Las dudosas prácticas comerciales del gigante asiático no son una novedad, las acusaciones de espionaje comercial y competencia desleal han acompañado la expansión económica china durante las últimas décadas. Lo que sí es una novedad, sin embargo, es la renovada determinación occidental por ponerle coto de una vez por todas y que podría motivar el contrataque comercial de Pekín, cuya influencia se extiende por todo el globo.
Y es que durante la cumbre del G7 que se ha celebrado del 13 al 15 de junio en Italia, las siete naciones más industrializadas del mundo expresaron su preocupación «por el persistente enfoque industrial de China y sus políticas y prácticas no favorables a la competición de mercado que están teniendo efectos globales, provocando distorsiones en el mercado y una perjudicial sobrecapacidad en un creciente número de sectores».
El comunicado llega cuando todavía no ha transcurrido una semana desde que la Comisión Europea (CE) anunciase su intención de imponer aranceles adicionales de hasta el 38,1% para los vehículos eléctricos importados desde China. La respuesta llegaba este lunes, con el anuncio del Ministerio de Comercio de China de una investigación «antidumping» (competencia desleal) contra ciertas importaciones de carne de cerdo y derivados procedentes de la Unión Europea (UE).
España, la principal exportadora de cerdo a China
En caso de que la investigación por competencia desleal acabe por traducirse en la imposición de aranceles a estas exportaciones, nuestro país podría verse especialmente afectado. Según los datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), España exportó durante 2022 carne de cerdo por valor de 5,92MM de dólares, siendo el séptimo producto del país en volumen de exportación, siendo China el principal receptor.
Algunos analistas ya habían indicado que Pekín buscaría que sus represalias por los aranceles se centrasen en los países considerados como sus impulsores, entre los que se encuentra España y Francia, principalmente. Las de alimentos son en nuestro país una de las exportaciones que más ha crecido durante los últimos años. Los últimos datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa cifran este crecimiento en un 20,5% interanual, con un superávit de 7.055,4 millones de euros.
Así las cosas, las investigaciones del Gobierno chino revisarán productos como la carne de cerdo español o casquería, tanto refrigerados como congelados, así como grasa de ese animal y derivados de ella o de vísceras. Se espera que la investigación comience esta semana y se prolongue durante un año, con opción a ampliarla otros seis meses adicionales «bajo circunstancias especiales».
Según indica Comercio en su página web, la petición para investigar las importaciones de cerdo español a China fue presentada el pasado día 6 por la Asociación China de Ganadería. Las pesquisas se centrarán en los productos importados en 2023 y en los ‘daños’ que estas compras provocaron al sector chino entre 2020 y 2023.
El cerdo español, un sector clave
Este sector es clave para las exportaciones agroalimentarias desde España a China: el 61 % de la facturación que obtiene el país ibérico en este sentido procede de la venta de cerdo, seguido de lejos por las bebidas y por el aceite -principalmente, de oliva-, según datos oficiales.
«Los aranceles agrícolas, como los dirigidos contra el brandy francés o el cerdo español, podrían ser un castigo para los dos principales impulsores (París y Madrid) de la investigación a los eléctricos», indicó el pasado domingo la consultora Trivium China, que anticipó que Pekín daría una respuesta «selectiva» a los aranceles tanto a nivel geográfico como de sectores afectados.
«China no quiere una guerra comercial con Europa», asegura esa firma, en referencia a la oposición de países como Alemania a los aranceles a los eléctricos.
Entre otras posibles represalias, la prensa oficial china ha avanzado recientemente un plan para elevar a hasta un 25 % las tasas impuestas a la importación de sedanes y todocaminos (SUV) con motores de más de 2,5 litros.
El pasado miércoles, la Comisión Europea anunció aranceles adicionales del 21 % de media a la importación de vehículos eléctricos desde China como conclusión de una investigación antisubsidios iniciada en octubre del año pasado.