Eva Alcón, presidenta de la CRUE: "Es urgente solucionar el problema de infrafinanciación de la Universidad"
Eva Alcón es presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), asociación que está integrada por 77 instituciones universitarias, y rectora de la Universitat Jaume I de Castellón.
A lo largo de la conversación, Eva Alcón reclama una solución al problema de financiación que lleva arrastrando la Universidad desde hace décadas. Ante esta situación, desde la Crue proponen un modelo de que garantice un servicio de educación bajo los principios de igualdad de oportunidades y de equidad en todo el territorio.
30 aniversario de la Crue
– Este año la CRUE celebra su 30 aniversario. ¿Qué balance puede hacernos de estas tres décadas? Concretamente, ¿cuáles son los hitos conseguidos y los avances que se han producido a lo largo de este periodo?
El balance es muy positivo. En estos 30 años, Crue ha logrado ser la voz del Sistema Universitario Español, su principal representante e interlocutor ante las autoridades educativas, desempeñando un papel en todos los desarrollos normativos que afectan a la Educación Superior. Hoy Crue es una estructura de unidad que permite colaborar y representar mejor los intereses de las universidades. Esta asociación está integrada por 77 instituciones universitarias: 50 públicas y 27 privadas.
Me gustaría destacar, como uno de los principales hitos, que el Sistema Universitario Español es uno de los diez más equitativos del mundo. Nuestra expansión equilibrada ha hecho posible que haya, al menos, una universidad pública en todas las comunidades autónomas y un campus universitario en todas las provincias.
Además, España ha duplicado su comunidad universitaria y actualmente accede a la Universidad el 49 % de los jóvenes en edad de hacerlo, una cifra superior a la media de la OCDE. En España, las universidades nos esforzamos para evitar que una persona con talento se quede fuera de la Universidad por motivos económicos.
Necesidades de las universidades españolas
– ¿Hacia dónde camina ahora la Universidad? ¿Cuáles serían sus necesidades actuales?
Incremento de presupuesto, renovación de titulaciones, reducción de titulaciones, incremento de inversión en I+D, una mayor participación en la empresa…
La Universidad en España está en constante revisión y, precisamente, por la capacidad que tiene para resolver los retos de este siglo, es urgente solucionar el problema de infrafinanciación que lleva arrastrando décadas. Aunque la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) establece el objetivo de alcanzar el 1 % del PIB de aquí a 2030, lo que supondría una inyección de más de 3.000 M€ a la Universidad, es fundamental que el Estado y las comunidades autónomas se pongan ya de acuerdo para fijar su nivel de responsabilidad en este punto.
Estamos pendientes de los acuerdos que firmen las administraciones autonómicas con el Gobierno en las próximas semanas. En este sentido, es importante que se tomen decisiones que nos permitan a las universidades afrontar la reestructuración de plantillas que marca la LOSU. Por otro lado, cabe recordar que la Universidad devuelve cinco euros por cada euro invertido en ella, así que, de nuevo, insisto en que no es un gasto sino una inversión.
También me gustaría recalcar como una prioridad que se dé a la Universidad un marco normativo que facilite una oferta formativa flexible, adaptada a las necesidades; que fomente el desarrollo de competencias y habilidades transversales, y que garantice el aprendizaje a lo largo de la vida. Y, por supuesto, en materia de I+D+i, aunque el sistema universitario está en la línea de la excelencia investigadora, se podría llegar más lejos con una estrategia de atracción de talento y la reducción, de nuevo, de la brecha de gasto en I+D+i porque seguimos lejos de la media de la UE.
Propuesta del modelo de financiación
– Una de sus grandes batallas, antes incluso de ser presidenta de la CRUE, ha sido la financiación del sistema universitario, un aspecto que ya ha comentado. ¿Qué modelo proponen?
Desde Crue proponemos un modelo de financiación que garantice un servicio de educación universitario bajo los principios de igualdad de oportunidades y de equidad en todo el territorio. También necesitamos financiación para reestructurar las plantillas de profesorado y del personal investigador, empezando por las del curso que viene, que ya lo tenemos encima. Y necesitamos, igualmente, financiación estructural para los grupos de investigación.
Para todo esto no solo reclamamos más fondos, sino los instrumentos necesarios para lograr una programación plurianual por objetivos, que permita a las universidades elaborar planes estratégicos a medio y largo plazo, adaptándolos a sus necesidades, y de forma colaborativa con los gobiernos.
Respecto al acceso y permanencia en la Universidad, para garantizarlo se precisa de un compromiso del Estado que debe concretarse en los presupuestos generales que, a su vez, no se vea afectado por los cambios del ciclo económico. Aunque es evidente que ha habido mejoras significativas en los últimos años, seguimos sin estrechar la brecha que nos separa de las ratios de la UE.
Además, si bien es un avance importante la modificación aprobada en la gestión con la introducción del adelanto en las fechas, tanto de solicitud como de comunicación de las becas, el cobro de la cuantía económica de la beca se produce una vez avanzado el año académico. Y esto supone un serio hándicap para muchos de los beneficiarios.
Adaptación de la Universidad a las necesidades empresariales
– Otro de los aspectos a los que tiene que hacer frente la Universidad es la formación del trabajador a lo largo de toda su vida laboral, es decir, su actualización. ¿Los másteres y posgrados son la alternativa? ¿Habría que vehiculizar algún sistema rápido y económico para llevarlo a cabo? ¿Tiene la universidad capacidad de dar una respuesta rápida o más bien de adelantarse a la necesidad de la empresa?
Es evidente que, en un mundo en constante cambio como el actual, la vida útil de los conocimientos que adquirimos es cada vez menor, y un trabajador tiene que reciclarse varias veces a lo largo de su vida laboral. La Universidad puede jugar un papel fundamental en el ámbito de la formación continua, no solo para que los trabajadores actualicen sus competencias, sino también para las personas en situación de desempleo, a las que este tipo de formación puede ayudar en su incorporación al mercado laboral. Existe una demanda evidente en la sociedad por seguir aprendiendo.
Hace menos de un año, el Gobierno presentó el Plan de Acción para el Desarrollo de Microcredenciales Universitarias en España, conocido como “Plan Microcreds”, que apuesta por la conveniencia de organizar la formación continua en las universidades, a través de un nuevo marco formativo de microcredenciales, que son cursos de corta duración (15 créditos como máximo), bajo unas condiciones de garantía de calidad en el ámbito europeo.
Estas microcredenciales universitarias responden a un mandato de la Unión Europea y están contempladas en la LOSU y el RD por el que se organizan las enseñanzas universitarias. Con este instrumento, las universidades tienen mayor capacidad para dar una respuesta rápida a las demandas del mercado laboral.
Estrategias de internacionalización
– Por último, ¿qué estrategias de internacionalización escasean en nuestras universidades si nos comparamos con otras universidades europeas?
La calidad de la Universidad española está reconocida internacionalmente, pero, como en todo, se necesita suficiencia financiera para atraer talento internacional. Las universidades necesitamos poder contar con alternativas al complejo proceso de acreditaciones de nuestro sistema y más flexibilidad para ofrecer condiciones atractivas de contratación, como hacen las universidades de nuestro entorno. Esto último no es solo una cuestión de dinero.
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