, el sector perdería competitividad frente a países como Canadá, Estados Unidos o Brasil: «Sería doloroso porque el sector porcino, español y europeo, está haciendo importantes esfuerzos en materia de promoción y dar a conocer el modelo de europeo. Sería echar por la borda muchos años de trabajo».
Más de 500.000 toneladas de carne a China
Según Anprogapor, el pasado 2023, España exportó a China alrededor de 540.000 toneladas de carne fresca y despojos. Precisamente, esta última partida es la que más preocupa al sector, dado que los despojos son un producto que no se vende en España. Esta partida incluye productos específicos, como son las vísceras rojas, morros, orejas o patas, algo que tiene una salida culinaria importante en China y que en nuestro país tiene un consumo limitado.
En caso de que haya aranceles al porcino europeo, Higuera señala que habría una sobreoferta de este producto dentro de la Unión Europea. «Se trata de una sobreoferta que no beneficia directamente al consumidor europeo, porque aunque bajen los precios, en España no consumimos huesos para hacer sopas o no consumimos aortas», indica.
Por su parte, De Miguel expresa su sorpresa porque la investigación ‘antidumping’ se ponga en marcha cuando las ventas al país asiático han descendido. «China ha ido recuperando su cabaña porcina y su producción doméstica, por lo que se ha exportado menos. El sector europeo en ningún momento quiere competir contra el mercado local, que es lo que promueve esta investigación. Es muy complicado demostrar que se vende por debajo del precio local, porque nuestras empresas lo que hacen es satisfacer una demanda concreta que China tiene», añade.
Colaboración máxima en la investigación
Ambas asociaciones destacan la buena relación comercial entre España y China, por lo que tratan de colaborar al máximo en la investigación para evitar posibles consecuencias. «Desde el principio estamos colaborando para que nuestras empresas consigan ese status de colaboradoras de la administración china, porque así los aranceles podrían ser más suaves y no perderíamos tanta competitividad», explica De Miguel.
Desde Anprogapor se está identificando a todos los operadores y comerciantes españoles que han operado con China desde el año 2020 para que se registren en voluntariamente y puedan informar a las autoridades chinas sobre cualquier cuestión que demanden. Cuando el país asiático decida a qué empresas va a hacer investigaciones particulares, la asociación apoyará a esas compañías para facilitarles todo el proceso burocrático.
De la misma forma, Interporc está coordinando con las empresas ese registro a la espera de que «China mueva cartas con la información que ya tiene». «Lógicamente, estamos ocupados en ello y preocupados por si se pone alguna medida como resultado de la investigación», indica.
De acuerdo con los últimos datos de Anprogapor, un total de 54 empresas españolas son susceptibles de ser investigadas por parte de Pekín. Cabe recordar que la investigación se limita a la carne fresca y los despojos, ya que las empresas de jamón curado han quedado fuera de la misma.
Evitar que el sector porcino «pague» por los aranceles
Sobre la investigación a las importaciones de porcino europeo abierta por Pekín, el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, instó este pasado lunes a evitar que el comercio agroalimentario sea «víctima de problemas en otros sectores».
Wojciechowski reconoció que hay «preocupación» por la investigación y subrayó que el comercio «abierto» es «muy importante para la seguridad alimentaria».
Por su parte, el ministro húngaro de Agricultura, István Nagy, cuyo país preside este semestre el Consejo de la UE, aseguró que «varias delegaciones» nacionales expresaron sus preocupaciones sobre la investigación de Pekín al porcino europeo. «Tememos que de nuevo será la agricultura la que pagará el precio por las tensiones en otros sectores, pero, por supuesto, si es necesario, la presidencia húngara está preparada para poner la cuestión en la agenda», manifestó.
España pide una solución «constructiva»
Por su parte, el ministro español de Agricultura, Luis Planas, reclamó este pasado lunes que se logre una solución «constructiva» que evite que China imponga aranceles a las importaciones de porcino europeo.
«Nosotros esperamos que se pueda encontrar una aproximación y una solución constructiva que, evidentemente, elimine la posibilidad de aranceles sobre un sector que yo creo que poco tiene que ver con esta guerra comercial, que es el relativo al sector porcino», declaró el ministro.
Planas destacó que el sector agroalimentario «no está en el origen de las diferencias comerciales, pero siempre es uno de los objetivos favoritos de las medidas de retorsión porque afecta a todos los ciudadanos, evidentemente, en términos de incremento de costes».